¿Existe algo más difícil que elegir tan sólo treinta discos nacionales como los mejores del 2014? Puede que sí. Pero a nosotros esto nos cuesta la vida.
[dropcap]N[/dropcap]o sabéis qué bien sienta sacarse de encima una lista como esta de los mejores discos del 2014… ¿Por qué? Porque, si en algún momento aparecen nubarrones de tormenta sobre nuestra apacible redacción, siempre es cuando estamos «debatiendo» esta lista o la de su siamés internacional. Evidentemente, y como supondrán ustedes, toda lista siempre surge de la suma de otras diferentes sub-listas, una por cada colaborador. El problema es el siguiente: en Fantastic Plastic Mag cada uno tiene más o menos su especialización. Está el que parte la pana con nuevos grupos locales, el que aporta el savoir faire clasicote del mejor indie internacional, el que sólo escucha discos ocultos y así hasta el infinito y más allá.
Así las cosas, el «consenso» es una ilusión bastante difícil de conseguir. Tiene que haber un disco muy bueno para que todos nos mostremos de acuerdo con los primeros puestos de la lista. Aun así, ha de constar en acta que cada año lo intentamos. Con todas nuestras fuerzas. Y a riesgo de pelearnos hasta dejar de hablarnos durante una temporada (¿qué le vamos a hacer? En FPM también está la facción drama queen, pero eso ya se nota, ¿verdad?). Sea como sea, ya está, ya nos hemos sacado de encima la lista de los mejores discos del 2014 y tenemos que reconocer que estamos muy contentos con el resultado final. Ahora os toca a vosotros criticarnos.
30. AGENT COOPER / Russian Red. La autobiografía íntimo-afectiva que es “Agent Cooper” no adquiriría pleno significado si no se intercalaran en ella ciertos tonos sonoros oscuros, aplicados de manera impecable en la taciturna y atmosférica “Neruda”, la introspectiva “…Xabier” -cuyo desarrollo progresivo se materializa sobre riffs eléctricos poderosos y relativamente grandilocuentes- y “Tim B”, de sombrío poso acústico que actúa como perfecto epílogo del álbum y completa un trabajo repleto de referencias, que van de la llamativa portada del LP -como se preguntó uno de nuestros redactores: “¿es la foto o sale un poco Miley?”– a la explosiva portada en la edición española de Rolling Stone, pasando por el videoclip de “Casper” -rodado en una estancia del Pink Motel angelino (el que aparece en “Drive”), tan lynchiana y con una ambientación rojiza como la de la mítica habitación de “Twin Peaks”-. Pero que los árboles norteamericanos entre los que se ha instalado Lourdes Hernández no nos impidan ver el verdadero bosque: “Agent Cooper” conjuga esos símbolos externos de un modo natural, sin que se impongan sobre los aspectos musicales. Porque de eso se trata, de música, y del afán de Russian Red por enriquecer su propuesta y avanzar. Bravo por ella. [leer más]
[divider]29. TONI BRAVO / Las Ruinas. Año nuevo, disco nuevo. Este debe ser uno de los propósitos -si no el principal- de Las Ruinas cada vez que se toman las doces uvas en Noche Vieja y que, si dejaran de cumplirlo, se haría muy raro. ¿Una temporada musical sin tener novedades del trío formado por Edu Chirinos (voz y guitarra), Jaime Bertrán (bajo y voz) y Toni López (batería)? Imposible… Aunque esta vez no han apurado tanto los plazos como con su anterior referencia, “Acidez House” (El Genio Equivocado, 2013), publicado en los estertores de 2013, y han dado margen antes de que acabe el año tanto a público como a crítica para comprobar que la evolución practicada en el citado trabajo -apertura de su habitual punk-rock de baja fidelidad hacia el post-punk de amplio espectro, el dub y el pop- no fue flor de un álbum. Esta es la gran conclusión a la que se llega una vez destapada la que es ya la quinta pica en su trayectoria, “Toni Bravo” (El Genio Equivocado, 2014), que se puede considerar la sublimación de su sonido al funcionar como una plataforma en la que mantienen desplegado el abanico estilístico abierto en “Acidez House” y pulen las diversas fórmulas pop-rock usadas en el pasado. [leer más]
[divider]28. LA ESPALDA DE UN PERRO / El Palacio de Linares. “Himalaya” (Elefant, 2012) y “La Casa es Negra” (Discos de Paseo, 2013) eran dos pizpiretos y exquisitos EPs repletos de un vibrante pop que se derivaba de The Go-Betweens, The La’s o The Feelies, la escudería neozelandesa Flying Nun, la sección más popera de la Motown e incluso del alegato mediterráneo-meridional germinado en nuestro país hace unas temporadas. Esta acertada mezcla estilística practicada dentro del amplio género pop sugería que, en cuanto se decidiesen a publicar su primer largo, El Palacio de Linares podrían entregar un verdadero pelotazo de los que dejan huella. Y, pese a lo hiperbólico de la expresión, esa es la conclusión a la que se llega tras degustar “La Espalda de un Perro” (Sweet Grooves Records, 2014), un 10’’ que lleva a su máxima expresión el atrevimiento del trío a la hora de modelar la materia prima con la que trabaja sin límites, corsés ni prejuicios. Eso sí, teniendo en cuenta que su base primordial es el indie-pop de las referencias clásicas mentadas unas líneas más arriba combinadas con otros ascendientes como Belle & Sebastian. [leer más]
