10. Jens Lekman (Music Hall, Barcelona). Si no vas con grandes expectativas a un concierto y este te sorprende gratamente, te sorprende doblemente… Con lo que la felicidad sube exponencialmente. Personalmente, es lo que yo experimenté el pasado viernes 7 de septiembre en la sala City Hall (Barcelona): sin grandes expectativas, Jens Lekmanconsiguió que la sonrisa no se borrara de mi cara en todo el concierto. Precioso, conmovedor y divertido serían algunas palabras para describirlo. Pero hay más. Le dio caña a su último disco, que aunque sea el tercero de su carrera, él lo denomina como álbum de debut, por ser el único que (según él) tiene un hilo conductor que recorre todas las canciones. Y ese hilo conductor son las historias, principalmente de amor, que el poeta y cuentacuentos Lekman nos regala con una voz de semicrooner algo dulce, completada en directo por la banda que le acompaña: una violinista, un teclista, un batería y una bajista de Gotemburgo que acaban de perfeccionar las canciones ya de por sí emotivas del artista. [leer más]
9. M83 (Sala Razzmatazz, Barcelona). Una hora y cuarto llena de momentos de éxtasis, pero también hubo algún momento para la quietud con temas como “Year One, One UFO” que, si bien pudieron bajar un poco la intensidad general del concierto, tampoco desafinaron tanto en el repertorio que M83 preparó para esa noche de viernes. Para acabar, se decidieron por la dupla de la mítica “Skin of the Night” y “Coleurs“, y aunque les faltaron otros temas como “Kim & Jessie” (¡imperdonable!), la sensación general fue la misma: la de haber vivido una orgía de sensaciones que probablemente se repita en el próximoPrimavera Sound con el añadido de que será al aire libre y en un festival. No nos queremos ni imaginar los infartos que esto podría provocar… Pero si eso ocurre, habremos muerto de felicidad y éxtasis, vencidos por un sonido apoteósico. [leer más]
8. Loney Dear (Razzmatazz 3, Barcelona). ¡Injusticia! La gira de Loney Dear por España en el año 2012 debería ser recordada por la ignominia de haber sido uno de los tours con mayor calidad… pero con menos público. Y eso que la puesta en escena de Loney Dear fue, cuando menos, espectacular: le basta y le sobra como one man band para hacerlo absolutamente todo sobre el escenario, despojando a sus canciones de los ropajes exhibicionistas no para dejarlas esqueléticas y poder abordarlas con mayor facilidad, sino para sintetizar sus bondades hasta la esencia y entregárselas al público como quien regala la joya minúscula mejor pulida. Al final, los que salen perdiendo son los que obviaron el paso de Loney Dear por nuestro país.
7. Lana del Rey (Sónar 2012, Barcelona). Pocas veces he visto el Sónar Noche tan petado a tan tempranas horas (ya se sabe: la parroquia a esas horas está o cogiendo taxi o chafando el eme en los lavabos). Esperábamos vergüenza ajena y tuvimos un espectáculo correcto con baño de masas incluido. A Lana se la veía encantada de conocerse y de estar allí metida. Moló. (E) Todos esperaban que llegará, le diera al play con una de sus uñacas de fulana barata, se desgañitara cantando peor que Tamara y bailara como en lanadelreydancing. Pues no: se trajo una pedazo de banda de instrumentación orquestal comandada por Yoann Lemoine (¿era Woodkid, verdad?) y dejó a las claras que, vale, no tiene ni puta idea de bailar, pero canta con mucho más que solvencia y es capaz de marcarse un concierto simple y llanamente precioso en el que las canciones tomaron nuevas formas para remitir más todavía a las divas blanquísimas de la América suburbial. Cada vez menos white trash. Cada vez más grande. [leer más]
6. Alt-J (Sinsal San Simón, Pontevedra). Precedido por el revuelo levantado en la blogosfera musical durante todo el año corriente y parte del anterior, el cuarteto de Cambridge tenía que certificar que su veloz ascenso al olimpo alternativo no era casual. Y lo logró, trasladando al directo todos los matices y rasgos definitorios de su disco de estreno,“An Awesome Wave” (Infectious / PIAS Spain, 2012), a través de un sonido pulcro, limpio y fiel al obtenido en estudio. Hasta tal punto, que los juegos vocales pergeñados entre su cantante y guitarrista,Joe Newman, y su teclista, Gus Gus Unger-Hamilton, conservaron permanentemente todo su poder evocador e hipnótico, arrastrando a la audiencia a que se introdujera en un abrir y cerrar de ojos en su marea pop de ritmos minimalistas y sugestivas melodías e incluso evitando que el repentino cielo gris que amenazaba con descargar tormenta no lo hiciese. A medida que cosían los luminosos retales de su setlist (“Interlude I”, “Tessellate”, una sublime “Breezeblocks”, “Matilda”, “Flitzpleasure”) con hilo de seda, se despejaba el firmamento y alt-j confirmaban su aura de promesa con un brillante futuro por delante. [leer más]