Esta lista de los mejores discos internacionales de FPM debería venir con un manual de instrucciones… Básicamente, porque es la primera vez que nos marcamos un top de esta naturaleza y hemos puesto mucho en juego. Está claro que lo fácil hubiera sido marcarnos algún número 1 que nadie esperara (ni nosotros mismos) para que la gente pudiera hablar de «los colgados de FPM» como «los tarados que eligieron el álbum de Kelis como mejor del año». Pero no nos engañemos: somos unos esnobistas, pero no somos gilipollas. Y por eso mismo nos hemos rendido a la evidencia: ¿que los puestos de honor son un poco predecibles? Es lo que tiene que dos grupazos como Arcade Fire y LCD Soundsystem se hayan decidido a llegar a sus respectivas cumbres en las mismas fechas. Por lo demás, hay que tener en cuenta que todas las posiciones tienen su explicación: si te sorprende ver un disco muy arriba o muy abajo, pregúntate por qué. ¿Será porque ese LP se ha quedado un poco a la sombra y lo estamos reivindicando? ¿Será porque ese álbum es tremendo pero tiene momentos un poco menos brillantes? ¿Será porque, aunque es pura zapatilla, ese disco ha conseguido capturar la zeitgeist bailable del año? Todas las preguntas tienen sus respuestas en nuestra lista de los mejores discos internacionales de 2010…
30. Perfume Genius, «Learning» (Matador / PopStock!). Mike Hadreas reconoce así que nunca pudo tomar el control de su vida, guiada por siniestros hilos a través de los caminos más sórdidos y sombríos. Y aunque su existencia no dejó de ser un constante proceso de aprendizaje, en muchos casos la decisión última no le pertenecía. Lo deja bien claro en “Learning”, canción-apertura del LP pero tomada aquí como epílogo final para que sus frases queden grabadas a fuego: “nadie responderá a tus plegarias hasta que te quites el vestido, nadie escuchará tus lloros hasta que des tu último suspiro”. Dos simples retazos de la gran lección vital que aporta “Learning” y que habrá que interpretar al pie de la letra para, llegado el momento, hacer balance, romper a llorar y purgar nuestras penas. (leer más)
29. Wavves, «King of the Beach» (Fat Possum / Nuevos Medios, 2010). El cambio de vida de Nathan Williams llevaba consigo un giro significativo en su manera de dirigir Wavves y en su estilo musical: adiós a la distorsión facilona y hola a una propuesta más domesticada y… ¿estudiada? Al menos sí consciente, pues se basa también en California y sus historias pero decididamente enfocadas hacia la arena, el mar y el calor. Lo que se advierte desde el primer minuto en el sonido del álbum, más nítido, con la voz en primer plano, los instrumentos discernibles y unos arreglos más variados y luminosos. Algo impensable en el otrora desastrado y perdido Williams, del cual conserva su tensión y fuzz guitarrero y al que le aplica una lírica bronceada por el sol playero. (leer más)
28. Zola Jesus, «Stridulum II» (Souterrain Trasnmissions). Zola Jesus sabe transmitir pura autenticidad a su música y, por ende, a sus vídeos, actuaciones y todo lo que le rodea. Por todo ello, “Stridilum II” es tan grande. Por eso canciones como “Night“, “I Can´t Stand” o “Sea Talk” (que se incluye en su próximo EP, “Valusia“) parecen no acabarse nunca. Se extienden por el reproductor como un virus infeccioso, como una recaída en la oscuridad sin redención ni remedio. Entre la penumbra y la luz de la mañana, mucho más cercana a los páramos de “Cumbres Borrascosas” que a cualquier canal de tendencias. Más allá de modas o reinvenciones, Zola Jesus es el neogótico musical del nuevo milenio. Hagamos una recogida de firmas y que le diseñen una gárgola en su honor o algo. (leer más)
27. Midlake, «The Courage of Others» (Bella Union / Nuevos Medios). Al final, los fantasmas no son más que eso: fantasmas. Da igual que aquí invoquemos a Fairport Convention o a Neil Young: se puede ver a través de sus falsos cuerpos para divisar el paisaje de fondo donde “The Courage of Others” se pinta con los colores puros de Midlake. Con esa voz entre la nostalgia y la apatía, con esa capacidad innata para las atmósferas que se te quedan entre los labios como una brizna de hierba… Con esa genialidad que se necesita, al fin y al cabo, para bordar once canciones que no, no son accesibles. No vas a caer rendido a la primera. Pero si hemos necesitado cuatro décadas para masticar el legado de Fairport Convention, será mejor que no esperemos que su más acertado homenaje nos vaya a embaucar a primera escucha. (leer más)
26. Hurts, «Happiness» (Sony BMG). Después de este viaje de tonos grisáceos, tirantes y gomina, todo el mundo se debe preguntar lo mismo: ¿Valía la pena tanto revuelo? Teniendo en cuenta que, en los últimos dos años, sólo hemos podido disfrutar de la época dorada de las electrochonis, en cuyas uñas de porcelana estaba escrito el discurrir de la Nueva Era Pop… yo digo que sí. Porque Hurts son ese grupo del que te tatuarías el nombre en el brazo, al que volverías en los momentos de tristeza, del que te aprenderías las letras y al que esperarías en la puerta del hotel cuando vinieran de gira a tu país. Pero claro, eso sólo lo hacen las adolescentes. Y nosotros, desgraciadamente, somos ya demasiado adultos y mayores… ¿no? (leer más)