No me parece mejor manera de ir preparando el cierre por vacaciones -no os preocupéis, que volveremos muy prontito- que sembrando un poco de tomate. Ya se sabe que en verano las noticias se relajan, todo el mundo está de cañas en la playa y las novedades suculentas hay que guardarlas en la recámara para volver de manera impactante. Por eso hay que tirar de cotilleos. Pues venga… Este tiene lo esencial de un gossip como Dior (o Galliano) manda: morbo, mala intención, mucha leche y toda una rumorología detrás no demostrada que seguramente se quede en agua de borrajas a la vuelta de vacaciones. Osea: en nada.
Y es que, curiosamente -y de forma fortuitamente casual, ja ja- han convergido en el tiempo dos noticias de parecido contenido que afectan a dos entes musicales que, no es por sembrar discordia (porque, total, no nos da visitas en la web ni nada), tienen parecido calado en su ámbito aunque realmente son como la noche y el día. Y esto es la confirmación de que tanto Kanye West como Lil´Wayne van a sacar su propia línea de ropa. Los parecidos razonables vienen porque ambos son dos gallos de pelea de estos que es mejor no dejar solos en la misma habitación (nótese que Jay-Z -que es como la Madonna del hip-hop- descansa tranquilamente en ese trono que condescendientemente ha querido compartir con Yé), además de dos luminarias del hip-hop mainstream con intención de dominar el mundo que se han currado y ganado bien a pulso el reconocimiento general de crítica y público. Ambos son polémicos hasta la hartuna, egotistas y pagados de sí mismos. Hasta aquí las similitudes.
Las siete diferencias vienen porque, mientras West es el epítome del cooler than cool, padre putativo del movimiento blipster y Duque del hip-hop classy para las clases altas que trajo la dignidad estética al hip-hop, Wayne es el macarronismo hecho persona, chungo como él solo, hortera hasta decir basta, embrutecido por un pasado como para enmarcarlo, un tipo que, después de verlo en el documental «The Carter«, nos hizo pensar que preferíamos quedarnos encerrados en un ascensor con Lemmy de Motörhead, su próstata ultraceñida y su colección de cuchillos antes que con él.
West sacó discarral el año pasado y se confirmó como el artista hip-pop y post-moderno definitivo, Wayne lleva mareando la perdiz meses con la publicación de su esperadísimo «The Carter IV» (parece que por fin, out in stores el 29 de agosto). El primero es fanático de la moda, musa, habitual en desfiles (si no lo banean, que también), que en su día se atrevió incluso a encargarse del estilismo de una editorial de su mujer para Elle. Tiende cables al diseño, al arte y a todo ámbito creativo, ya ha colaborado con alguna casa de moda de prestigio y hace años que se rumorea sobre esta colección que parece ser que ya está en marcha. De hecho, ya en 2008 sacó una línea bajo el nombre de Pastelle, que sería un idem, porque nunca llegó a venderse en tiendas. Para esta aventura cuenta con el apoyo y ayuda de Louise Wilson, profesora de la prestigiosa escuela de moda Central St. Martins, y con él colaborará la diseñadora Louise Goldin, una de sus estudiantes más prometedoras. Con tanto caché y el background classy del rapero, está clarísimo que será una colección para hombres con clase, de estos que llevan Brummel y se defienden bien en las distancias cortas. Imaginamos mucho blazer, mucho raso, mucho negro y camisetas imperio. Y lo más divertido de todo, es que se rumorea que también estará por ahí metida Rihanna, que no se pierde una. El misterio se desvelará en la próxima Fashion Week de New York.
Por su parte, Lil´Wayne, que es mucho más “sensillo”, en su afán por demostrar al mundo que él es el demiurgo del hip-hop y la persona más hiperactiva mental y físicamente del universo, quiere hacer de su regreso su auténtico Rebirth. Y así se llamará su supuesta línea de ropa que, por supuesto, no será nada parecida a la de West (sólo hace falta ver lo ecce homo que va hecho siempre). Wayne dice que será “funk”, su perorata explicativa en una entrevista para la revista XXL no tiene precio y es la mar de ilustrativa: “Simplemente me dí cuenta de que yo… soy funky. Lo saqué de mi estilista, Marisa. Soy funky, como ella dice. Llevo encima un montón de cosas al mismo tiempo, ¿sabes lo que quiero decir? Y te imagino a ti queriendo llevar alguna de mis cosas. Diciéndote a tí mismo algo como “mierda, me encantaría llevar eso que tiene”, ¿sabes lo que quiero decir? (ndt: Si, Lil´lo sabemos.) Cualquier cosa: llevo esos zapatos, esos pantalones, ese sweater… De aquí a un año, quiero que todas esas cosas sean mías. Renacer. Me imagino que la gente quiere ser funky como yo, y por eso voy a tener mi propia línea de ropa”. Más claro, agua… ¿No?
[Estela Cebrián]