Adelántate a tus amigos y hazte fan antes que nadie de las empanadillas orientales rellenas de sopa que sirven (junto a otras exquisiteces) en Fan Shoronpo.
Hace unas semanas, en un viaje a Londres, intenté hacerme el guay en una conversación cuando unos amigos me explicaban que en la capital británica están medio locos con lo que ellos llaman «soup dumplings«. No pude evitar fardar de que en Barcelona ya tenemos un lugar en el que sirven esas «soup dumplings«: es un local que se llama Fan Shoronpo porque, al fin y al cabo, las «shoronpo» son esas empanadillas rellenas de sopa a las que ellos se referían. Me miraron con cara rara y me dijeron que ese nombre parecía japonés, y que las «soup dumplings» son de procedencia china… A lo que yo sólo pude responder con cara de poker, la verdad.
Ahora ya podría responderles con propiedad porque, a mi vuelta a Barcelona, lo primero que hice fue informarme primero y, a continuación, pegarme un atracón de shoronpos en el Fan Shoronpo. Aclaro las cosas: el cocinero de este restaurante es Keito Tanaka, un japonés cuya cocina es una revisión de todo un conjunto de platos chinos pero a la nipona. ¿Qué significa esto? Que no andaba yo tan errado y que, al fin y al cabo, lo que puede comerse en el Fan Shoronpo es incluso más excepcional por lo que tiene de único: tarde o temprano, las «soup dumplings» llegarán a Barcelona, pero por ahora tenemos algo tan original como esta revisión japonesa de la receta tradicional china.
Pero empecemos por el principio, que me pongo a hablar de mis viajes y no me centro… El Fan Shoronpo es un restaurante que ya hace algunos meses que está abierto en el número 28 de la calle Séneca de Barcelona (es decir: a un tiro de piedra de Diagonal con Vía Augusta). Es este un local de dos plantas que huye de la sofisticación de otros orientales que buscan la validación del visitante por la vía de la estética y la apariencia: aquí no hay una voluntad sobreactuada de resultar elegantemente oriental porque, al fin y al cabo, esa orientalidad está encapsulada en cada una de las empanadillas que aquí se cocinan. Eso no quita, por otra parte, que el local sea acogedor y familiar, con una planta superior mucho más espaciosa. Priman las maderas y algunos detalles japoneses en la decoración, pero lo más imponente es una barra que invade gran parte de la planta interior y que da acceso a una cocina que no es vista pero que está en parte al descubierto.
Allá, en esa cocina, es donde ocurre la magia. Arranquemos hablando de los más importante aquí, que no son otra cosa que los shoronpo: ya he explicado que estas son unas empanadillas tipo dumpling que contienen un poco de sopa en su interior. Son una especie de variación de las archiconocidas xiǎolóngbāo que tienen su propia liturgia a la hora de ser consumidas: primero tienes que coger una con los palillos y ponerla en tu cuchara (con un poco de jengibre en la parte superior si te apetece); a continuación, con uno de los palillos abres un pequeño agujero en la empanadilla y dejas que salga todo el caldo y se quede en la cuchara; después de bebértelo, puedes ponerle un poquito de salsa de soja al dumpling y… ¡p’adentro! Te puedo asegurar que es una experiencia que te sorprenderá al principio y, sobre todo, que te enganchará como si no hubiera un mañana.
Pero, ojo, porque los shoronpo (en múltiples variedades a cada cual más loca, una de ellas incluso de jamón ibérico) no son la única exquisitez que vas a encontrar en el Fan Shoronpo… La otra gran especialidad de Keito Tanaka son los bols de ramen con diversos acompañamientos, desde el tradicional con verdura y cerdo a otros más sofisticados como el de gambas con verduritas y un toque picante. Y no sólo esto: el restaurante tiene una carta realmente interesante en la que merece la pena sumergirse sin prejuicios y con la mente abierta, dispuesta a dejarse sorprender. Una sugerencia: empieza probando el menú de mediodía, siempre con una ración de shoronpos y uno de los diferentes ramens que ofrecen. Aunque, la verdad, a esta sugerencia debe seguir una advertencia: si lo haces, vas a querer comer en el Shoronpo con una frecuencia que no será ni medio normal. [Más información en el Facebook de Fan Shoronpo]