Ya está. Se acabó. Esta es la última lista que publicamos en 2012… Y, probablemente, la más especial de todas. Primero, porque es la que más debate suscita en la redacción. Pero, sobre todo, porque acaba sintetizando como declaración de intenciones una línea editorial que ya hemos ostentado durante el año. ¿Es muy evidente nuestro número uno? Repetimos lo que ya hemos dicho en alguna vez que otra: no estamos aquí para pegarnos la fardada y plantar en nuestro pódium una tríada de semi-desconocidos para dejar a los lectores ojipláticos. No. Confiamos en que nuestros lectores saben que, si quieren propuestas de calidad sorprendente, ya las vamos señalando durante todo el año y no necesitamos sacarnos ninguna sorpresa de la manga. En la redacción de FPM somos muy del refrán «Al Papa lo que es del Papa», así que ceder el número uno a un grupo menos previsible pero con un disco de menor calidad no nos hubiera parecido ético (aunque, a lo mejor, nos hubiera reportado más visitas). Sea como sea, disfruten ustedes de nuestra lista de los mejores discos internacionales de 2012. El año que viene, más. Mucho más.
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50. Four Tet – Pink (Text). Los cortes novedosos del lote muestran los polos opuestos de esa dancefloor engalanada por una amplia alfombra roja que Four Tet imagina en su cabeza: de un lado, “Lion” presenta un pulso ágil, dinámico y progresivo, que invita al movimiento elegante; del otro, “Peace For Earth” rebaja el tempo al máximo para flotar a lo largo de sus más de once minutos de duración entre la atmósfera ingrávida propia del ambient que tan sabiamente maneja el británico desde sus inicios. Dos caras de una misma propuesta sintética (que prolongará muy pronto su gran amigo Dan ‘Caribou’ Snaith con el primer LP de su mencionado alias Daphni: “JIAOLONG” -Merge / Jiaolong, 2012-) elaborada con un mimo casi artesanal que actúa como antídoto frente a la brutalidad de la imperante e inútilmente denominada escena EDM (Electronic Dance Music, liderada por elementos como Skrillex, Deadmau5 o Steve Aoki). Ha llegado la hora de que la música de club elitista y exquisita recupere su trono. [leer más]
49. Best Coast – The Only Place (Mexican Summer). Queda más que demostrado que nuestra adorada Betts salió de la burbuja, paladeó los sinsabores de la vida que no tienen que ver estrictamente con el amor. Por cierto, ¿y dónde se quedó este? Como dijimos al principio, la deriva de nuestra era está provocando que este tema se diluya y se desdibuje a pasos agigantados, circunstancia que la californiana deja entrever en su relato privado. Pero, aunque no alcanzan el nivel paroxista de “Crazy For You”, las cuestiones del cariño y del querer tienen un hueco reservado en “The Only Place” para ser descritos desde sus diversas perspectivas: desilusión absoluta (“Last Year”); deseos de volver a amar (“Do You Love Like You Used To”); y enamoramiento prolongado (“No One Like You”). [leer más]
48. Andy Stott – Luxury Problems (Modern Love). Una vez que se perfila con precisión el entorno en el que se sitúa “Luxury Problems”, se emprende una fase de reconstrucción en la que las texturas elaboradas pierden las referencias físicas con las que ser comparadas (“Expecting”), los sonidos adquieren connotaciones desconocidas (como el funk alterado y desestructurado de “Luxury Problems”) y la percusión se acera al tiempo que se disloca (“Up The Box”bien podría pertenecer al Flying Lotus de regreso del planeta Marte). Sólo la final “Leaving” abandona esa trasformación gaseosa para mostrarse como el tema más conciso y concreto del lote, con una pátina casi new-age (propiciada por los juegos corales y los sintetizadores reverberados) de efectos epatantes que hacen que el epílogo sea sólo una excusa para volver al principio del LP y repetir el viaje por universos paralelos y muy poco terrenales que Andy Stott ha logrado convertir en su anhelada epifanía musical. [leer más]
47. The Shins – Port of Morrow (Columbia). “Port of Morrow” es el cuarto disco de estudio de los de Nuevo México y primero tras el proyecto paralelo de su líder, que inevitablemente tiene cierta influencia aquí. No hay más que escuchar el alegre inicio de la mano de la genial “The Rifle’s Spiral” y el single “Simple Song” para darse cuenta de ello, a pesar de que las señas de identidad de toda la vida de The Shins sigan presentes. Es más, si alguien tiene dudas puede saltar directamente a “September“, tema que podría haber sido compuesto perfectamente hace unos cuantos años y que presenta una similitud asombrosa con esa “The Past and Pending“, quizás una de las mejores canciones que hayan compuesto jamás. En “No Way Down“, Mercer parece cantar para Broken Bells; y en “For a Fool” vuelve a recuperar sus coordenadas más clásicas… Y es que así es como, a grandes rasgos, transcurre el resto del trabajo, situado siempre a medio camino entre los rasgos estilísticos de esos dos proyectos que ya conocemos. [leer más]
46. Alabama Shakes – Boys & Girls (ATO). De «hype para rockeros» se tildó en más de un lugar (incluida parte de esta santa casa) a este disco cuando, al poco de su lanzamiento, empezó a tener una repercusión más que notable. Y, quién sabe, puede que algo de eso hubiera. Pero la cuestión es que, pasado el tiempo y desvanecido el fenómeno de manera bastante fulgurante (de hecho, este trabajo se está quedando fuera de la mayoría de listas como ésta), si uno se pone «Boys and Girls» un día como hoy, lo que descubre es un álbum absolutamente redondo, sin un minuto de relleno y lleno de cortes casi perfectos. Llámenle hype o lo que quieran: al final, como decía el otro, lo que queda es la música.