5. «Mildred Pierce». La película homónima de Michael Curtiz («Mildred Pierce«, 1945), que en español algún intenso la tituló «Alma en Suplicio«, es una de las mejores piezas de cine negro habidas y por haber con una Joan Crawford de esas que quitan el hipo, aunque aquí hiciera de madre abnegada que se sacrifica para que su hija pueda tener una buena posición social, pero su hija es una malcriada y una ostiable que básicamente la humilla hasta que se le hinchan las pelotas a la Joan y entonces la lía y lo cuenta todo en modo flashback. Y de eso, pero cambiando a Joan por Kate Winslet, otra de esas mujeronas de curvas rotundas, va esta mini-serie fina filipina de cinco capitulos de la HBO. La serie es un dramón de los buenos, pero la Winslet está fantastica y además viene acompañada de Melissa Leo, Guy Pierce y Evan Rachel Wood. Una serie para esos momentos en los que te sientes una auténtica Drama Queen.
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4. «Parks and Recreation». «Parks & Recreation» es una excelente comedia relativamente joven que consigue mantener la calidad, lo que debería considerarse prácticamente una proeza viendo el panorama actual. Liderada por una experta en el arte de hacer reir como es Amy Poehler, la serie hace gala de un plantel de personajes que saben cómo exprimir hasta la última risa del espectador. Por eso y más, «Parks & Recreation» merece estar en la lista de lo mejor de este año y, Dios quiera, en el de los próximos. Aunque sólo sea por conseguir deshacerse de la sombra de «The Office» (la estructura de los capítulos es mucho más que similar) retratando algo tan poco amigable como un trabajo burocrático y consiguiendo unos caracteres como rocas destinados a pasar a la historia de la televisión… ¿O no querríamos todos tener un jefe como Ron Swanson?
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3. «American Horror Story». Un sótano encantado, un matrimonio roto, cuernos, una adolescente con el angst que le sale por las orejas, una amante despechada, fantasmas a cascoporro, serial killers, pirómanos, íncubos, súcubos, ninfas calentorras, atropellos, machetadas, abortos ilegales, mediums y posesiones infernales… Todo esto y más tiene lugar en la requetegótica casa de «American Horror Story«, la Biblia de todos los terrores de la ficción argumental occidental que este año se ha alzado con el premio a la serie más pasada de rosca de la temporada. Nunca cuarenta minutos dieron para tanto… y que Satán bendiga a Ryan Murphy.
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2. «Game of Thrones». Si lo de «The Walking Dead» ha sorprendido a propios y a extraños durante este 2011, lo de «Game of Thrones» juega directamente en otra liga: las comparaciones con «El Señor de los Anillos» jugaron desde el principio a favor de esta adaptación de los libros de George R. R. Martin que, al fin y al cabo, es como una versión de «True Blood» sin las carcajadas en la sala de guionistas. Vamos, que lo de «Game of Thrones» se toma tan en serio a sí misma, es tan patillera en sus cliffhangers y va tan a saco en su festín de muerte de caracteres principales que es imposible no caer rendido ante el primer capítulo y continuar pegado a la pantalla hasta esa impactante imagen con la que se cierra la temporada. Puro dragon porn. Entre medias, pasan tantas cosas que sigue sorprendiendo que el público en general se haya enganchado a semejante culebrón que pone a prueba la memoria del espectador… Será por el holgado presupuesto de HBO. O será por el sexo. O será por la sangre. Será por lo que será, pero «Game of Thrones» merece pasar a la historia como el primer y apasionante cruce entre «La Comunidad del Anillo» y «La Loba Herida«.
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1. «Downton Abbey». Aunque así, de buenas a primeras, parece un palazo ponerse a ver una serie de la Inglaterra victoriana, con sus té de las cinco, sus herederas remilgadas y sus criadas cotillas no hay que subestimar a esta excelente serie coral británica que, curiosamente, se puede ver en Antena 3, fíjate, una de cal y una de arena. Ambientada a principios del siglo XX nos cuenta las vicisitudes de la clase alta inglesa pero también, cómo no, del servicio, con sus triquiñuelas y sus envidias y las relaciones de poder que se establecen entre unos y otros, a lo «Gosford Park«, vamos. Pero, además, también es un excelente retrato histórico y social de la Inglaterra de preguerra, riguroso y muy cuidado. Un «Upstairs, Downstairs» del 2011, menos abuelil, con un reparto inmejorable y una ambientación exquisita. A mí, es que un buen acento británico me puede, mira…
[Raül De Tena + Estela Cebrián + Déborah Camañes + J. Quijano]
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