5. «Libre Asociación» (BCore), The New Raemon. Si alguien dice en voz alta que, a la vez que finiquitaba a Madee, lo mejor que podría haber hecho es dejar también de lado The New Raemon como nombre artístico, se va a llevar un capón por no escuchar de cerca “Libre Asociación“: puede que la forma haya cambiado, pero por debajo de esa forma sigue latiendo el fondo de The New Raemon, que nunca fue otro que el de Ramón Rodríguez en estado puro, sin las murallas que impone una banda con varios componentes y demasiadas opiniones. Estamos hablando de ese imaginario etéreo que da sentido a un cuerpo, sí, pero también del imaginario etéreo que sobrevive a la muerte del cuerpo, a la transmigración hacia un nuevo recipiente. Por si alguien sigue sin entender la imagen: Madee era el cuerpo, The New Raemon era, es y será el alma. Así que mejor que cambiemos la cantinela y exclamemos: “The New Raemon está muerto… ¡Viva The New Raemon!” (sigue leyendo)
4. «Peores Cosas Pasan en el Mar» (Gran Derby), The Secret Society. “Peores Cosas Pasan en el Mar” se descorcha con “Suanzes: Volver a Empezar“, un tema certero y directo en el que la voz de Pepo Márquez, empequeñecida por un eco que hace pensar en una grabación improvisada en su cuarto de estar, sobrevuela la base de “Lose Yourself“, el híper reconocible tema que Eminem escribió para la película “8 Mile“. La música suena, también, como si llegara desde un radiocassette en la vertical de una noche solitaria en la que un post-adolescente rapea sus penas a solas en su habitación… No es una fardada hipertextual ni una revisión con vocación masiva: el sonido del tema es destartalado y la fuerza recae, como es habitual en The Secret Society, en unas frases que Márquez desliza sobre quien escucha con una violencia que nada tiene que ver con las salvas de metralla de los habituales hip-hoperos, sino con los dulces movimientos coreografiados propios de un carnicero delicado que pasa un cuchillo limpísimo con elegancia sobre la carne sangrante. Lo dicho: “Suanzes: Volver a Empezar” no es una fardada ni una revisión mainstream. Es, simple y llanamente, una declaración de intenciones (situada, como deberían estar situadas todas las declaraciones de intenciones, al principio de todo) con la que The Secret Society dejan claro que, a veces, la mejor forma de llegar a la gente no es haciendo lo que esa gente quiere y espera, sino dejando al descubierto tus entrañas y permitiendo que vean que, al fin y al cabo, no son tan diferentes de las suyas. Una declaración de intenciones con la que Márquez y los suyos ponen a la vista que sólo hacen lo que les apetece… y que eso va a ser así durante todo el disco. (sigue leyendo)
3. «Tara Motor Hembra» (Everlasting), Nudozurdo. Atención: el material que se van a encontrar en “Tara Motor Hembra” es altamente inflamable, incandescente, cegador e impactante como una explosión nuclear. Y lo peor de todo: puede atravesar sin que se enteren, cual partícula radiactiva, su delicado tejido cutáneo e invadir todos sus órganos; especialmente corazón, cerebro y pulmones. Porque el tercer álbum de Nudozurdo contiene auténticas bombas invisibles diseñadas para romper el ritmo cardíaco, destrozar neuronas y causar fatiga aguda. La última consecuencia, la más peligrosa, sería una alteración en la memoria que provoca que todo aquel que se acerque a sus diez canciones permanezca anclado en los episodios más tortuosos de su pasado. Es decir: los pasajes que se fueron enviando al averno y se guardaron en cofres teóricamente indestructibles… hasta que el cuarteto madrileño, liderado por Leo Mateos, los hace añicos con este disco. (sigue leyendo)
2. «La Polinesia Meridional» (Elefant), La Casa Azul. Si hay un tema en el que Guille Milkyway luce especialmente orgulloso sus nuevas arrugas es precisamente en el acto más elevado de “La Polinesia Meridional“: “La Vida Tranquila“. No es sólo que en esta canción se atreva con un fraseado estilizadísimo, sino que la composición pasa por diferentes estados que acaban estallando en un grand finale espectacular en el que ese “otro” eterno al que ya hemos hecho referencia se materializa por completo y se marca un pimpinelesco diálogo con un Guille al que no duda de increpar con un delicioso “Sólo piensas en tí mismo / Siempre fiel al dramatismo“. Definitivamente: sí, por mucho que pensáramos lo contrario, Guille Milkyway saca lo mejor de su persona artística cuando, como en un ejercicio de psicoanalismo, consigue separarse de sí mismo y compartir el protagonismo con “otro”. La Casa Azul ha llegado a ese punto al que todo niño tiene que llegar: cuando dejas de mirar hacia adentro y no sólo tienes que aceptar que existen otras personas, otras personas a las que quieres, sino que también tienes que asimilar que tienes que ser consecuente con ellas. Cuidarlas y amarlas. Y es que, pese a las concesiones necesarias al pasado de La Casa Azul, de eso va “La Polinesia Meridional“: de tener pareja (y un proyecto de vida) y de mirarse las arrugas (con lo que siempre tiene esto de fatalismo mortalista). Pero, ¿no es eso lo que más nos preocupa a los que acabamos de entrar en la treintena? (sigue leyendo)
1. «Hannah» (BCore), Anímic. “Hannah” es un disco que va creciendo cada vez que se escucha, desvelando nuevos detalles de la bestia ahora visible. A veces, te sorprenderá la ferocidad de sus colmillos, pero otras veces lo que te cautivará será un fogonazo de dulzura al fondo de unas pupilas feroces. En ocasiones no podrás evitar inquietarte ante lo afilado de unas garras ideales para la devastación y la aniquilación, pero en otras te dejarás embelesar por el pelaje suave y brillante que nace cerca de esas garras y que habita todo el cuerpo del monstruo… Pero, teniendo en cuenta que, en “Hannah“, Anímic han optado por hacer visible una bestia invisible, tendremos que empezar a considerar que la banda ha dejado de ser un culto sectario entregado a lo que el ojo no ve y que por fin se han ganado el título de hechiceros capaces de fabular las más fascinantes de las apariciones. (sigue leyendo)
[Raül De Tena + Estela Cebrián + Jose A. Martínez + Alan Queipo + Javier Serrano]
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