5. COOKBOOTH. Ahora que todos estamos enganchados a “Pesadilla en la Cocina” y a “Master Chef” (y que en breve estaremos también enganchados a “Top Chef“), el siguiente paso es llevar esa afición por la gastronomía a nuestros teléfonos. Ya existen algunas aplicaciones ideales para ello, como el maravilloso Foodspotting. Pero lo cierto es que este tipo de apps se han centrado siempre en que fotografiemos y compartamos las comidas que tomamos en restaurantes y bares… Entonces, ¿qué pasa con aquellos a los que les gusta cocinar en casa? ¿Qué pasa con los cocinillas aspirantes a chef o master chef o top chef o soylapolla chef? Para todos ellos acaba de nacer Cookbooth. Por ahí lo han tildado ya del Instagram para cocinillas. Pero lo cierto es que Cookbooth va incluso más allá: una vez instalado en tu teléfono, lo primero que tendrás que hacer es rellenar un perfil en el que se te pregunta directamente si eres “foodie” o “pro”, además de muchos otros campos que le servirán a tus amigos para saber si han de fiarse de tus recetas o no. A partir de ahí, el funcionamiento es sencillo: tienes que ponerte a cocinar y hacer fotos de cuantos más pasos posibles mejor, de tal forma que al final te quede una receta explicada en fotos (a la que has de añadir un apartado de ingredientes por si alguien quiere aventurarse a probar suerte). Así que, más que un Instagram, Cookbooth realmente puede convertirse en la primera app de intercambio de recetas que no de vergüenza mirar, ya que las fotos de los usuarios que hay por ahora son de un nivel realmente tremendo… ¿Nos dejarás ver tus creaciones?
4. MY TAXI. Nos parece increíble que todavía no hubiéramos incluído myTaxi en las listas de años pasados… Porque, intentad imaginar esta escena: Sónar 2012, 7 de la mañana, hordas de zombies saliendo del recinto del festival, la certeza de que pillar los ferrocarriles va a ser LA MUERTE, la cola de los taxis dando tres vueltas a la manzana y nosotros que sacamos nuestro iPhone, abrimos myTaxi, la toqueteamos con amor durante unos segundos y, ¡zasca!, en diez minutos un taxi pasa a recogernos y nos lleva directos a casa. La palabra “salvavidas” se queda corta. Y en esto, básicamente, consiste myTaxi: en traerte un taxi inmediatamente te encuentres donde te encuentras. Además, una vez has solicitado un servicio puedes ver a tu taxista e incluso llamarle (para decirle que estás bajando las escaleras y que se espere, todo un clásico). Y, una vez ha terminado la carrera, puedes puntuar el taxi para que los demás tengan una referencia e incluso puedes guardar al taxista entre tus favoritos para que sea preferente en futuros servicios. Lo dicho: más allá del concepto “salvavidas”.
3. EVERNOTE. Tenemos que reconocer que Evernote ha causado furor en la redacción de FPM porque, básicamente, nos he facilitado muchísimo la vida. Nos explicamos: esta aplicación no es mucho más que el típico bloc de notas que ya trae de serie tu iPhone. ¿Cuál es la diferencia? Para empezar, que la composición de notas es mucho más interesante: puedes incluir fotos, hacerlas bonitas gracias a un completísimo editor de texto, etc… También puedes agruparlas en libretas, ponerles tags para encontrarlas más tarde con facilidad o para buscarlas en grupos. Pero lo mejor de todo, lo que nos ha enamorado desde el minuto uno, ha sido que, además de llevar Evernote en tu iPhone (o iPad), también puedes descargar la aplicación en tu ordenador. Una vez realizado este paso, la locura se desata: puedes sincronizar ambas cuentas y, voilà, todo lo que tienes en un sitio también lo tienes en el otro; lo que viene a significar que, por ejemplo, estás en un concierto tomando notas para escribir un buen artículo más tarde y, automáticamente, cuando llegues a casa tendrás ese texto en tu ordenador. Más posibilidades: si te instalas el WebClipper de Evernote en tu explorador de Internet, siempre puedes “guardar” páginas como si fueran notas y así acceder a ellas de forma offline (lo que viene a abrir todo un mundo, por ejemplo, para los que suelen cocinar con el iPad). Todo lo dicho es suficiente para que, desde hace un par de meses, Evernote sea lo más utilizado en nuestros iPhones tan solo por detrás de Instagram.
2. SNAPCHAT. Hace unos meses, un amigo británico de esta web se extrañaba de que no estuviéramos todos en España utilizando la última fiebre en UK: una app llamada Snapchat. No nos lo podía vender de forma más fetén: básicamente, es una aplicación que sirve para enviar fotos y vídeos a tus colegas con la gracia de que se autodestruyen en el tiempo que tu indiques. Muy Inspector Gadget todo. A ver, es sencillo: haces una foto o grabas un video, le asignas un tiempo y lo envías a quien te dé la gana con la seguridad de que no quedará constancia de su existencia. ¿Qué es lo primero que se te ha venido a la cabeza? Evidentemente, enviar fotos de tu rabo sin que tu pareja se entere o mostrarle tus pechotes a ese tipo que te pone burra sin peligro de que tu novio le parta las piernas cuando se entere. ¿Por qué no nos enganchamos todos a Snapchat en cuanto nos lo explicaron? Porque resulta que la aplicación todavía no estaba “disponible” para los usuarios españoles: te la podías descargar, pero no utilizarla. Hasta hace unas semanas, claro. Ahora ya podemos disfrutar de Snapchat a su máxima potencia: no sólo enviar fotos que se autodestruirán, sino también dibujar sobre ellas o ponerle textos sobreimpresos que mejoren todavía más la experiencia. Eso sí, una cosa te vamos a decir: nosotros todavía no hemos enviado ni una foto de rabos ni pechotes, porque al final Snapchat se ha convertido más bien en una herramienta de desbarre tronchante entre colegas gracias a su opción de enviar la misma foto a múltiples contactactos. Por una vez, al final resultará que somos gente maja y no onanistas recalcitrantes.
1. VSCO CAM. Hagamos recuento: la cámara por defecto del iPhone es un coñazo máximo y de tan básica es un poco pleistocénica, Hipstamatic mola muchísimo pero depende un poco de la suerte que tengas al mezclar filtros y películas (y, además, voy a decir esto en voz alta: lo de tener que esperar al “revelado” es una jodienda de las grandes), Snapseed es la caña si tienes tres horas y media para dedicarle a cada foto (en serio, la cantidad de parámetros es abrumadora si no fuiste uno de los diseñadores originales del Photoshop)… Así las cosas, ¿qué otras opciones tenemos para hacer fotos y no perecer en el intento? Mi preferida últimamente es VSCO Cam, sin lugar a dudas. Ya no es sólo que su interfaz sea una preciosidad que se va a integrar de forma fetén en el nuevo iOS que nos llegará en septiembre, sino que lo mejor de VSCO Cam es su simplicidad de uso: tomas la foto, abres los parámetros de tuneo, escoges un filtro (si quieres), varías la intensidad de ese filtro (de nuevo, si quieres) y, sobre todo, te lanzas a toquetear la exposición, la temperatura de color y el contraste, que básicamente son las tres variables que necesitas para que una foto pase de “meh” a “wala”. Puedes ir comprando filtros o hacerte con un pack que, por menos de cinco euros, te convierte en el puñetero rey de la abundancia. Y desde el mismo VSCO Cam puedes lanzar las fotos aInstagram, Facebook o Twitter. No sé vosotros, pero yo ya he encontrado mi app estándar de fotografía.