[divider]27. EL CARIÑO / Modelo de Respuesta Polar. El cariño es un sentimiento cálido pero que no quema. El cariño es un sentimiento tibio… Hace unos días, hablaba con uno amigo que últimamente se está viendo con alguien que acaba de conocer, alguien con quien folla y con quien tiene citas en el sentido más tradicional del término, alguien que le enciende un brillo lejano en las pupilas y de quien habla con una mezcla de pudor e ilusión. Alguien, sin embargo, ante quien prefiere vestir una coraza de comentarios como “no estoy enamorado” o “sólo siento cariño”. Y no quiero decir que esta coraza no sea algo inteligente (que lo es); lo único que estoy diciendo es que esta diferencia de rango entre “amor” y “cariño” es algo real, una especie de gradación de calor del corazón. Considerando lo dicho, no sorprende para nada que Modelo de Respuesta Polar hayan decidido titular su segundo álbum “El Cariño” (Limbo Starr, 2014): en estas diez canciones hay un calor que, en otras circunstancias, quemaría, arrasaría, reduciría a cenizas, pero que tal y como lo vierten sobre nosotros Borja Mompó y compañía se recibe más bien como una lluvia tibia. Eso sí, que nadie se lleve a engaño: algo tibio también puede causar quemaduras de primer grado. [leer más]
[divider]26. MERMELADA DORADA / Aries. En “Mermelada Dorada” (La Castanya, 2014), Isa repitió proceso creativo -con cambio discográfico de BCore al sello La Castanya incluido- rodeándose de varios artistas amigos. Junto a ella -transmutada otra vez en chica-orquesta-, aparecen Jose Vázquez a las percusiones y teclados, Alba Blasi a los coros y teclados, Inés Martínez y Joan Colomo a los coros, Andrés Magán a las guitarras y el ubicuo Santi Garcia a la producción (de la que se encargó al alimón con Vázquez y la propia Isa) como colaboradores de lujo que pusieron su grano de arena para que la deliciosa confitura que es “Mermelada Dorada” funcionara como el gran salto hacia delante de Aries: si en su debut reflejaba diferentes vías expresivas, una utilización de recursos formales no manejados antes y una inclinación hacia inéditas o renovadas referencias estilísticas para definir su identidad sonora, en este disco recicla esa completa declaración de intenciones en potentes virtudes que consolidan su marca personal. [leer más]
[/nextpage][nextpage title=»Del 25 al 21″ ]25. CVEEC 2 / Cómo Vivir En El Campo. En “CVEEC 2”, Cómo Vivir en el Campo dan varias vueltas de tuerca a su estilo hasta ofrecer una versión poliédrica de sí mismos, inspirada tanto en la electricidad melódica de Guided By Voices como en el pop desaliñado de Pavement -¿cuánto queda para que Pedro Arranz sea considerado el Stephen Malkmus patrio?- y el brillantemente clasicista de Tachenko. Aunque, entre medias, los madrileños también se dejan seducir por el traqueteo y la espiritualidad del krautrock y, siguiendo la estela de otros grupos españoles durante las últimas temporadas, por los aires de géneros tradicionales adaptados perfectamente a su sonido como el bolero (“Lo Que no Hace la Razón lo Hace el Diablo (Bolero)”) o la canción latinoamericana (“Cuando el Sol”, original de la cantautora cubana Teresita Fernández). [leer más]
[divider]24. CAMINITOS DEL DESEO / Manos de Topo. Como el mismo grupo afirma sobre su cuarto álbum autoeditado, “Caminitos del Deseo” (Collar de Macarrones, 2014), “Seguimos cantándole al amor. Diez canciones que hablan de andar nuevos caminos, crear senderos diminutos al margen de las rutas sentimentales oficiales. Todo lleno de trampas, igualmente”. Touché. El escenario emocional del ser humano medio continúa enfangado, pero existe la opción de rodearlo a través de atajos o vías paralelas para quitarse el barro de encima. Esta idea se relaciona con el concepto estético, narrativo y musical de este disco que transforma estampas sexual-afectivas cotidianas y vividas a dúo pero interpretadas sólo por uno de sus protagonistas en cortometrajes bélicos y dibuja un croquis para ir esquivando los trastos lanzados a la cabeza desde diferentes direcciones. No, “Caminitos del Deseo” no es, en esencia, un trabajo optimista, pese a que se podría creer que la conclusión levemente luminosa y positiva de su predecesor, “Escapar con el Anticiclón” (Sones, 2011), ayudaría a que el ánimo se levantara aquí. Pero la realidad manda e, incluso, se agrava. El discurso actual de Manos de Topo añade a su acostumbrada imaginativa disección del cariño, las bajas pasiones y otras cosas del querer la agitación del contexto en que vivimos hoy en día y el temor a afrontar determinadas imposiciones de la edad adulta: sublevación y rabia en las calles, uniones nupciales y descendencia… Miedo, pavor, horror. [leer más]
