15. Inside Men. En el extremo opuesto de las tramas alargadas, las producciones exhaustas, las octavas y novenas temporadas y series que piden la eutanasia a gritos se encuentran nuestros amigos los británicos. A veces, de hecho, llegan a pasarse de austeros, hasta el punto de dejarte con ganas de más. No es, desde luego, el caso de «Inside Men«: una producción tan perfectamente diseñada como el golpe que planean sus protagonistas. Planteamiento, nudo y desenlace: cuatro impecables episodios… y para casa. Nos diríais “no necesariamente” y tendríais razón, pero quedan ganas de soltar un gran “como debe ser”.
14. The Good Wife. La joya de la corona, la niña bonita, la serie que nos devolvió la fe en las series de network y en los procedimentales clasicotes ha vuelto a entregar en 2012 un buen puñado de esos episodios redondos, de estructuras caprichosas, tramas apasionantes y personajes que ya no pueden molar más porque es imposible. «The Good Wife«, la serie que enseña mucho menos de lo que insinúa (porque no puede, porque no le interesa y porque no le da la gana) sigue mereciendo ese monumento. Quizás más que nunca.
13. Downton Abbey. Reconozcámoslo: en la segunda temporada de «Downton Abbey«, a los guionistas se les fue la mano con el acelerador y convirtieron la serie en un folletín que casi ni te podías tomar en serio: herederos desaparecidos en el Titanic que volvían para luego desparecer otra vez, minusvalías que duraban dos capítulos, muertes por gripe, herencias raras, alianzas más raras todavía… Pero en la tercera temporada, conscientes del error, han levantado el pie y vuelto al ritmo pausado de la primera pero con las cosas aprendidas. Ojo, que no es que no pasen cosas en esta temporada (pasan muchas y, de hecho, los Crawley ¡casi pierden Downton!) pero el ritmo es mucho más coherente, los personajes también y se ha dado pie a abrir tramas que, seguramente darán (más) grandes momentos en la siguiente entrega.
12. Modern Family. Los méritos que han hecho de «Modern Family» una de las comedias más sólidas de los últimos años ya son bien sabidos y no los vamos a enumerar aquí. Sólo hay que decir que la serie sigue con un pulso excelente, sin perder ni un ápice de genialidad, buen humor y buenas intenciones. Lo único que se le puede achacar a esta temporada es que sea tan buena como la primera: no lo es más, pero tampoco lo es menos. Y, tal y como está el panorama, ya es mucho decir.
11. Don’t Trust The B____ in Apartment 23. El tema sitcoms está desde hace tiempo bastante jodido, eso ya lo sabemos todos. Rondan todavía por ahí un puñado de veteranas que ya deberían haber pedido papas hace tiempo, algunas agradables (y muy livianas) excepciones (“Cougar Town“, “Happy Endings“) y, bueno, “Modern Family“, que sigue reinando como buena tuerta en el país de los ciegos. Así que cada vez que nos llega una nueva tendemos a ignorarla por defecto o a darle una oportunidad, bien porque hay caras / nombres conocidos sobre el papel (nos ocurrió este año con la “New Gir“l de Zooey cara-de-gatito-adorable Deschanel) o bien porque empieza por ahí a sonar un runrún de “oye, pues ésta no está mal, échale un vistazo”. Este segundo ha sido el caso de “Don’t Trust the B—- in Apartment 23“, que arrancó casi de tapadillo una minitemporada muy tardía (no parece que la cadena tuviese demasiada fe en ella) y que al final nos ha sorprendido agradablemente a todos, probablemente beneficiándose del nulo nivel de expectativas. [leer más]