Será que en el 2012 se acaba el mundo y estamos reservando energía para lo que se nos avecina, pero lo cierto es que 2011 ha sido un año ciertamente aburrido. El antídoto contra el tedio, sin embargo, ha sido más que comunmente todo un conjunto de series de televisión entre las que, francamente, resulta difícil realizar listas de lo mejor del año. En estos doce meses hemos tenido toneladas de comedia que desafían directamente a aquel axioma que dice que la verdadera calidad se encuentra en el drama; también la llegada del formato mini-serie como nuevo rey de la parrilla catódica; e incluso la confirmación de que el «género» no sólo es aceptable en cine, sino también en la pantalla pequeña… Y, aun así, ha sido un drama de tomo y lomo el que se nos ha colado arriba de todo en nuestro palmarés particular. Cosas que pasan.
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15. «True Blood». Siempre he pensado que, mientras van escribiendo los guiones de «True Blood», Alan Ball y su equipo si tienen que estar partiendo la caja continuamente… Es por eso que no entiendo las conversaciones «en serio» sobre esta serie en torno a las máquinas de café de las oficinas de medio mundo. Y es que el principal atractivo de «True Blood», cada vez más, es que es un desopilante festín de clichés abordados como tales y desmontados como tales. Sólo hay lugar para el amor al sopesar una serie como esta, en la que los litros cuadrados de semen y flujo vaginal superan a los litros cuadrados de sangre, en la que cada temporada se supera con nuevos seres fantásticos (Marnie queda para la eternidad en nuestra memoria), en la que llega un punto en el que no sabes si los actores son pésimos o sumamente brillantes… Mientras Alan Ball siga partiéndose de risa mientras escribe los guiones de «True Blood», no tendremos problema en seguir comprando.
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14. «Ugly Americans». Con su segunda temporada, «Ugly Americans» ha demostrado a lo largo del verano de 2011 que es la alternativa ganadora para todo aquel que ame los dibujos animados llenos de humor adulto. «South Park» sigue siendo el rey en ese campo (aunque se debilita un poquito más a cada año que pasa); pero van creciendo aquí y allá nuevas propuestas más que interesantes. Y no cabe duda de que «Ugly Americans» ofrece definitivamente un humor gamberro pero inteligente que sazona más que bien las tardes estivales. E incluso las del resto del año.
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13. «The Hour». Que no te engañen: «The Hour» NO es «Mad Men» en version british. Poco tiene que ver con la serie de la AMC salvo en su necesidad casi espartana de representar la época que narra. Más allá, esta serie de la BBC es un dechado de elegancia y contención… Eso sí, muy british. Un programa de televisión que nace y quiere crecer en un momento duro para la democracia y la libertad de expresion en Gran Bretaña conducido por un periodista buscafollones que para alguna peli suya quisiera George Clooney y una productora joven y ambiciosa que se lía más de la cuenta con McNulty haciendo de guaperas y una conspiración política con trama de espionaje a finales de los 50 de por medio. Classy.
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12. «Community». «Community» es una de las mejores series de comedia que ha habido en antena en estos últimos tres años y que hereda parte del espíritu gamberro de «The Office«. Empezó sin hacer ruido, tan poco ruido que seguramente ni se dieron cuenta de que estaban ahí y entonces empezaron a hacer el cafre porque, total, si nadie los veía. Pero en EEUU algunos empezaron a flipar con el humor bestia, las referencias constantes de alto voltaje, los personajes absurdos y extremos y los diálogos trepidantes. La cosa es tan simple como un grupo diverso de estudiantes en una especie de Uni de repesca para aquellos que no pudieron acceder en su momento; de ahí que el grupo sea de edades y backgrounds variopintos: el abogado estafador (Jeff), la rubia que va de lista (Britta), el freaky sinsentido (Abed) , el futbolista retirado (Troy), la negra cotilla (Shirley), la tímida buenorra (Annie) y el más grande, Chevy Chase como Pierce. Bueno, y también el Sr. Chang (mitiquísimo Ken Jeong de «Resacón en Las Vegas«), el Tigre Chino, el profesor de español más locatis que pueda existir. La trama oscila entre la tensión sexual no resuelta entre Jeff y Britta y las bizarradas de todos los demás… Un serie sin pretensiones, hecha solamente para hacerte reír a carcajadas.
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11. «Wilfred». Punto de partida: un tipo infeliz (Elijah Wood) se mete en la boca una sobredosis de pastillamen variado y, a la mañana siguiente, además de no haberla diñado, resulta que cuando su nueva vecina toca en su puerta para preguntarle si puede cuidar a su perro, resulta que ve al can como un tipo barbudo (inmenso Jason Gann) vestido con un disfraz de perro de peluche. Ah, y que su hermana enfermera, además, no le había dado pastillamen del bueno, sino píldoras de azúcar… ¿Rocambolesco? Tan sólo la punta del iceberg en una serie en la que la carcajada es inevitable al ver a un tipo disfrazado de perro fumando, comiendo, emporrándose y copulando con animales de peluche y piernas ajenas… Pero es que resulta que, al final del camino, este remake de la serie original australiana va mucho más allá de la risa porrera de «Me Llamo Earl» y acaba instalándose en una zona para nada confortable en la que la sonrisa es sólo la puerta hacia pensamientos elevados. Tan elevados como puede permitirlo semejante punto de partida.