[divider]23. WOLVES / I Am Dive. Y, al final, la niebla se disipó, las brumas se apartaron… y dejaron al descubierto una mañana soleada de esas en las que puedes escuchar cómo el rocío se escurre de las hojas en la naturaleza a tu alrededor. Jugar al paisajismo con la música de I Am Dive siempre ha sido demasiado tentador: hablar de sus primeros trabajos como algo nocturno, seguir con su afición por los paisajes nevados en los que el blanco ciega los ojos y acabar, aquí a ahora, con esa imagen que he descrito un poco más arriba y que es lo que evoca precisamente este «Wolves» (Foehn, 2014) en el que parecen darse la mano dos aliados naturales: The Blue Nile y Craig Armstrong. Siguen estando presentes las constantes vitales del dúo: la atmósfera siempre parece tener más importancia que la estructura en las canciones de I Am Dive, como si el aire que nos envuelve (y que puede estar cargado de mil tesituras, colores, olores, sabores… emociones) fuera más importante que nosotros mismos, que nuestros cuerpos. Pero, ahora, y pillándonos un poco por sorpresa, «Wolves» apuesta por clarificar la electrónica brumosa, limpiar sus líneas y definir sus contornos a la vez que consigue que la instrumentación «real» suene mucho más analógica, volviendo a resucitar la eterna dicotomía trenzada de tradición / modernidad, pasado / futuro donde la voz de Esteban Ruiz sigue siendo el mejor antídoto para curar toda alma dañada por la vida urbana. [Raül De Tena]
[divider]22. QUEMADERO / Juventud Juché. “Quemadero” transcurre como una exhalación, entre descargas vocales, riffs incendiarios y ritmos entre espídicos y ásperos. Alcanza tal punto de ebullición que derrite cualquier reproductor por el que se escuche, por muy analógica que suene la metáfora. Juventud Juché presentan en bandeja de uranio la vía para que el oyente (indignado o a punto de indignarse) se desahogue y se desate, para que supere sus límites físicos y active sus neuronas a base de latigazos propios de una sesión de sadomaso placentera y voluntaria. Javi, Luis y Arturo redimensionan y potencian, además, la estructura básica de guitarra-bajo-batería hasta hacerla sonar como si la guiase un batallón cargado de armas de destrucción eléctrica. Y, lo más importante, abren la espita para que el pensamiento automático pero auténtico estalle libremente. Cuidado con “Quemadero” porque, sin duda, quema. [leer más]
[divider]21. SHEROINE / Brunetto. Si el híbrido es el signo de nuestros tiempos post-modernos, también hay otro rasgo de esta era que cada vez se está haciendo más y más común: concebir las obras como work in progress, dejando a la vista de quien mira / escucha un proceso de trabajo puede que imperfecto, pero siempre más interesante que los resultados finales que ya hemos visto una y mil veces. Una crítica posible a “Sheroine” diría que suena a demasiadas cosas, que no resulta homogéneo a la hora de definir sus sonoridades. Otra crítica posible a “Sheroine” (y, a mi entender, mucho más acertada) diría más bien que, tras un pasado en el que Brunetto mostró una adhesión absoluta a un género ya agotado (la electrónica que bebía del post-hip-hop), ahora no sólo decide embarcarse en una búsqueda de nuevos horizontes en los que juguetear alegremente, sino que nos hace partícipe de este proceso y deja al descubierto sus entrañas. ¿Cómo no entrar en su juego? ¿Cómo no chapotear en sus entrañas? [leer más]
[/nextpage][nextpage title=»Del 20 al 16″ ]20. BRIGHTER / Jupiter Lion. Bases metronímicas, compases delineados con extrema exactitud, baterías pétreas, ritmos en espiral, progresiones arrolladoras, sintetizadores espaciales, secuencias ascendentes, desarrollos planeadores… Estos son algunos de los códigos clave del krautrock que tan hábilmente manejan Jupiter Lion, abanderados de la pletórica escena rockera valenciana. Lo demostraron con creces en su homónimo álbum de debut, “Jupiter Lion” (BCore, 2012), así que su siguiente reto consistía en impulsar su fórmula unas galaxias más allá. Dicho y hecho: en su segundo trabajo, “Brighter” (BCore, 2014), el trío formado por Jose Guerrero (bajo y voces), Gonzo In Vegas (batería) y Sais (teclado y programaciones) hace honor a su título al engordar su germánica receta sonora con bajos punzantes post-punk, secciones vocales que actúan como elementos magnético-hipnóticos, riffs de free rock incandescente, litros de psicodelia policromática y pasajes de abstracción cósmica. [leer más]
