¿Cuáles son los 20 libros que deberías haber leído (y que te deberían haber apasionado y flipado y emocionado y marcado de por vida) en este año 2015?
Llega un punto en el que te da por pensar que bien podrías copiar los textos introductorios de las listas de otros años y pegarlos en el presente. Al fin y al cabo, siempre hay algunos conceptos que se repiten y que han de repetirse. Inevitablemente. En el caso de la lista anual de libros, siempre hay que recordar que los libros tienen una vida larguísima, infinita, que nunca se circunscribe al año en el que son lanzados… Y, por lo tanto, lo más habitual es que te encuentres en el 2015 leyendo libros tanto de 2012 como de 1993. Tanto da. La buena literatura no tiene fecha de caducidad.
Porque también hay que reconocer que hay libros que no es que mejoren con el tiempo, sino que se van abriendo poco a poco como una flor extraña. A través del boca oreja, se van convirtiendo lentamente en clásicos absolutos que incluso llegaron a pasar desapercibidos en su propio año de lanzamiento. Nuestra idea es intentar que eso no nos ocurra. Pero ya se sabe que nadie es infalible… Y mucho menos nosotros, que somos unos pringaos (como diría Han de «Gran Hermano«).
Pero no nos entretengamos más y vayamos a por lo que nos interesa: a continuación tenéis los que, a entender de la redacción de Fantastic Plastic Mag, han sido los veinte libros que todo el mundo debería haber leído durante este año 2015. Pero repetimos: tenéis muchos años para disfrutar con ellos. Así que no hace falta que a nadie le entre la ansiedad.
20. DIOS NO TIENE TIEMPO LIBRE (Suma), de Lucía Etxebarría. Una cafetería, dos desconocidos, una proposición insólita y un par de gin tonics. Así comienza “Dios No Tiene Tiempo Libre”, la nueva obra de la autora vasca Lucía Etxebarría. La prima de Alexia se está muriendo, así que decide contratar a David, un actor en horas bajas y antiguo amor de la enferma, para que acompañe a Elena en sus últimos días. Ambas mujeres comparten la procedencia de buena familia, el alto poder económico, su atractivo físico y una estrepitosa tendencia al fracaso en el amor. Si escribir es protestar, en Etxebarría encontramos exponente especialmente poderoso. La polémica escritora irrumpe con una novela que ella misma ha catalogado de “negra“, presentándola como un relato de intriga, de poder, de sexo, de amor y de humor. Yo diría, sin embargo, que lo que prima en ella es el miedo. Miedo al qué dirán, miedo al pasado, miedo al futuro, miedo a los propios deseos y, en particular, miedo a la verdad. Cualquiera que lea esta historia se encontrará sumergido en un curioso laberinto no tanto de mentiras despiadadas, sino de verdades ocultas, disfrazadas, tapizadas. [leer más]
19. EL ARTE DE LA FUGA (Periférica), de Vicente Valero. Truman pudo rastrear la realidad que le fascinaba (por muy problemática que fuera) en “A Sangre Fría” parar recrearla con su escritura, por ejemplo, pero ¿qué pasa cuando la realidad no puede ser rastreada ni recreada porque es muy lejana en el tiempo? Eso mismo parece preguntarse Vicente Valero en “El Arte de la Fuga”. Su punto de partida es engañosamente sencillo: este tomo reúne tres relatos cortos que hablan de tres momentos en concreto en la biografía de determinados autores literarios imprescindibles alejados entre sí en el tiempo. Abren el libro San Juan de la Cruz y su dulce muerte en el silencio más absoluto mientras a su alrededor bullen las opiniones encontradas entre los que le adoran y los que recelan de su arte. A continuación, Friedrich Hölderlin se embarca en eternas caminatas impelidas por el amor que acabarán conduciéndole a un único punto de destino: la muerte desesperada. Y, por último, Fernando Pessoa se deja poseer por una presencia ajena y mística que le dicta algunos de sus mejores textos. [leer más]
