Suponemos que cada medio tendrá su baremo para escoger el mejor disco del año… Nosotros no sabemos si tenemos un baremo o no, lo que sí que tenemos claro es que nos hemos de sentir identificados con el álbum que encabece esta lista: tiene que habernos impactado, causado debate, demostrado que es un trabajo de larga pegada (que no se agote), probado su relevancia tanto al respecto de lo que se está cociendo este año como de la propia discografía de sus autores. Durante estos doce meses, en esas eternas conversaciones de «¿cuál será nuestro disco del año?» que amenizan muchas cafés en las redacciones de todo el mundo siempre aparecía el mismo álbum. Y, pasaran los meses que pasaran, nunca se veía vencido por absolutamente ningún otro lanzamiento. Igual que el año que escogimos «The Suburbs» (Merge, 2010) de Arcade Fire como disco del año por el hecho de ser una obra narrativamente compleja, intrincada, laberíntica, este año no podíamos obviar que ha habido un disco que ha ido un poco más allá a la hora de plantearse este noble arte de componer canciones, que ha abordado cada canción como un experimento y que nos ha obligado a doblegar nuestra concepción de lo que creemos que debemos pedirle a un disco. Y que conste que no hemos venido a justificar aquí nuestra elección: encontraréis la justificación en la propia crítica del álbum. Hemos venido a decir, simple y llanamente, que este año ha tenido un claro vencedor en lo musical. Y que nosotros, como no podía ser de otra forma, estamos postrados a sus pies.
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50. SEASONS OF YOUR DAY / Mazzy Star. “Seasons Of Your Day” podría considerarse como el disco que debió haber aparecido justo después de “Among My Swan” y que nunca lo hizo, pero que vence los rigores del paso del tiempo para ocupar ese imaginario lugar. El tierno órgano que introduce la inicial “In The Kingdom”, la lustrosa slide guitar ejecutada por Roback, la algodonada percusión de Colm Ó Cíosóig y una celestial -aquí el uso de tan manido adjetivo está totalmente justificado- Hope Sandoval comienzan a trasladar al oyente a un abstracto remanso de paz que se extiende a“I’ve Gotta Stop” y su leve viraje hacia el country sensible, “Does Someone Have Your Baby Now?”, “Seasons Of Your Day” y “Sparrow” y su acústica arenosa y la citada “Common Burn”. Por otro lado, el otro tema desvelado meses atrás, “Lay Myself Down”, delimita el cariz eléctrico del LP, que fluye según las pautas de los sonidos norteamericanos más tradicionales en “Flying Low”y “Spoon”, corte este en el que intervino el fenecido Bert Jansch a la guitarra para reforzar su atmósfera crepuscular inspirada en la BSO de “Paris, Texas” de Ry Cooder. [leer más]
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49. JUNIP / Junip. “Line Of Fire” es el excelente primer tema que nos dejó con la miel en los labios esperando un discazo y que nos deja perdidos en medio del coitus interruptus que prosigue a continuación. En algunos momentos, todo suena como poco pensado, poco inspirado, poco trabajado y, sobre todo, poco importante. “Line Of Fire” no es el mayor logro de su carrera, pero se hace acaparadora del 80% de la emoción y sentimiento del disco en conjunto, y sólo la pegadiza “Your Life Your Call”, la notable “Baton” y “After All Is Said And Done”, canción bastante agradable y el mejor cierre que podríamos esperar de “Junip”, logran acercarse a su nivel. En general, muchas veces las composiciones no son tan flojas como ciertos pasajes de instrumentación que actúan en detrimento del reservado talento de José González. Hablamos sobre todo de esos teclados, que en sus buenos momentos aporta músculo al sonido de los suecos, en ocasiones suena tan pueril que da risa. Bandas como los añorados The American Analog Set (que parecen resucitados en “Beginnings”) o los super hip Metronomy son expertas en el uso minimalista del instrumento, sin sacrificar carácter por sencillez. [leer más]
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48. DIFFERNT SIDES OF THE SUN / Hot Natured. Por mucho que en UK parezca que Hot Natured son carne de toda una legión de Muscle Men, su debut “Different Sides of the Sun” (Warner, 2013) destaca por ser el heredero natural del disco-house homosexualo de predecesores dignísimos como Hercules & Love Affair o Azari & III. Al súper grupo formado por Jamie Jones, Ali Love, Lee Foss y Luca C. se les ven las intenciones desde lejos… En lo musical, lo suyo es un revival nostálgico puro y duro del house que parte del Chicago de los 80s, pasa por el mismo estilo ya bastardizado por la escena de club británica de finales de los 90 (para que nos entendamos: Ministry of Sound y periferia) y acaba desembocando en la sofisticación con la que bandas como Molokoconsiguieron acercar el género a un pop de raíces profundamente cool. También hay toques del balearic house más noctívago (nada de su versión soleada) y, sobre todo, muchas caras del disco de maneras más afeminadas: garage neoyorkino, italo, ballroom vogue y otros acentos que no consiguen ocultar que, al fin y al cabo, estamos hablando un mismo idioma. [leer más]
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47. NONAME / Lee. Lo que Lee plantea en “noname” (2013), que así se ha dado por llamar esta beat tape, este proyecto, es un collage de música negra (soul, jazz y r&b) que se erige finalmente en una reconstrucción de hip hop impresionista en sensu stricto pictórico: Lee da forma a la luz que se proyecta sobre los cuerpos (las canciones originales) más que a los cuerpos en sí. Veintidós minúsculas (su duración media apenas excede los dos minutos) partículas elementales conforman esta obra, este estudio de campo de vocación casi arqueológica, en el que Leeestablece un diálogo con el oyente desde un punto de vista absolutamente lúdico a partir de la colección de beats y samples reunidas aquí, que cobran su verdadero sentido cuando se considerar desde una visión holística. Nos referimos entonces al sentido lúdico de “noname” porque uno puede entender ese diálogo como un reto en busca de las referencias que Ryuhei ha ido colocando para formar este increíble puzzle, pero también puede desentenderse de estas argucias y simplemente, y no es cosa baladí, dejarse emocionar ante él. [leer más]
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46. EXCAVATION / The Haxan Cloack. “Excavation” es, sin duda, un nuevo capítulo en este alejamiento de los presupuestos del which house precisamente por dos vías antitéticas: por un lado, está claro que algunas de las constantes del género son llevadas a su extremo por un Krlic aficionado a las atmósferas de akelarre y por la descomposición orgánica aplicada a las estructuras musicales; pero es que la propuesta de The Haxan Cloak, más que optar por el desguace de este estilo, acaba jugando a la difuminación, la disgragación, la desaparición paulatina de una neblina de humo blanco en forma de drones livianos y anclajes sacados de la era industrial. De esta forma, “Excavation” acaba revelándose como una versión siglo XXI del fantasma amigo Casper: un shape shifter que, si no le prestas la atención que él quiere, empleará sus armas sutiles para doblegar tu voluntad; si no lo paseas por un paisaje de su gusto, cambiará la piel para acabar cambiando el paisaje… Un súcubo que, aunque se muestre amigable contigo cuando tus ojos se encuentran con él, puedes estar seguro de que a en cuanto desconectes y pase a habitar tu subconsciente, urdirá múltiples conspiraciones brujeriles. [leer más]