[divider]19. QUE LE CORTEN LA CABEZA / Atención Tsunami. Aprietas el botón de play y lo primero que escuchas es un sample de la aguda voz de Marisol en su película “Tómbola”. Así se abre “Que le Corten la Cabeza” (Récords del Mundo, 2014), segundo trabajo de Atención Tsunami: de una manera que te descoloca… en el buen sentido del verbo. Porque luego arranca el corte inicial, “Marisol”, y enseguida te das cuenta de que el combo madrileño quiere agitarte, también sacudirte, para anclarte en su sólido y vibrante terreno rock. A renglón seguido, en “Deixis para Perros” -que incluye versos sampleados del poeta británico Philip Larkin-, comienzas a ser consciente de que corres peligro de quedarte atrapado en él. Una sensación que ya avanzaba el tema de adelanto del LP, “Casi Nunca”, expresión ideal del actual sonido de la banda -más poderoso y completo que aquel que presentaba en su estreno “El Lejano Oyente” (Estoescasa, 2009) y con pespuntes electrónicos- y de su impresionista lírica recogidos en “Que le Corten la Cabeza”. [leer más]
[divider]18. PERSPECTIVA CABALLERA / Sr. Chinarro. Pese a los cambios administrativos, los rasgos definitorios -tanto musicales como compositivos- de Luque y su grupo se mantienen intactos: sonido bien trenzado y compacto y lírica elaborada, de poética nada convencional y alejada de los estándares acostumbrados en el panorama patrio pese a los malos tiempos para ello. Aunque con un matiz importante: en su nuevo disco, “Perspectiva Caballera” (VEEMMM, 2014), esos parámetros vuelven a situar a la banda en la etapa previa a su metamorfosis en “El Mundo Según” (Mushroom Pillow, 2006), noticia que alegrará a una parte de sus seguidores y disgustará a otra. Así que, en la mayoría del repertorio del álbum que nos ocupa, pueden ir despidiéndose de los Sr. Chinarro luminosos, practicantes de un pop diáfano e inmediato y permeables a la tradición sonora andaluza que relucieron en sus tres LPs editados en la presente década. [leer más]
[divider]17. LA FOTO FANTASMA / Cosmen Adelaida. Cosmen Adelaida confirman con su segundo álbum, “La Foto Fantasma” (El Genio Equivocado, 2014), que han elegido la dirección correcta y han rematado con éxito el trayecto que les quedaba por delante, en el que, por otra parte, vieron cómo cambiaba su alineación original: a Nacho de la Hoz (guitarra y voz), Javi Egea (guitarra y voz) y Elisa Pérez (batería y voz) se unió Luis Fernández (bajo; también en Juventud Juché y Los Claveles), tras la marcha de Beatriz Page (teclado) y Marcos Domínguez (bajo). Pero, a juzgar por los resultados obtenidos, esas alteraciones no han afectado al desempeño del grupo. Al contrario: reforzado en los teclados y sintetizadores por Javier Carrasco (Betacam, Rusos Blancos y Templeton) y, puntualmente, por Àlex Marull (Odio París), el actual cuarteto se presenta más firme y sólido que antaño, con un sonido más pulido y tremendamente diáfano que da lustre a sus influencias y, de paso, aumenta su personalidad estilística. [leer más]
[divider]16. LA FILIA I LA FÒBIA / Joan Colomo. «La fília i la fòbia» (BCore, 2014) es una lucha de contrarios. Creo que hasta el mismo Joan Colomo lo es. Su voz aguda y aparentemente ingenua critica (y no sólo en éste álbum) la sociedad en la que vivimos y los comportamientos de muchos de nosotros. Es capaz de abrir una canción confesando que no le gusta la gente y acabar desnudándose hasta encontrar sentido a todo a través del amor. Yo lo encuentro precioso. Acusa al hombre blanco y rico de ser causante de todos los males («Dona Negra»), en tono pesimista habla del final del mundo, de la caducidad inevitable de la vida («El Nuevo Orden Cósmico«), de la alienación de los individuos con las redes sociales («Reses sociales«) y de los cambios, en clave de humor y reggae, que sufre el cuerpo a través de los años (¿será que se está haciendo mayor?), del futuro negro que nos espera a todos… A mi que no me digan que ya no se hace música política. Y magistralmente es capaz de cambiar en un instante y hablar de amor, de la imaginación, de la magia y la nostalgia de las cosas pasadas, de caricias con los dedos, de la suerte y la perseverancia («Tus Pies«), de la amistad, de la esperanza. [Helena Fradera]