18. COLONIAS (Vaso Roto), de Tomasz Różycki. “Colonias” se debate entre la conciencia trágica y una voz siempre a punto de estallar de placer cómico. En los mejores poemas de la colección, el espacio de la imaginación conecta con el de la experiencia: cosas vistas y oídas y recordadas en todos sus límites. La tristeza y la alegría tienen el mismo poder: llevarnos a las lágrimas. Xavier Farré traduce estas meditaciones sobre el exilio, la historia y la imaginación. Su versión, llena de profundidad e ironía, es un regalo para el lector en castellano. En la poesía de Różycki, lo sagrado se alinea con lo onírico y ambos con lo sorprendente, en una serie de composiciones de fría belleza. En la seriedad de su vocación y la belleza de su tono y fraseo, en su preocupación por el legado del arte y la historia ambigua de la destrucción, Różycki es miembro de una secreta unión europea, que se mantiene tan poderosa y tan útil, en ciertos e inciertos caminos, como cualquier conjunto de uniones económicas y territoriales. [leer más]
17. HIJOS DEL ÁTOMO (Alpha Decay), de varios autores. Como ocurre con la propia saga mutante, los escritos de “Hijos del Átomo. Once Visiones Sobre La Patrulla-X” tienen múltiples niveles de lectura que hacen posible que sea el lector quien decida hasta dónde quiere llegar. Las más accesibles son, sin lugar a dudas, las firmas que bucean en la (a veces demasiado) compleja historia de la saga para clarificar determinados puntos o tramos, tal y como ocurre con los textos de Raimon Fonseca o, sobre todo, los de Óscar Broc (con una elocuente visión de la “profanación” como método cíclico de renovación superheróica) y Albert Fernández (abordando cómo la anarquía destructiva de las nuevas generaciones se filtraron por las grietas de la saga). También hay quien opta por centrarse en un personaje y analizarlo en claves de diferente profundidad, tal y como ocurre con los casos de Jean Grey (diseccionada porAlberto García Marcos), Magneto (por Jordi Costa), Lobezno (por Gerardo Vilches) o, inevitablemente, Charles Xavier (por Juan Trejo). [leer más]
16. HOMBRES SIN MUJERES (Tusquets), de Haruki Murakami. “Hombres sin Mujeres“’, publicado en nuestro país de la mando de la editorial Tusquets, recopila siete narraciones que tienen su origen en la revista “Bungei Sunshu“, donde fueron publicadas mensualmente desde diciembre de 2013. Con claras reminiscencias a escritores como Kafka o Hemingway y alusiones al jazz o los Beatles, el japonés dibuja su última novela entorno a la ruptura amorosa y su posterior sensación de soledad. Nos habla de la noción de pérdida irremediable configurando magistralmente un mosaico de hombres incapaces de recuperarse del perjuicio y, por lo tanto, condenados a vivir eternamente en una burbuja aislada. Precisamente la concepción de una huella imborrable para la eternidad es uno de los pilares que sostiene los cimientos de las siete historias. En esta selección de relatos encontramos a un Murakami que se delata más que nunca como un acérrimo sentimental. Al igual que en anteriores obras como en “Al Sur de la Frontera, Al Oeste del Sol” o “Tokyo Blues“, el lector se topará con un preponderante fondo romántico que muchos de sus detractores denominarán melindroso y que, por el contrario, la gran mayoría de sus seguidores devoramos con gusto. [leer más]
