15. Chromatics – Kill for Love (Italians Do It Better). El epílogo de «Kill for Love» parece que comienza a sonar (suspendido en el tiempo y en el espacio) tras desvanecerse el impacto de una explosión atómica ficticia, como si anticipase la llegada de un blanco invierno nuclear que no tiene por qué ser necesariamente físico… sino alegórico, invisible, que se dispersa por el interior del ser humano afligido por la crudeza de la vida en cualquier gran urbe (del presente o de un futuro no muy lejano), en la que las farolas y los neones que durante la noche dan aliento y ocultan la depresión anímica, cuando se apagan durante el día, permiten observar los escaparates vacíos y los cubos de basura desparramados… En medio de esa desolación, las almas más puras y atormentadas sólo buscan paz, consuelo y amor. Un amor por el cual, incluso, matarían. [leer más]
14. DIIV – Oshin (Captured Tracks). Como dando a entender que esos momentos de placer y bienestar bajo el cielo despejado se deshacen como arena que se desliza entre los dedos de las manos, DIIV demuestran que se aprendieron al dedillo la lección sobre el significado de la verdadera nostalgia (estudian en la mejor escuela y tienen unos avezados colegas de clase) al encarar el tramo final del álbum incrustando “Oshin (Subsume)”, la mencionada “Doused” y “Home” en medio de las sombras de un mal sueño tras el cual, al abrir los ojos, se da por hecho que todo lo vivido anteriormente pertenece al recuerdo de un romance estival que podría haber sido pero que nunca será. De este modo, “Oshin” no aporta ningún elemento novedoso al género del pop alternativo ochentoso, mullido y sensiblero germinado en la Gran Manzana a comienzos de la presente década, aunque su gran virtud reside en que funciona como un ejemplar remedio para paliar los negativos efectos del lado oscuro (e injusto) del verano. [leer más]
13. Cat Power – Sun (Matador). Si hay dos temas que sobresalen por encima del conjunto son “Ruin” y “Nothin´g But Time“: la primera es la cuadratura del círculo, la canción ideal en el contexto perfecto; mientras que la segunda es un cierre de diez minutos con guitarras paisajísticas y un piano emocional que, además, cuenta con la colaboración de Iggy Pop gritando “You Wanna Live!” de fondo y que consigue dejar una extraña sensación de victoria y cansancio después de la batalla. Porque este es uno de esos discos que te dejan con un sabor extraño en la boca y con el ánimo tocado durante un rato, sobre todo cuando Iggy y Chan cantan al final “I´s up to you to be a hero / It´s up to you to be like nobody“. El nuevo disco de Cat Power puede hablar de ruinas y de dolor y de sufrir más que nadie, no tener casa y beber mucho; pero, al final, ha acabado siendo un trabajo valiente para gente que no tiene problemas a la hora de abrazar el cambio y mirar hacia adelante con dolor. Con dolor, pero con ovarios. [leer más]
12. Chad Valley – Young Hunger (Loose Lips). El único problema es que, al final del camino, puede que “Young Hunger” haya decidido navegar en unas aguas demasiado mainstream para atraer a los indies esnobistas, pero también demasiado cercanas a la sensibilidad indie como para calar hondo en el mainstream. Puede que, al fin y al cabo, el debut de Chad Valley esté destinado a convertirse en la banda sonora definitiva de todos esos a los que nos encanta poner cara de pena cuando cantamos… Teniendo en cuenta que somos una generación abonada a la nostalgia por una época que casi no recordamos, sin embargo, prefiero pensar que “Young Hunger” nos dará una alegre excusa para seguir lloriqueando sin motivo aparente. Estas canciones podrían convertirse en la secreta e invisible marca de Caín en nuestras frentes. [leer más]
11. Passion Pit – Gossamer (Columbia). “Gossamer” es, para que nos entendamos, como habríamos deseado que sonara el trabajo de Passion Pit si nos hubieran preguntado de antemano. Muchas veces ocurre que nuestras expectativas son muy elevadas o diferentes al producto final, y por ello tenemos que acoplarnos a lo que se nos ofrece, tratando de disfrutarlo al máximo. No es, sin embargo, el caso de este segundo trabajo del cuarteto americano, con el que han sido capaces de personificar toda la inmediatez del electropop más luminoso haciendo casi propio un intrincado sonido al que resulta difícil sacarle similitudes. Esperemos que te mejores, Michael… El pop te necesita. [leer más]