[/nextpage][nextpage title=»Del 15 al 11″ ]15. THE SEA / Beach Beach. La realidad dice que Beach Beach han recurrido a ese título inspirados en “El Mar”, obra del escritor Blai Bonet, para modelar -reforzados para la ocasión por Ferran Resines (hammond) y Cristian Pallejà (trompeta y coproductor)- un trabajo que repite los mismos niveles de efervescencia y nervio de su predecesor. Así que, si ya sienten en sus carnes el frío y la humedad otoñales, aprieten el botón de play para que este álbum gire sin cesar y les dé todo su calor y amor indiepop a través de temas tan burbujeantes como “Just Like Before”, “A Weak Song”, “No Joy, No Drama”, “Fishbowl” o “Narrow Fingers”. Estas son sólo cinco muestras de un repertorio vivaz en el que hallarán guitarras centelleantes, melodías adictivas y estribillos pegajosos: un triángulo de placer sonoro que Beach Beach dibujan en unas canciones lustrosas con las que es posible disfrutar de un verano eterno. [leer más]
[divider]14. MUNDO FATAL / Me & The Bees. Hay momentos en los que, inexplicablemente, la música que se introduce en nuestras orejas y los elementos que nos rodean se interrelacionan con absoluta armonía; como si todas las piezas, perfectamente ordenadas, estuviesen componiendo según la velocidad de nuestros pasos una sinfonía involuntaria y de belleza íntima. Ahora mismo, en el sur de la esquina noroeste peninsular, donde se halla un servidor, parece que determinadas canciones que se escuchan con especial atención se despliegan de un modo natural y automático al compás de los rayos de sol que, cegadores y calientes, anticipan la llegada del deseado verano. Es probable que, en el resto del territorio ibérico -si la meteorología lo permite- esté sucediendo algo semejante. Quizá muchos oídos y ojos se estén coordinando en este instante para crear pequeñas historias visuales con banda sonora de fondo que marca el ritmo de lo que sucede alrededor bajo la incipiente calidez del estío. No resultaría extraño descubrir que el nexo de unión entre tan poéticas estampas fuese alguna de las canciones que forman parte del nuevo disco de Me and The Bees, “Mundo Fatal” (La Castanya, 2014). [leer más]
[divider]13. JUVENTUD INFINITA / Novedades Carminha. Menos de media hora es lo que necesita este trío compostelano para dejarnos con el culo roto tras la escucha de una tercera propuesta musical que, si bien conserva la esencia de lo ya escuchado hasta ahora, también introduce sutiles innovaciones que se traducen en acertados cambios en el sonido. Como fruto de una producción más seria, trabajada y cuidada (es necesario recordar que en entregas anteriores había una amalgama interesante de estudios y una notoria distancia entre períodos de composición de los temas) a manos de Ángel Kaplan y la correspondiente masterización a cargo de Noel Summerville (Black Lips, The White Stripes, My Bloody Valentine…), nos encontramos con un sonido más equilibrado y homogéneo que en los LPs precedentes. La desvergüenza y la irreverencia se mantienen impasibles ante un proceso de cambio que va desde aquel contundente garage con toques lo-fi hasta cierto “refinamiento” donde las voces ganan nitidez y acercan el sonido hacia campos más pop. Esto, junto a los perspicaces momentos que nos acercan a otros estilos como el noise, el surf-rock e incluso el synth-punk, convierte los diez temas que componen “Juventud Infinita” (Ernie Producciones, 2014) en una experiencia musical digna de escuchar en bucle en estos días incipientemente primaverales. [leer más]
[divider]12. PAVEMENT TREE / Bigott. Bigott ha cambiado otra vez de tercio de una manera radical, casi inédita en su trayectoria, empujado -no se sabe si con o sin premeditación- por su colaboración con el gran Jeremy Jay, encargado de la producción y grabación de “Pavement Tree”. Inevitablemente, la mano del californiano se aprecia en su tracklist, tanto en fondo como en forma: recuerden la esencia emocional y etérea y las hechuras satinadas de su último LP, “Abandoned Apartments” (Grand Palais / Modulor, 2013), y trasládenlas al universo Bigott. Así obtendrán las líneas maestras del trabajo que nos ocupa, que se aleja del adorable histrionismo y de la refrescante efusividad marca de la casa para destacar la condición de crooner pop especial pero firme de Laudo, carácter que antes sólo mostraba -satisfactoriamente- en ocasiones puntuales. “Pavement Tree” parte de esa base para mostrar la renovada cara musical de Bigott, que se dispersa hacia varias direcciones: dreamy, evocadora e ingrávida en el corte titular, “Pavement Tree”; depurada y estilizada en “Baby Lemonade”; plácida y tímidamente luminosa en “It’s Ok”; espartana y sólida en “Electrolane”; y fiel a su pasado -aunque teñida de melancolía- en “Gipsy Loop”. [leer más]
