Teníamos claro que Shura ha sido de lo mejorcito de este año 2015… Pero esta sesión que se ha marcado para FADER la convierte en una puta ídola.
Ya es lo que me faltaba para acabar de adorar a Shura… Pero vayamos por partes. Y empecemos por el principio. A Aleksandra Denton deberías conocerla porque hace ya unos buenos meses que viene entregado temas impecables en los que suena a algo así (pero sólo «algo así», tampoco nos pasemos con los radicalismos comparativos) como Dev Hynes produciendo a Jessie Ware. «White Light«, «2Shy» o «Indecision» han formado parte de la banda sonora pluscuamperfecta de este año 2015. Y ese es el primer motivo por el que adoro a Shura.
El segundo es porque hace algunas semanas lo petó lo más grande con su actuación en el pasado Primavera Club, y eso hizo que mucha más gente la conociera. Pero es que ahora resulta que hay un tercer motivo por el que adorar a Shura: además de producir unos temazos como soles poperos y de marcarse actuaciones para el recuerdo, resulta que Aleksandra también pincha. Y no pincha como las blogueras mamarrachas que dicen que pinchan pero luego lo único que hacen es sablear el Spotify. No. Shura pincha con un estilazo tremendo que puedes escuchar aquí y ahora en esta mixtape que la niña ha mezclado para FADER bajo el sugerente título de «Tears under the mirror ball«.
«Tears under the mirror ball» es un continuum en el que el pop más poliédrico se encuentra cara a cara con el funk y con otras sonoridades igual de bailables.
Y ya no es sólo que la Denton tenga un gusto óptimo a la hora de decidir a quién pincha (ojito, porque en estos 50 minutos vas encontrarte a gente como LCD Soundsystem, Warpaint, Hot Chip, Jagwar Ma, The xx, John Talabot, Daniel Avery o Jamie xx remezclados por otras luminarias como Todd Terje, Soulwax, Factory Floor o Ewan Pearson), sino que resulta que la ídola es capaz de marcarse una sesión con un flow que impresiona. Lo de «Tears under the mirror ball» es un continuum en el que el pop más poliédrico se encuentra cara a cara con el funk y con otras sonoridades igual de bailables.
De verdad: si hasta ahora tenía más o menos claro que Shura era una de las nuevas figuras determinantes a la hora de definir este año 2015, con esta mixtape me acaba de obligar a quitar el «más o menos» de esta valoración.