[/nextpage][nextpage title=»Del 15 al 11″ ]15. LANCHA RÁPIDA (Sexto Piso), de Renata Adler. Hay libros que están ahí para que te entretengas… Y hay libros a los que se la pela entretenerte. Es este un género (que a su vez tiene mil sub-géneros) practicado por una ilustre estirpe de escritores que van desde Joyce hastaFoster Wallace. Estos literatos nunca tienen en mente si las frases les han quedado lo suficientemente briosas para asegurar una lectura ligera o si los párrafos tienen la medida justa para ayudar a la lectura. Son autores que no piensan en términos de claridad argumental ni de fluidez narrativa. Pero es esta estirpe, sin embargo, la que hace que la literatura evolucione incluso en este siglo XXI. Y a esa estirpe pertenece, no cabe duda alguna, Renata Adler. “Lancha Rápida“, su primera novela editada en el año 1976, la situó rápidamente entre las plumas más destacadas de su generación, y el texto se ha mantenido más que vigente durante cuarenta años por motivos más que evidentes… El primero de ellos, porque es una reflexión pura y dura al respecto del propio lenguaje. Siendo Adler periodista de oficio, no es de extrañar que trate las palabras como sólidos tochos con los que edificar torres elevadas de frágil pero fascinante equilibrio. [leer más]
14. CRÓNICAS DE LA ERA K-POP (Impedimenta), de Fernando San Basilio. La trama es sencilla. Fernández viaja a Corea del Sur para participar en la Feria Internacional del Café. Su mente funciona como la de un científico: “Cuando salgo de la pequeña galaxia Yonsei, me doy cuenta del mucho tiempo que me ha dedicado Jae Eun, pese a ser una chica ocupada, y me pregunto si se lo habré agradecido bastante y, también, si la habré molestado o aburrido con mis preguntas acerca del fenómeno de las cafeterías en Corea y por supuesto no encuentro la respuesta”. Fernández es un hombre de ningún lado. Tal vez por eso no hace otra cosa que analizarse a sí mismo y a las personas que lo rodean: “A Son le desagrada H&M. H&M malo. H&M feo. “H&M” barato, pienso yo. Le hago notar a Son que H&M es una gran multinacional de ropa enrollada y me parece que Son no está preparado para oír algo así. ¿Le he decepcionado?, ¿hemos terminado? En absoluto”. Su carácter es contemplativo, aunque no desvelaremos si logra alcanzar la paz y la iluminación deseadas. [leer más]
13. DUERMEVELA (Alpha Decay), de Maria Rodés. Maria compone sus canciones. Maria canta. Maria sueña. Maria escribe. Maria tiene un cuaderno negro que aguarda cada mañana lo que ha tenido lugar en su cabeza la noche anterior. Aquí vive el miedo, el amor, la infancia, la misma muerte. Aquí Maria cada noche deja el cuerpo y abre la puerta a lo que guarda pero que calla. Porque de noche todo lo que escondemos grita, toma forma y nos muerde. De noche todo lo que ocultamos, aun sin saberlo, se cuela en nuestra habitación y se convierte en el amante sin cara, en el animal herido, en la historia por contar. Llega el nuevo y muchos preferimos guardar silencio, dejar que el paso de la mañana haga su trabajo, que las horas desdibujen la ceremonia que trajo con ella los monstruos, los animales, nuestra vida deformada por el sueño y la noche, por lo que deseamos en voz baja. [leer más]
12. ÉXODO (Automática), de DJ Stalingrad. “Éxodo” viene a contravenir mucho de lo que creemos saber sobre Rusia, sobre todo en lo que respecta a nuestra percepción de la violencia como algo intrínseco y natural en su estructura social. No sorprende entonces el extraño periplo de este manuscrito por la sendas editoriales: primero fue publicado en Internet por un tal DJ Stalingrad (¿no son maravillosos los ecos de postmodernidad con respecto a J.D. Salinger?), hasta que se destapó el pastel y se descubrió que el autor era realmente Piotr Siláiev, conocido activista político. Pronto “Éxodo” se publicó de forma clandestina hasta que sus textos se recopilaron en la revista Znamya. No sería hasta el año 2011, sin embargo, cuando los escritos de DJ Stalingrad se recopilarían en el formato novela que ha sido publicado en nuestro país de la mano de la editorial Automática.