[divider]11. CONTROL / Fernando Lagreca. Habrá quien diga que a la hipnagogia le tocaba despertar a base de yoyas… Pero, la verdad, si alguien me pregunta a mi, diré que prefiero la versión de Fernando Lagreca en «Control» (Irregular, 2014): como el chill wave no podía quedarse dormitando forever and never en la camita de su habitación (nótese aquí la referencia a los bedroom producers de última generación), Mr. Lagreca ha decidido despertarlo a base de baile. Y, por si alguien anda perdido con estas analogías, seamos claros: el anterior disco de Fernando, «Childhood Is All We Have» (Irregular, 2012), fue un delicioso epílogo al mencionado chill wave que, sin embargo, consiguió sonar más fresco que algunos de los trabajos fundacionales de aquel género. Ahora, sin embargo, «Control» te invita a lo contrario de su propio título: las ganas de perder el control, de baile, de despertar a la vida a través de una danza nada macabra, se filtran a través de las grietas del chillwave, de tal forma que la melancolía inmobilista y siempre ombliguista (para bien) se conjuga en presente perfecto con ese electropop que voló desde los 80 hasta nuestro siglo gracias a lo depurado de sus líneas y contornos streamline. [Raül De Tena]
[/nextpage][nextpage title=»Del 10 al 6″ ]10. SILENT ASCENT / Downliners Sekt. La nueva realidad post-geográfica establecida a través de Internet y su capacidad para borrar fronteras suele mentarse como motivo de tristeza, como advertencia contra una globalización no sólo de la economía de mercado, sino también de una identidad urbana (o no) pan-global totalmente igual aquí, allá y más allá. Pero lo que no se suele decir a ese respecto es que esta nueva realidad post-geográfica está desarrollando sus propias constantes vitales: muchos de los géneros musicales nacidos en el nuevo siglo ya se han aprovechado de esa nueva realidad paralela (pero nada virtual) que muchos viven para convertirse en algo totalmente desligado de un territorio concreto. Y, por mucho que se diga que el dubstep primigenio atrapaba a la perfección los sonidos del underground londinense, habrá que convenir que lo que realmente «atrapa» es un estado mental oscuro, pesimista, introvertido y puramente fractal… Es por eso que, a la hora de abordar «Silent Ascent» (InFiné, 2014), tanto da que Downliners Sekt estén afincados en Barcelona: es este un disco puramente mental en el que las ruinas del IDM dan paso a un dubstep extrañamente lumínico. Algo así como si Burial saliera de las entrañas de la tierra para ver qué tal la luz del día. Y será por esta cualidad puramente mental y porque, al fin y al cabo, el corazón ya no tiene la exclusiva de la emoción, pero resulta apasionante observar cómo «Silent Ascent» actúa sobre tu cerebro como un tratamiento de acupuntura que sabe qué puntos tocar para enviar señales electromagnéticas al resto de tu cuerpo. [Raül De Tena]
[divider]9. ROSI / Templeton. El poder evocador de algunos de los cortes del disco más el de la dolorosamente romántica “Noches Blancas”, la líquida y expansiva “Océanos” y la poética “Hortensias” se muestra como la gran baza de “Rosi”, al facilitar que esa parte de su repertorio actúe como catalizador de sensaciones y sentimientos aprehendidos en la noche mientras se oscila entre el insomnio y el sueño, se mezcla realidad y fantasía y se confunde el presente con los recuerdos (y viceversa). De ahí que se puedan interpretar como salidas de tono los tramos en los que Templeton se reflejan en su propio espejo para rememorar épocas anteriores más joviales y enérgicas en “39300” y “El Látigo”. Estos arrebatos guitarreros, sin embargo, son dos (buenas) excepciones que confirman las bondades de “Rosi”: el factor sorpresa, tanto sonoro como textual, que atrapa y conmueve al oyente; y, en último término, la constatación de la versatilidad de una banda, Templeton, que refuerza sus particulares vías de expresión dentro del pop escrito con letras grandes y brillantes e inmune al paso del tiempo. [leer más]
[divider]8. SANGRÍN / Pablo Und Destruktion. No encontraréis otro disco como «Sangrín» (Discos Humeantes, 2014) de Pablo Und Destruktion este 2014 en España. Buscadlo, pero no lo encontraréis. Pablo vive en su guarida en la montaña, montando guardia escopeta en mano para que no se acerque ni Dios. Y, desde allí, al margen de todo lo que le rodea, dispara cartuchos tan indescriptibles (y rotundos) como «Limónov, desde Asturias al Infierno» o «Pierde los Dientes España«. ¿Queréis etiquetas? Antifolk asturiano anacoreta con mala hostia, por ejemplo (venid dentro de un rato y tendréis otra). Pero, sobre todo, atreveos a acercaros al disco más impredecible, sorprendente y asombrosamente adictivo publicado aquí este año. Imposible arrepentirse. [Pedro Vázquez]
