10. Mad Men. Tras el divorcio de los Draper, hay que reconocer que «Mad Men» anduvo algo perdida: su cuarta temporada, que debería haber sido algo así como el vibrante relato de la época de la emancipación de la mujer, se quedó un poco en agua de borrajas. Hay que reconocer que, por mucho que en sus anteriores temporadas la serie se repitiera de forma rayanas a lo insoportable (los patrones de conducta de Don y Betty era cíclicos), la trama principal era esa: el secreto de Draper y cómo afectaba al mundo que le rodea… En su quinta temporada, sin embargo, «Mad Men» ha vuelto a brillar. Puede que más que nunca. Y lo ha hecho de la forma más inesperada: convirtiéndose en una sitcom. Aquí ya no hay tramas superiores que hilvanen todo lo que ocurre y los personajes no se dirigen hacia ningún sitio. Simplemente, existen. Sorprendentemente, al relajar el músculo argumental es cuando hemos podido disfrutar de los hombres locos (y sus mujeres más chaladas todavía) en su máxima potencia.
9. Boardwalk Empire. El viejo tópico, ya saben: ella misma era su peor enemiga. Principalmente, por dos motivos: porque la serie de Terence Winter entregó el año pasado algo muy, muy parecido a La Temporada Perfecta y porque su asombroso y perfecto desenlace rompía la baraja y obligaba a cambiar muchas cosas. Mantener el nivel era complicado… Y ese ha sido el caso de una tanda de episodios a la que le ha costado horrores arrancar. Una vez metidos en harina, eso sí, nos hemos acordado de por qué «Boardwalk Empire» es la magnífica serie que es.
8. The Newsroom. Sorkin es un mago que a estas alturas ya nos enseña todos sus trucos y de alguna forma se las apaña para que sigamos acudiendo a su espectáculo. No es el fenómeno de “El Ala Oeste“, su arranque (potente, sí) no deslumbra como el de “Studio 60” y la escritura no alcanza la brillantez de “La Red Social“, todo eso es cierto, y mucho más (muéstrame más cosas en vez de hablar de ellas, déjame pensar un poco y no me lo des todo tan masticado, haz que los personajes dejen de tropezar, por Dios). Pero lo devoramos, lo discutimos e incluso algunas veces le perdonamos cosas que no le pasaríamos a ningún otro. Y ha sido, sin discusión alguna, el fenómeno televisivo del verano y el tema de conversación recurrente del mundillo. «The Newsroom» será, en definitiva, lo que queráis, pero este señor de televisión sabe un huevo. [leer más]
7. Parks & Recreation. De “Parks & Recreation” somos fans desde aquel episodio piloto en que la abnegada concejal Leslie Knope (Amy Poehler), inasequible al desaliento, promete la construcción de un parque en una horrible fosa. Y, desde entonces nuestra admiración no ha hecho más que crecer. Talentosa que es ella, Poehler (cantera de “Saturday Night Live”, no se olviden) sería capaz por si sola de aguantar todo el peso argumental de una comedia, tal es su vis cómica. Pero es que en “Parks & Recreation” se rodea de un majestuoso elenco de secundarios, encabezados por Nick Offerman (ese icónico Ron Swanson), haciendo de esta serie un más que digno rival para “The Office” como el estandarte de la sátira mockumentary. ¿Y he dicho ya que sale ese amor de persona que es Rashida Jones? Hagan por verla. Ya.
6. Game of Thrones. Vaya por delante que «Game of Thrones» se ha convertido en una serie difícil de ver. O, al menos, en una serie difícil de ver para los que nos son freaks de los libros y se saben al dedillo los árboles genealógicos de las diferentes casas protagonistas: las tramas son cada vez más intrincadas y, además, resulta difícil luchar contra la (molesta) sensación de que George R.R. Martin es algo así como un director de recursos humanos bien cabronazo que va recordándole a todo el mundo que aquí nadie es imprescindible y que, en cualquier momento, ¡zas!, le pueden cortar la cabeza. Superadas estas dificultades, señores y señoras, nos encontramos delante de una de las series más vibrantes y estimulantemente complejas de los últimos años: los que quieran batallas masivas que recurran a «El Hobbit«, porque «Game of Thrones» va de pura estrategia. Que, tal y como dice Tyrion en cierto capítulo de la tremenda segunda temporada, no es lo mismo que táctica.