30. «SBTRKT» (Young Turks), SBTRKT. Los reyes cada vez tienen menos tiempo para descansar en paz antes de empezar a preocuparse por el peligro de su cabeza. Y está claro que James Blake llegó demasiado pronto en el 2011 como para no pasarnos los meses buscándole un sucesor dispuesto a «matar al padre» con toda impunidad. Uno de los que más se le ha acercado es SBTRKT, ese inquietante tipo que, detrás de una máscara tribalista y negroide se ha dedicado a tirar abajo los tabiques instaurados por «James Blake» para ampliar el campo de batalla hacia parajes mucho más danceros, mucho más fieles a lo que se suponía que tenía que ser el alma del dubstep primigenio: voces femeninas, sonido salido del subsuelo… Pero ahora, además, todo engalanado como una claridad rítmica que, como la máscara de SBTRKT, remite directamente a una hipnosis casi atávica.
29. «Wander / Wonder» (Tri Angle), Balam Acab. Desde su misma portada, el debut en largo de Balam Acab apela directamente a un paisaje acuático y sombrío, casi abisal, en el que una brecha de luz se filtra con una calidez suave y muy poco agresiva. A eso hay que sumar el tema de apertura de “Wander / Wonder“: “Welcome” arranca con un latido casi imperceptible por debajo de un sonido de burbujas que hacen pensar en una inmersión, en un viaje hacia unas profundidades marítimas evidentemente amnióticas… A eso le siguen varios minutos de brumas en ralentí y una voz operística que hacen pensar en el núcleo básico de toda buena composición witch house. Pero, pasado el minuto cuatro, el tema da un vuelco y el batiscafo en el que viajamos parece adentrarse en una marisma tranquila repleta de corales de colores y plancton luminoso, con campanillas y sintes distensando el ambiente. Y así, con una portada y con un tema-intro, “Wander / Wonder” revela sus claves básicas… (sigue leyendo)
28. «Eye Contact» (4AD), Gang Gang Dance. “Eye Contact” se abre con un skit misterioso que dice “I can hear everything. Everything is time“. Todo es tiempo y el tiempo es pura mutación, evolución, progresión. El tiempo es concatenación, digresión. El tiempo es la hipersensibilidad del momento presente, una huída hacia adelante echando sal sobre unas tierras que ahora son fértiles pero que, en cuanto las dejemos atrás, habrán quedado arrasdas y sin posibilidad de un reverdecer futuro. El tiempo, al fin y al cabo, es el sentimiento más poderoso en la concepción musical de Gang Gang Dance: su asimilación del concepto “canción” pasa por la experimentación y la improvisación como medio de vida. Y, de una forma similar (en teoría, nunca en práctica) a la de Animal Collective, resulta que cuando del torbellino experimental se escapa un fogonazo de clarividencia, de concreción, la experiencia del acierto es lo más parecido a la iluminación mística que puede encontrarse en el panorama musical. (sigue leyendo)
27. «Space is Only Noise» (Circus Company), Nicolas Jaar. Admitámoslo: Boards of Canada son probablemente una de las bandas más utilizadas por la crítica a la hora de buscar asideros y coordenadas para las nuevas propuestas. Y, pese a todo, la herencia de Boards of Canada es eso, una herencia, nunca una sucesión en el trono. La aparición de Nicolas Jaar en la escena musical, sin embargo, puede llegar a cambiar ese inmobilismo mencionado, ya que este joven genio demuestra una capacidad insólita (cercana a la genialidad) para facturar deslumbrantes paisajes sonoros capaces de poner a quien escucha en los brazos de una sinergia mesmerizante y desarmante. Y aunque ambos comparten una especial tendencia hacia el malrollismo emocional, hacia la opacidad (que no oscuridad) del alma, Jaar consigue romper las cadenas de la camisa de fuerza del landscapismo electrónico para introducir sanas bocanadas de aire fresco en forma de jazz y experimentación acústica.
26. «In Heaven» (Domino), Twin Sister. “In Heaven” suena a grupo que, pese a afrontar un primer disco, puede fardar completamente de una identidad inquebrantable capaz de aglutinar diferentes estilos e incluso diferentes referencias provinentes de diversas coordenadas temporales. Ahí quedan detalles de orginalidad irrefrenable como la cuerda nipona falsamente descuidada (cualquiera que haya visto a Twin Sister en directo conocerá la precisión y calidad de sus instrumentos) que convierte “Stop” en una canción memorable o, así en general y en abstracto, la totalidad de “Kimmi in a Rice Field“: un tema de espíritu sin ataduras que no responde a nada ni a nadie. Ni falta que le hace. Porque, con “In Heaven“, Twin Sister no sólo han trascendido al revival de los 80 y han sobrevivido a un apocalipsis zombie. También han conseguido conquistar la segunda parte de la frase que daba nombre a la primera regla cambiándole la letra ligeramente: “help the aged… ’cause one day I’m gonna be older too“. Futuro asegurado. Grande. Y libre. (sigue leyendo)