[divider]7. POPULAR / Huias. Podría decirse que las gozosas entrañas que palpitan en “Popular” se miran en el espejo de Blue Hawaii en versión darks, de Purity Ring con guantes de boxeo, de Grimes sin maquillaje (ni mamarrachería), de Blood Diamonds en blanco y negro… Pero la verdad es que utilizar aquí la expresión “se miran en el espejo de…” supone un traspiés demasiado doloroso que deja al descubierto el habitual complejo de inferioridad de la música que se hace aquí: “Popular” no se mira en el espejo de los artistas mencionados, sino que más bien les mira a los ojos, les sostiene la mirada. Y es que HUIAS han conseguido facturar nueve temas impecables que parten del gozoso pero ponzoñoso pantano del nuevo synth-dark (a ese respecto, los singles “Wooden Moon” y “Dealer” son impactantes, pero no deberían perderse de vista novedades como la hipnosis cercana al folk de “Barrio” o esa lucha libre a cámara lenta que te noquea en “Friendshit“) para acabar en ambientes mucho más bailables, ya sea con el amaneramiento nocturno de Junior Boys (“Massimo Club“) o con el punch rítmico vampirizado a Trust y compañía en las enloquecedoras “Ambiente Morreo” y “Oasis Global Dance“. [leer más]
[divider]6. REA / Single. Teresa Iturrioz. Ibon Errazkin. Genís Segarra. Carlos Ballesteros. Evidentemente, de esa conjunción (tetra)astral sólo se podía esperar gozo y deleite. Tras el anuncio a finales de marzo del regreso de Single a la edición discográfica con producción a cargo de Hidrogenesse, apenas hemos tenido que esperar un mes y medio para confirmar nuestras expectativas. Y es que, sí, vamos al amor: “Rea” (Elefant, 2014) es tan maravilloso como podíamos intuir. Seguramente, incluso más; ya que, sin perder de vista el buen gusto característico de la pareja donostiarra en sus obras pretéritas, aquí aparece exacerbado si cabe un cierto sentido lúdico global que sirve casi como elemento aglutinador para con el disco. Es así: “Rea” rezuma por todos sus surcos una fuerte impronta genética austrohúngara, para que me entiendan. Bendita sinergia. [leer más]
[/nextpage][nextpage title=»Del 5 al 1″ ]5. OPERA OMNIA / Sagrado Corazón de Jesús. Que tu primer disco sea una especie de «Grandes Éxitos» es algo fuera de lo común. Pero todo correcto, puesto que, en realidad, Sagrado Corazón de Jesús no deja de ser también algo fuera de lo común. Proyecto personalísimo de Jesús Fernández (Táctel) que aúna pop electrónico de alcoba y canción tecno-melódica con un universo lírico tan particular como brillante, este “Opera Omnia” (Discos de Kirlian, 2014) recopila canciones presentadas previamente en Bandcamp cuya pequeña y ferviente legión de fans ya tenían memorizadas, como “Cha Cha Heels (La Balada de Dawn Davenport)”, “Canción de Damien” o el himnazo “La Nueva Carne” con nuevas composiciones que son éxitos instantáneos como “¡Vamos!”, “Romance de Santa María Egipciaca” o “El Mejor Guión”. Diez piezas donde Ray Harryhausen, Cronenberg, los Pet Shop Boys, “Cosa de Hembras” o la iconografía religiosa andan de la mano en un contexto perfectamente equilibrado, que no dista tanto de las propuestas llenas de humor e inteligencia de Chico y Chica. Tengo pocas dudas de que este debut de Sagrado Corazón de Jesús adquirirá con el tiempo el status de clásico que tiene hoy en día “Los Caramelos 1988-1999” (Spicnic, 2002) de Los Caramelos de Charlie Mysterio, álbum con el que -creo entrever- comparte un espíritu y una sensibilidad parecidas. Desde luego, si un disco se mide por las canciones, aún no se ha inventado una cinta métrica tan larga como para medir “Opera Omnia”. [David Martínez de la Haza]
[divider]4. SOL / Ataque de Caspa. Esencialmente, un luminoso y a la vez casi melancólico post-adolescentismo es el que predomina tanto en el plano musical como en el lírico en “Sol”, especialmente en otros temas destacados como “Día Esperado”, “Absurdo” (“Para ti soy transparente, ¡qué mala suerte!”) y la magnífica “Cruasán”, quizás el tema donde subyace de forma más patente ese sentimiento de suave aflicción casi agradable que tan sabiamente ponían en práctica La Buena Vida. Llegados a este punto, parece necesario destacar que, sin abandonar la esencia pop germinal de Ataque de Caspa en su etapa inicial, sí se han matizado hasta casi hacerlos desaparecer los apuntes de cierta oscuridad que tenían cabida entonces en el proto-sonido de la banda madrileña. De hecho, ese remanente relativamente oscuro parece únicamente presente, aunque minimizado en su actuales versiones, en “Nigeria” (incluida por cierto en la banda sonora de “El Futuro”, la IM-PRES-CIN-DI-BLE película de Luis López Carrasco) y “La Pesca”, los dos temas recuperados para la ocasión de aquella -ahora ya- histórica maqueta. Quizás el único matiz, el único momento del disco que particularmente no me convence del todo es “Ahí Estás”, la versión del “There She Goes” de The La’s que, siendo una interpretación agradable, carece del glorioso efecto hipereuforizante de la original. Por otra parte, es verdad que no debe ser fácil enfrentarse e intentar redefinir la mejor canción de la historia. [leer más]
