40. The Crystal Ark – The Crystal Ark (DFA). Viva es la calidez sexual del sol y Gavin la sensualidad ciega de la noche, los dos astros que coronan la portada de “The Crystal Ark“. Pero, ¿qué ocurre cuando ambos colisionan? Depende de la canción. A veces todo parece explotar en un magma de sensaciones que te sobrepasa y te quema por debajo de la piel, pero también es cierto que en la mayor parte de composiciones ambas figuras convergen en un semi-eclipse místico, en una experiencia extrasensorial en la que las progresiones rítmicas repetitivas y largas (varios temas se acercan a los diez minutos de duración) buscan un trance mental y se encuentran con una chorreo vaginal. Como sucedía con los trabajos de LCD Soundsystem, “The Crystal Ark” es un disco que no se puede escuchar a la ligera: los auriculares son el equipamiento obligado para seguir con un cien por cien de atención la hoja de ruta queGavin y Viva han dibujado sobre un pergamino de piel humana. [leer más]
39. Father John Misty – Fear Fun (SubPop). Nadie negará que si ha habido un artista que en los últimos tiempos haya bordado la esquizofrenia musical, ese ha sido precisamente Will Oldham con su eterna careta de Bonnie ‘Prince’ Billy. Y vaya por delante que, musicalmente, en “Fear Fun” no hay ni una gota del sonido de este; pero es justo considerar que Tillmanha recurrido a las artimañas de Oldham a la hora de recuperar la diversión en su persona escénica. Tómese como ejemplo la muy cachonda pero igualmente preciosa “Everyman Needs a Companion“, donde tanto la forma (con mandolinas romanticonas, palmas desganadas y unos despuntes de piano puro crooning) como el fondo (una letra que parece desnuda pero que no por ello reniega de ciertos ramalazos de humor autoconsciente como el que se encierra en la frase ”I never liked the name Joshua / I got tired of James“) bailan elegantemente en la fina linea que separa la honestidad pura y dura con la distancia irónica. [leer más]
38. The Walkmen – Heaven (Fat Possum). Ciertamente, y siendo realistas, sigue resultando difícil elevar a la categoría de unos The National o de unos Wilco el trabajo de The Walkmen, ya no tanto por la diferencia en el nivel de sus larga duración (que a día de hoy es casi nula), sino porque el quinteto afincado en NY todavía no dado con la tecla que le permita sonar con la contundencia y el acierto casi continuo de las bandas arriba mencionadas, algo que por otra parte no nos cabe ninguna duda de que lograrán más temprano que tarde. Mientras tanto, podrán seguir disfrutando del encanto de dar conciertos en salas de aforo medio y darse baños de masas cuando les llegue su turno en festivales, algo que muchas grandes bandas seguramente añoren por haberlo perdido en su ascenso de popularidad. Y es que The Walkmen están ahora, más que nunca, en la rampa de salida… Preparados para dar el salto definitivo. [leer más]
37. Cloud Nothings – Attack on Memory (Carpark). Cloud Nothings se levantan del pupitre para recordar a su mentor, con máximo respeto, que su nombre se asoció desde sus comienzos a la frescura adolescente y casi ingenua del irreverente noise de baja fidelidad, distintivo que Baldi y sus camaradas no quieren abandonar y que defienden con uñas y dientes a través de “Fall In”, “Stay Useless”, “Separation” y “Cut You”, en las que la banda sube y baja el piñón melódico y construye estribillos contundentes con la misma habilidad que había demostrado en sus anteriores trabajos. Estos cuatro temas contrastan con la otra mitad del conjunto (en total, ocho; se agradece la brevedad) pero, a la vez, pertenecen a un todo sin fisuras, que se deglute de una tacada, a toda velocidad, sin peligrosos empachos, tal como inculca en la mayoría de sus colaboraciones Steve Albini. Quizá a Dylan Baldi no le resultó fácil conectar con el productor automáticamente ni dar el visto bueno a todas sus propuestas, pero puede afirmar que, después de tan profunda experiencia, y a pesar de que aún presume de una insultante juventud (veinte primaveras), ya es un hombre hecho y derecho. Y Cloud Nothings, un grupo más impetuoso y robusto. [leer más]
36. Saint Etienne – Words and Music by Saint Etienne (Heavenly). No sabemos si “Words And Music By Saint Etienne” será el último disco de la banda. Si así fuera, sería una perfectísima rúbrica a esa vida dedicada a la música, que ha regalado increíbles momentos a muchísima gente; sería una alegre elegía a parte de nuestra juventud y, quién sabe, a una forma determinada de vivir y sentir las canciones. Si no lo es, será igualmente perfecto, porque este disco nos devuelve a una banda en una forma estupenda, capacitada como siempre para crear hits generacionales y que, con este disco, se confirma como una de las Biblias del Pop (nunca reliquia) más brillante de nuestra historia. Toda una vida con Saint Etienne… Y si es así, que dure. [leer más]