11. LAS BRIGADAS PROSUBLIME (Sloper), de Jesús Pérez. Por sí misma, la sátira no es capaz de derrocar a reyes ni tiranos; no previene guerras; no decide el resultado de las elecciones. Aunque casi nunca cambia el curso de la Historia, a menudo acompaña y refuerza la acción política. Las caricaturas y los chistes dirigidos contra la familia real ayudaron a crear la atmósfera de furia que culminó en la Revolución Francesa. Las burlas contra la guerra de Vietnam lograron el cambio en la opinión pública que acabó con ella. En su novela de 2015 “Las Brigadas Prosublime”, el escritor de ciencia ficción Jesús Pérez Caballero (Gandía, 1981) protagoniza el enésimo intento de evitar el desastre planetario. En el siglo XXX, la superpoblación y el agotamiento de los recursos se encuentran a niveles de crisis; el hambre y el colapso político están a la vuelta de la esquina. Los guerrilleros de las Brigadas Prosublime, organización terrorista que elimina a quien no sea sublime al modo de Charles Baudelaire, campan a sus anchas. [leer más]
[/nextpage][nextpage title=»Del 10 al 6″ ]10. LAS GANAS (Blackie Books), de Santiago Lorenzo. Todos tenemos algún amigo (o conocido) que es así, que habla así, que se comporta como Benito, el protagonista de “Las Ganas” de Santiago Lorenzo. Son esas personas a las que les cuesta integrarse en grupos grandes, que tienen tendencia a una invisibilidad transitoria que sólo abandonan para interaccionar en su entorno en un idioma repleto de extrañeza, de casi enajenamiento. Esos personajes que, puede que por falta de experiencia a la hora de comunicarse con humanos reales, puede que por un ostracismo al que se ven condenados debido a su falta de pericia dialogante (¿qué fue antes, el huevo o la gallina?), acaban desarrollando una especie de lenguaje propio, un código cifrado con una tendencia hacia el uso de términos arcaicos como supuesto rasgo de humor que debería acercarles a los demás cuando en realidad les está alejando. Gente que, como el Benito de “Las Ganas“, cree que lo más normal del mundo es inventarse palabras como “porlar” (término en el que se enmascara un miedo infinito al concepto “follar“) o “tremedal” (dícese de unas ganas de chuscar tan tremendas que cualquier cosa que ves por la calle te parece un posible compañero de cama). Seres a los que les parecen lo más normal del mundo oraciones como “Benito no pudo más y se echó a derramar caldo de ojo delante de todo el Cercanías“. Sabes el tipo de gente del que estoy hablando, ¿verdad? [leer más]
9. DESEO QUE VENGA EL DIABLO (Seix Barral), de Mary MacLane. Como casi todos los libros, “Deseo que Venga el Diablo” tiene múltiples lecturas. Pero, como muy pocos, el debut literario de Mary MacLane tiene una capacidad natural para que esas diferentes lecturas polaricen completamente a los lectores entre los fans (por identificación) y los detractores a ultranza (por la imposibilidad de ponerse en los zapatos de quien escribe). Algo similar a “El Guardían Entre El Centeno” pero con protagonista femenina post-adolescente… Si al Holden Caulfield de Salinger hay que pillarlo en la edad adecuada y con el background mental idóneo (dos condicionantes que, sin embargo, dejan a más gente “dentro” del libro que “fuera” de él), lo mismo puede decirse a la Mary MacLane que se erige como protagonista absoluta de “Deseo que Venga el Diablo“. [leer más]
8. LA VIDA SOÑADA DE RACHEL WARING (Impedimenta), de Stephen Benatar. ¿A quien no le gustaría recibir una preciosa casa georgiana como herencia de una tía a la que se supone que queremos mucho pero a la que casi nunca veíamos? Esa suerte tiene Rachel Waring, una oficinista de mediana edad que trabaja en Londres y comparte piso con su única amiga a la que no soporta porque tiene mal gusto, es soez y fuma como un carretero. Rachel no duda en dejar atrás su vida gris en la capital para convertirse en dueña y señora de la casa que le ha dejado su difunta tía en Bristol y hacer así realidad su sueño de llevar una vida entregada al optimismo, la cultura, la belleza y el dolce far niente… ¡Menuda suerte tienes, Rachel Waring! Y ella lo sabe. Por eso encara su nueva existencia con una felicidad extrema, siempre con una canción en los labios, con la intención no sólo de hacer su vida mejor, sino también la de sus vecinos. Cuál será la sorpresa deRachel Waring cuando, al instalarse en la casa, descubre que ésta fue propiedad de un filántropo de la ciudad, lo que la lleva a indagar más sobre la vida de este hombre que a partir de ese momento marcará su existencia y su cordura… hasta límites insospechados. [leer más]