[divider]3. LPIV / Los Punsetes. Me encontraba escuchando por quinta o sexta vez el nuevo disco de Los Punsetes, “LPIV” (CANADA, 2014), y mascullando cómo enfocar la reseña sobre el mismo que justo ahora están leyendo, cuando cayó la enésima bomba informativa sobre las corruptelas políticas de este nuestro país envuelta en papel de celofán canario con una tarjetita a nombre de Olga María. Claro, intentar asimilar el enésimo esperpento procedente de ese partido azul y gaviotil mientras se pretende interpretar las letras bañadas en sosa cáustica y escupidas por Ariadna se convierte en un ejercicio mental con una única conclusión: el cuarto álbum de la banda madrileña adquiere sentido pleno en una España desastrada como la actual gracias a las gentes -ya sean mediáticas, anónimas o conocidas del barrio- que protagonizan sus historias más truculentas, mafiosas, descacharrantes y surrealistas. Esta tesis -que en la discografía de Los Punsetes empezó a aplicarse con ahínco en el anterior “Una Montaña es una Montaña” (Everlasting, 2012)- se despliega en “LPIV” canción a canción hasta conectar con la perspectiva individual de cada oyente en función de sus experiencias propias. [leer más]
[divider]2. VARIACIONES / Dotore. Pocas veces tenemos la oportunidad de presenciar con nuestros propios ojos la reinvención de un artista. Primero, porque una escena como la española no es lo suficientemente flexible ni benevolente como para permitir cambios de piel: si has obtenido un mínimo éxito en un país tan jodido para que aprecien tu música, lo mejor que puedes y debes hacer es repetirte hasta morir. Y, segundo, porque es triste pero cierto pensar eso de que todo artista tiene un único registro y siempre acaba haciendo lo mismo… Hay algunos artistas, sin embargo, capaces de lucir una brillante estrella en su frente: Dotore es uno de ellos. Cuando todos creíamos tenerlo bien encajonadito en el apartado de «folk viajero y dulcemente melancólico«, el tipo decide que sigue con lo de viajero, con lo de dulce y con lo de melancólico, pero que al folk le pueden dar viento porque no es que Pablo Martínez Sanromá quiera probarse diferentes disfraces a ver cuál le queda mejor, es que «Variaciones» (Sones, 2014) presenta directamente una nueva voz (musical, se entiende), sin pruebas, sin work in progress. La melodía ha dado paso a la atmósfera, la analogía ha cedido la batuta de mando a un digital que suena vibrantemente dreamy, las texturas se han convertido en las verdaderas protagonistas de un puñado de canciones que caen sobre quien escucha como la evocación suprema de algo que todos hemos hecho alguna que otra vez: cerrar los ojos y recordar viajes, vivencias, experiencias compartidas. Lo que siempre había hecho Dotore pero, ahora, haciéndolo como nadie más en el mundo entero. [Raül De Tena]
[divider]1. SANGRE POP / Tremenda Trementina. “Mírame a los ojos y dime que no es cierto lo que digo, que todo lo que enseño está vacío y que no hay nada bueno en mi interior […] Y sé que ya estás harto de esta vida, pero no encontrarás nada mejor porque sabes que corre por mis venas sangre pop”. Así arranca ambivalente, conjugando luz y oscuridad, mezclando derrotismo y una relativa vitalidad “Sangre Pop”, el tema estrella del que procede el título del segundo trabajo de Tremenda Trementina, “Sangre Pop” (Everlasting, 2014). Aunque seguro que muchos de ustedes ya conocían ese absorbente juego de contrastes líricos -que, a la vez, choca con las efervescentes formas que lo envuelven- de una canción que, hace unos cuantos meses, se presentó en sociedad en una versión primigenia lo-fi que aquí adquiere mayor cuerpo, punch y, naturalmente, pegada pop. Un proceso de cambio que refleja la transmutación del sonido de Adriana de la Fuente (voz) y Pablo Villafranca (guitarra), ahora más consistente con respecto a su homónima ópera prima, “Tremenda Trementina” (Everlasting, 2012). [leer más]
[Raül De Tena + Jose A. Martínez + David Martínez de la Haza + Pedro Vàzquez + Henar Vírseda + Helena Fradera] [/nextpage]