15. MAMBOTRON / Unicornibot. Si en su anterior álbum, “Dalle!” (Matapadre, 2012), limpiaron, fijaron y dieron esplendor al concepto de rock (instrumental) bombástico y libertino colado por los filtros del post-rock y el (post)hardcore, en“Mambotron” despedazan la fórmula para hacerla chocar, como en el interior del gran colisionador de hadrones, contra otros géneros que, a la vez, acaban desfigurándose. De ese modo, en este aparente (sólo aparente) galimatías Unicornibot se aproximan subrepticiamente al post-punk primigenio (“Pupitas”), dominan con mano de hierro el rock que progresa -que no progresivo- con firmeza (“David Contra Salsón”) y plasman su visión dislocada de las estructuras pop (“Liceo Mutante”). Luego aparecen sus acostumbrados guiños humorísticos, reflejados en títulos tan delirantes como “Song de Amores” o“Paracertelamol”, otras buenas muestras del ordenado caos que se agita en el interior de “Mambotron”. [leer más]
14. BAILE DE MAGOS / Joe Crepúsculo. Nos contaba Joe Crepúsculo en esta entrevista que su sexto álbum es un disco de doble lectura: la evidente y más bailonga y otra más concienciada con el momento que nos ha tocado vivir. Y es que el tema nostálgico no solo está presente a nivel de reivindicación musical: Crepus aquí plantea dudas y cuestiones sobre los tiempos que corren -tecnificados, impersonales, urgentes… De ahí esos niños absortos en su móvil de la portada-: habla de noches perdidas, de generaciones perdidas, de la pérdida de la propia identidad… Así que, de nuevo, no permitamos que las ramas (del techno) nos oculten el bosque: “Baile de Magos” no es sólo el disco más hedonista de Joe Crepúsculo, sino que también es el más certero y maduro. Aunque por sus bombos fiesteros parezca lo contrario. [leer más]
13. AMOR Y RUIDO / Parade. Quería Parade con su séptimo disco hacer un homenaje al pop y a eso de escribir y tocar canciones a la antigua usanza. Lo llamó “Amor y Ruido” porque en él habla sobre todo de lo primero, aunque en lugar de “ruido” tendría que haber añadido “gloria”, que es a lo que sabe. Galvañ sigue explorando las sendas del pop y aparca despacito y disimuladamente la electrónica para apostar por canciones vivas que se ayudan de instrumentos tradicionales. Su habitual imaginario surrealista y comiquero sigue presente, y con este álbum nos entrega 14 canciones escritas por un artista que está en plena forma, que no cansa y que le coge el pulso al pop tradicional con sencillez y humildad y que tiene unos toques de música cabaretera (“Reality En La Casa Encantada”), mucho de chanson francesa y canción tradicional (“Morninha”), easylistening setentero (“El Imperio Nunca Dejó de Existir”) e incluso algún que otro toquecillo Motown (“Tierra Postapocalíptica”) por los que se pasean personajes abandonados, robots nostálgicos, muertos vivientes y aliens enamorados. Cien por cien Parade y Parade más a gusto que nunca con su nuevo sonido. [EC]
12. I, II, III Y IV / Gente Joven. Fernando de la Flor, Pablo Álvarez y Patricia Magadán practican ese pop en estado de duermevela que recupera, casi veinte años después (pero VEINTE AÑOS NO ES NADA…), la herencia del mejor indie primigenio en español, incluyendo aquí canciones que pueden hacer pensar en Sr. Chinarro sin barba (“Magníficos Comediantes”), en La Buena Vida (“El Marco Incomparable”) o en, ahí es nada, Family (“Convertidos en Estatuas”). Sin embargo, la delicadeza y la personalidad propia de la que hace gala el trío en su debut “I, II, III y IV” nos valen para alzarlos a la lista de los mejores discos del año. Apenas ocho canciones, apenas veinte minutos que nos sirvieron para hablar de Gente Joven en estas mismas páginas como “un clásico del mañana”. Por lo que a mi respecta, quiten lo de “mañana” y pongan “aquí y ahora”. Pop minúsculo de calado mayúsculo. Sorpresas así no, que me enamoro. [DMdlH]
11. CONVERGÈNCIA I UNIÓ / Maria Rodés, Martí Sales i Ramón Rodríguez. Con “Convergència i Unió“, Maria, Ramón y Martí querían hacer un parón en sus respectivas carreras y buscar un cierto punto de fuga musical en el que acabaron confluyendo, inevitablemente, las influencias individuales de cada uno y que Paco Loco se encargó de ensamblar en su ya mítico estudio del Puerto de Santa María. Abundan las voces femeninas delicadas, la de Maria especialmente (bellísima como siempre en las dulces nanas sobre belicismo sentimental “Guerres i Amagatall” y “Jo No Vull Ser“), pero también aparecen algunos coros de Clara Vinyals (Renaldo & Clara) adornando, por ejemplo, la inmediatez de “Nusos” (de la que también firma la letra), un tema que suena a clásico instantáneo y atemporal, a esas canciones que, con su cíclica melodía, se queda contigo durante mucho tiempo. Pero que la dulce apariencia de algunos de sus cortes y su espíritu festivo no lleven a engaño: en “Convergència i Unió” también hay ligeros descensos por sendas oscuras y un poco cínicas como en “Taxidèrmia” o “Eclesiastés“, que sirve como pausado cierre en forma de espiral. Ocho canciones en las que belleza, ironía y desasosiego conviven sin incomodidad. No podían haber buscado un nombre más adecuado, porque lo de Maria, Ramón y Martí es una auténtica convergencia de talentos y una unión breve pero perfecta. [leer más]