7. ESTRICTAMENTE BIPOLAR (Sexto Piso), de Darian Leader. El punto de partida de Leader es analizar qué es lo que nos ha llevado a vivir bajo el reinado de la bipolaridad, suceso al que atribuye dos causas. La primera, histórica y principalmente mercantil, pone en evidencia como a mediados de los 90 el mercado farmacéutico, que se tambaleó al caducar las patentes de los antidepresivos de mayor venta, buscó casi desesperadamente nuevos destinatarios y clientes: “Así como la depresión había sido comercializada de forma activa como un trastorno por quienes proporcionaban el remedio químico para ella, del mismo modo se envasaba y vendía ahora la bipolaridad junto con su remedio”, apunta elocuentemente Leader, pero la verdad es que los datos hablan por sí solos: los estadounidenses diagnosticados con trastorno bipolar florecieron como margaritas al llegar la primavera pasando rápidamente de un 1% a un 25%, y desde mediados de los noventa la prescripción de la medicación para estabilizar el estado de ánimo incrementó en un 400% en las recetas para los niños y en un 4000% en el diagnóstico global. [leer más]
6. LA ANALFABETA (Alpha Decay), de Agota Kristof. “La Analfabeta” supone verdad, vida y coraje, y nos muestra la cara de la escritora: una mujer que golpea a la vez que escribe, unas manos que tiemblan pero que producen palabras, un animal con miedo que no emprende la huida sino que ofrece la mejilla frente al folio en blanco. Porque como dicen las palabras de Fábio Morábito en el prólogo, “sólo dejando de llorar, se puede escribir“. Y es que para Kristof, como contó en alguna entrevista, peor que la guerra fue la posguerra. La llegada a un nuevo país y la vida que empezaba no fueron tal como ella pensaba. Vino la invasión, la pérdida, el dolor. El exilio matando a su propia lengua materna. Ya en las primeras páginas del relato se sincera: nunca imaginaba que hubiera más que una lengua, que cualquier otro ser humano pudiera pronunciar una palabra, un color, un sentimiento en un idioma diferente. [leer más]
[/nextpage][nextpage title=»Del 5 al 1″ ]5. LO CONTRARIO DE LA SOLEDAD (Alpha Decay), de Marina Keegan. Marina Keegan no pudo hacer que pasara algo en el mundo por una mera cuestión de falta de tiempo… Pero su memoria, comprimida en este “Lo Contrario de la Soledad“, sí que puede conseguir que pase algo en el mundo. No nos dejemos llevar por la grandilocuencia habitual en la post-tragedia: las letras de Keegan no pasarán a la historia por ellas mismas, sino por su potencialidad. Todos estos relatos y textos hay que leerlos no sólo para disfrutar de un estilo que nunca incurre en el error de querer parece “viejo” o “maduro” y que por el contrario se deleita en explotar los tics y vicios de la juventud; estos textos hay que leerlos en clave de promesa, imaginando la autora en la que se habría convertido Marina. Es esa Marina a la que hay que llorar sin pasarse en las alabanzas hacia las otras dos Marinas que se encuentran en este libro: la Marina de mentira, experta en ficción, y la Marina de verdad, maestra de la no ficción. Esto es (literalmente) todo sobre Marina Keegan. [leer más]
4. SUMISIÓN (Anagrama), de Michel Houellebecq. “Sumisión” existe porque existe François. Alter ego del autor, el protagonista y voz narradora de la novela es un profesor de la Sorbona especialista y obsesionado con Joris-Karl Huysmans, escritor referente del decimonónico francés. François es un solitario empedernido que no cree en prácticamente nada. Él observa, reflexiona, folla, bebe, imparte clases, mantiene elevadas conversaciones, pero lo hace todo con una pasmosa apatía, sin ocultar su desgana hacia todo lo que le rodea. Básicamente acepta vivir una realidad que ni le interesa, ni pretende cambiar, mientras asume su propia existencia que considera vacía. Teñido de nihilismo, este misántropo -eje observador de todos los acontecimientos- aparece como un reflejo del resto de la población Europea. [leer más]
