15. Hola A Todo El Mundo, «Hola A Todo El Mundo» (HATEM Prayer Team). Los madrileños Hola A Todo El Mundo siguen siendo una rara avis en la escena alternativa española. Se dice que su apariencia no es más que una amalgama de múltiples personalidades, entre las que se incluyen The Polyphonic Spree, Fleet Foxes, The Magic Numbers o Arcade Fire. Pero, por ahora, ningún otro grupo nacional supo ni se atrevió a manejar tal avalancha de referencias (y si alguno se lo propuso, cayó en el intento). De ahí que el debut del combo, “Hola A Todo El Mundo”, se admire con cierta perplejidad, a veces acompañada de extrañeza, gracias a un conjunto de piezas luminosas, telúricas, misteriosas y enigmáticas, trabajadas hasta el último detalle: un repertorio ideal para tocar con la punta de los dedos el cielo (ya sea el divino o de otra dimensión).
14. Tachenko, «Os Reís Porque Sois Jóvenes» (Limbo Starr). Sergio Vinadé sigue empeñado en que el pop de toda la vida, aquel que va desde The Beatles hasta Teenage Fanclub, pasando por algún que otro clásico patrio de la década de los 60, brille cada vez más hasta convertirlo en una explosión de supernova de versos y estribillos adictivos. “Os Reís Porque Sois Jóvenes” viene a ser una versión, multiplicada en matices (arreglos más trabajados, sonido más pulido), de su primer disco, “Nieves Y Rescates” (Grabaciones En El Mar, 2004), un dechado de fina ironía y realismo que, seis años después, se mantiene vigente. Así, Tachenko saltan sin despeinarse de una oda juguetona (“Tírame A Un Volcán”) a una pieza orquestal sensible (“La Resistencia”) para hablar, por ejemplo, de los tiras y aflojas del amor. Eso sí, siempre con honestidad y transparencia.
13. Cuchillo, «Duat» (Limbo Starr). «Duat» es el nombre del segundo cielo egipcio, un espacio atávico bajo tierra en el que Ra (el Dios del Sol) pasaba la noche… Y no es gratuito que Cuchillo hayan escogido este título para su nueva referencia, tres canciones que sabotean el concepto EP de una forma similar a la que este mismo año lo ha hecho Sufjan Stevens con su «All Delighted People«, preñando el mínimo espacio de la máxima significación. En este mini-album de casi 30 minutos, Israel Marco y Daniel Domínguez se embarcan en un paseo en la góndola de Caronte a través de un abismo oscuro en el que hacen refulgir fogonazos de cegadora genialidad en forma de progresiones melódicas a años luz de cualquier otra propuesta española. Aquí no se puede hablar ni de folk ni de psicodelia… esto es un segundo cielo estructurado como un inframundo musical.
12. Dotore, «Los Veranos y Los Días» (Cosas Primo). Lo de Pablo Martínez Sanromá se podría tachar de grower absoluto del año si no fuera porque semejante palabro queda lejísimos de la órbita de Dotore: una órbita en la que no hay lugar para la pose porque la totalidad del espacio está repleto hasta los topes con humildad y sinceridad. «Los Veranos y Los Días» llegó cuando el verano se estaba acabando, y lo cierto es que el álbum consiguió encapsular los rayos de sol de principios de septiembre para que siguieran calentando hasta hoy mismo e incluso en lo que nos queda de invierno. En este álbum las luces son ambales y cálidas, de aquellas incapaces de proyectar sombras definidas… Pero son precisamente estas luces las mismas que identificamos con amaneceres en buena compañía y dulzura de anochecer.
11. Klaus & Kinski, «Tierra, Trágalos» (Jabalina). Puede que este no sea un álbum tan accesible como “Tu Hoguera Está Ardiendo” (Jabalina, 2009), pero está claro que apunta mucho más lejos. No es esta una diversión hedonista, de feria y farolillos. Es más bien esa diversión, difícil de explicar a los aficionados al cine palomitero, de pasarse dos horas delante de una peli asiática en la que no ocurre realmente nada. Que nadie me malinterprete: en “Tierra, Trágalos” pasan muchas cosas. Y todas buenas. El álbum se divide en dos mitades: al principio animación, y después un sentir más taciturno, más serio. Al final, homenaje, sarcasmo y diversión se juntan en la reválida de Klaus & Kinski para confirmarlos como una rara avis destinada a proporcionar brío a una escena anquilosada en propuestas escuchadas una y mil veces. (leer más)