15. MCII / Mikal Cronin. Las primeras pinceladas de esa completa visión del pop de Mikal Cronin se plasmaron en su homónimo debut en largo, “Mikal Cronin” (Trouble In Mind, 2011), en el que sobresalía su gusto por las melodías beachboyescas y corales, el fuzz guitarrero, el feedback sónico y las reflexiones acústicas y contemplativas. Pero donde explotan definitivamente el ideario y el genio musical deCronin es en su segundo trabajo, “MCII” (Merge, 2013), su primera entrega para el sello Merge. Tomando como punto de partida las virtudes de su LP de estreno, el de San Francisco amplía su paleta sonora apoyado en la sabiduría técnica en el estudio de Eric Bauer (productor e ingeniero emblemático dentro del underground de San Francisco), con el que fue dando forma a un álbum en el que sorprende la manera en que se mezcla la riqueza instrumental tradicional (piano, cuerdas…) con la solidez y la fosforescencia del power-pop de Mikal Cronin. La fórmula no es novedosa, pero en este LP funciona de maravilla. [leer más]
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14. MATANGI / M.I.A. Matangi creó la música hace cinco mil años para que los humanos bailaran, y este “Matangi” es precisamente una celebración de la música como inductor del baile desenfrenado, primigenio, primitivo, como expresión corporal de la diversión, el sexo y el desperrame. Aquí destacan los sonidos tradicionalistas: “Matangi” (la canción), con sus platillos, su cadencia lírica de rezo tibetano y su rítmica basada en una percusión casi atávica, podría sonar perfectamente en una película Bollywood que intentara hacernos creer que en Bombai también hubo raves como las británicas (pero con vestidos indios, coreografías masivas y bailes ridículos, evidentemente); “Come Walk With Me” empieza como un hit radiable puramente ochentoso al que, de pronto, se le mete un pastillote de éxtasis garganta abajo y se convierte en una boda hindú entre dos maquineros de la vieja escuela; la ya mencionada “YALA” podría ser la canción oficial de una peli de monjes indios especialistas en artes marciales letales dirigida por Quentin Tarantino pasado de espirulina; y la hipnótica “aTENTion“, por poner un último ejemplo, parte de coros cuasi-religiosos para acabar mezclándolos con bombos y ritmos salidos de la Ruta del Bakalao. [leer más]
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13. TOMORROW´S HARVEST / Boards of Canadá. “Tomorrowʼs Harvest” no pretende ser “Music Has The Right To Children” en el sentido de abrir nuevos e insospechados horizontes ni dar un sorprendente giro a la carrera musical deBoards of Canada, pero sí da otra vuelta de tuerca a su discografía y amplifica de forma coherente una faceta fílmica que, si bien está presente en trabajos anteriores, aquí se dilata dignamente y consigue sellar el carácter atemporal propio de los hermanos Sandison (y esto ya es decir mucho). Esa cualidad sinestésica de ver algo a través del oído también se hace patente en su magnífica forma de musicar la inquietante y ambigua portada del álbum: un terreno desértico en primer plano bañado por una luz crepuscular que tan sólo deja entrever la tenue silueta del skyline de San Francisco al fondo, como si de una ciudad fantasma se tratara. En otras palabras, desolación con un atisbo de vida. Que cada cual enmarque a la una o la otra con la simbólica idea de la cosecha y contemplará un lienzo lleno de matices. [leer más]
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12.REFLEKTOR / Arcade Fire. El comienzo discotequero de “Reflektor“ (Merge, 2013) no es tan sorprendente y rompedor como puede parecer. Ya en “Funeral” habían acariciado la música disco de refilón (ese final de “Crown Of Love”) y, sin ir más lejos, “The Suburbs” acaba en la pista de baile, confeti y matasuegras al viento. Aquí tratamos con un nuevo monstruo, no obstante. Uno creado con la inestimable ayuda de James Murphy, de sobra conocido por todos como cabeza pensante deLCD Soundsystem y DFA Records. Este es el primer gran trabajo como productor paraMurphy y el resultado salta a la vista… y a la yugular. El cambio en el sonido del grupo ha hecho llevarse las manos a la cabeza a más de uno, pero cuando termina “We Exist” y no sabes si acabas de escuchar un homenaje a Michael Jackson o a Los Bravos, cuando aparecen los ritmos caribeños de “Flushbulb Eyes” e inmediatamente pasamos a la batucada 2.0 que es el final de “Here Comes The Night Time”, lo mínimo es tener dudas sobre lo que realmente estás escuchando… ¿Es una broma? ¿Una genialidad? ¿Una pesadilla? La primera escucha es, cuanto menos, desconcertante. Una experiencia que puede resultar patética al recordar a esosArcade Fire electrizantes del 2004, y escuchar “Funeral” en estos momentos para recordarlo requiere un ejercicio de masoquismo extremo. Pero si todos los discos merecen una segunda oportunidad, este merece una segunda, una tercera y una cuarta. [leer más]
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11. SILENCE YOURSELF / Savages. “Silence Yourself” (Matador Records, 2013) comparte cabreos estilísticos con aquellas bandas del enfado post-punk, pero el mensaje que vibra detrás de sus gritos tiene un componente universal e imprescindible en los días que nos ha tocado vivir. Savages se lo toman tan a pecho, además, que lo colocan en forma de manifiesto en plena portada del disco, en un movimiento que recuerda, si bien de manera más limpia y razonable, a Richey Edwards de Manic Street Preachers rajándose en su brazo “4REAL” con una cuchilla de afeitar. El problema que tienen estas adorables llamadas a ser tomadas en serio, estos desesperados intentos de convencernos de que su importantísimo mensaje merece ser tenido en cuenta, es que el contenido no llegue a estar a la altura del continente y acabar pareciendo un pedante patético. Pero Savages, al igual que ya vimos este mismo año con The Knife, superan este reto con nota. [leer más]