3. GRACIAS POR LA COMPAÑÍA (Seix Barral), de Lorrie Moore. Si hay un relato en “Gracias por la Compañía” que funcione como síntesis de lo que significa Lorrie Moore, ese es precisamente “Sujeto a Registro“, donde dos espías se encuentran fugazmente para revivir un amor que no pudo ser… pero que tampoco podrá ser nunca, cambien las circunstancias que cambien. En este caso, hay un leit motif casi de thriller que actúa de impedimento, de “ruido” en el mensaje entre las dos partes de una relación. Es fácil entender este caso por sus características concretas, pero es que, al fin y al cabo, si quitas la coartada de thriller, encontrarás que el resto de relaciones retratadas por la autora funcionan exactamente igual. Solo que encuadradas en un marco mucho más realista. La voz de Moore es fascinante: suele arrancar in media res y, en ocasiones, el lector necesita bastantes páginas para obtener un panorama real de lo que está ocurriendo (eso si al final llega a obtener tal panorama). Y ahí está la génesis de la fascinación que provocan los relatos de “Gracias por la Compañía“: en que no te dan nada mascado, en que no son narrativos sino mentales y emocionales. La pureza de la pluma de Lorrie Moore es salvaje pero sosegada: sus pinceladas son milimétricas y puede que no te dé todos los detalles que querrías, pero sí que te ofrece todos los detalles que necesitas. Literatura de la depuración. ¿No sabías que las bebidas alcohólicas, cuanto más puras, antes llegan a la sangre y te desbaratan el resto de sistemas del cuerpo? [leer más]
2. LOBO EN LA CAMIONETA BLANCA (Contra), de John Darnielle. Si esto fuera un examen y se me pidiera acotar algunas de las principales temáticas de la literatura contemporánea, lo tendría bien claro… Para empezar, la gran temática sería la construcción de la identidad en un entorno en el que existe una gran tensión entre la era de la sobre-información y la supuesta hiper-comunicación y una realidad en la que los seres humanos están más desconectados que nunca los unos de los otros. Seguimos: otra gran temática podría ser perfectamente la creciente confusión entre realidad y ficción en la vida de toda una sociedad apabullada por el avasallamiento de la industria de un entretenimiento cada vez más sofisticado, cada vez más inmersivo, cada vez más tendente a la existencia paralela. Siguiente pregunta del examen: “extrapola los ejemplos más comunes con los que suelen representarse las grandes temáticas de la pregunta anterior”. Aquí la cosa se complica, pero tampoco demasiado: basta con hablar de adolescentes pegados a las pantallas de sus dispositivos electrónicos, a sus videojuegos de ultimísima generación cada vez más absorbentes… Y ahí es precisamente donde está lo sublime de “Lobo en la Camioneta Blanca” de John Darnielle: que consigue hablar de las mencionadas grandes temáticas pero situándolas en un marco totalmente nuevo y fascinante. Hipnótico por lo que tiene de anacrónico pero, a la vez, fascinante por lo que tiene de retrato profético del huevo de la serpiente. [leer más]
1. LOS INTERESANTES (Alba), de Meg Wolitzer. El punto de partida de «Los Interesantes» tiene todas las papeletas para alienar al lector: un grupo de chavales se reúne una noche en una cabaña de un campamento de verano especializado en artes y, puesto que todos vienen de familias poderosas o artísticas y tienen pensado conquistar el futuro, bautizan a su propio grupo como Los Interesantes. Lo interesante, sin embargo, es lo que viene después… Meg Wolitzer se reserva la baza de introducir en ese grupo a dos personajes que provienen de familias humildes y que, de entrada, no deberían tener reservado ningún tipo de futuro brillante. Sobre todo a partir de la protagonista Jules Jacobson, sabe capturar el rayo del desencanto implícito en toda carrera hacia la edad adulta: es un rayo que quema en las manos cuando te das cuenta de que todo el mundo a tu alrededor parece medrar más rápido que tú ya sea por méritos propios o por méritos familiares. Wolitzer no le da la espalda a los sentimientos negativos, a las envidias y los «what if» que conducen únicamente a la autoconmiseración, al hecho de que, para que una amistad sea duradera, tiene que tener oscuros además de claros. Y, sobre todo, Wolitzer hace todo lo dicho planteando cada capítulo como un estimulante y elocuente campo de batalla: todos tienen una acción que actúa de hilo de plata, pero las memorias de los protagonistas corren de un punto a otro de sus propias cronologías a través de un caudal de recuerdos ante el que el lector nunca se siente desbordado, sino más bien integrado. Como un amigo más. Sintiendo por igual el amor y la envidia. El odio y el deseo. Cómo se va apagando poco a poco la chispa de todo hasta que te das cuenta de que haber llamado a tu grupo de amigos Los Interesantes fue la mayor gilipollez que hiciste en tu vida. [Raül De Tena] [/nextpage]