Por ahí dicen que el menú degustación de El Bulli era una absoluta locura porque constaba de una cantidad indecente de platos pequeñitos que, uno tras otro, iban desbordando tus sentidos… Y habrá que fiarse de lo que dicen por ahí, porque por aquí no pudimos catar esta exquisitez. Ahora bien, por aquí decimos que imagines el equivalente musical a este ejemplo culinario pero concentrado en cuatro canciones, un EP, no más de quince minutos. Considera, además, que cada canción no sería un plato, sino diez platos concentrados en una perla sólida y fascinante. En esto ha consistido siempre el arte de esos rastreadores de samples que construyen sus temas como patchworks loquísimos que no atienden ni a etiquetas ni a géneros. Y en esa línea genalógica queda incrustado El Chavo, el 50% de Debilorithmicos que lanza ahora en solitario «Gegant de Ferro«: un EP de cuatro temas publicado por Molts Records en descarga digital (con precio de partida de un euro y máximo lo que te dé el bolsillo). Cuatro canciones en los que se intuyen los dedos sucios de rebuscar en unas cubetas de vinilo de las que surgen samplers de Manolo Escobar, Brother Jack McDuff, The Art Of Loving o bandas sonoras de películas polacas. Al fin y al cabo, cuatro pildorazos en los que el término hip-hop abstracto recupera toda su solera abatiendo el miedo de mencionar a grandes como DJ Shadow, DJ /rupture o The Avalanches (de hecho, dos de los temas denotan un sentido del humor fiestero muy propio de estos últimos). Menú degustación musical a precio de escándalo.