«Neos Kosmos» es un disco que te reconecta con la vida justo cuando más lo necesitas… Por eso entrevistamos a en profundidad a Evripidis and his Tragedies.
De repente nos cayó encima una pandemia y vimos cómo, igual que nosotros, todos nuestros artistas favoritos también tenían que encerrarse en casa. Lo interesante, sin embargo, fue que mucho de esos artistas hicieron lo que no habían hecho hasta entonces en una industria musical obcecada con una planificación artística basada en la alternación de grabación, lanzamiento de disco y gira de conciertos. Por primera vez, los artistas se quedaron en sus hogares… y nos abrieron las puertas de su intimidad para enseñarnos qué estaban haciendo.
Evripidis Sabatis también se quedó en su casa. De hecho, registró en vídeo todos aquellos tiempos tan oscuros y, de repente, pasado el verano… ¡zas! No solo dejó caer uno de los temas más (honestamente) bonitos del pasado año 2020, «The Reason«, sino que además lo acompañó de un vídeo con el que era fácil identificarse porque mostraba cómo se había mantenido en forma (física, mental, creativa y artísticamente) durante aquel encierro.
Ojo, advertencia: esto no significa que «Neos Kosmos» (Snap! Clap! Club!, 2021), el nuevo disco de Evripidis and his Tragedies, sea un álbum de pandemia. Ni mucho menos. Es más bien un trabajo atemporal, como todos los de Sabatis. Y, de hecho, si por algo se le va a recordar, va a ser precisamente como el disco en el que Evripidis se acercó a los sintetizadores con mayor perseverancia… y con un resultado mucho más que redondo.
Porque es de suponer que, de aquí a un tiempo, recordaremos qué fue lo que nos dio fuerza para seguir viviendo durante la cuarentena… Pero también recordaremos qué fue lo que nos dio fuerza para volver a reconducirnos hacia la vida una vez tuvimos que empezar a volver a la normalidad. Y, en mi caso, recordaré (y seguiré escuchando) «Neos Kosmos» como un disco que, pese a seguir apegado a la eterna melancolía de Sabatis, supo reconectarme con la vida en un momento en el que lo necesitaba urgentemente. Por todo ello, a continuación va una conversación con Evripidis sobre «Neos Kosmos«, la pandemia, su afición por las colaboraciones y la melancolía como droga, entre muchos otros temas.
Oye, una pregunta que siempre he querido hacerte y que me sirve para abrir la entrevista de forma distendida… ¿El hecho de hacerte llamar Evripidis and his Tragedies es porque al principio había una banda que eran los Tragedies? ¿O siempre ha sido más bien que este proyecto va de tus tragedias personales? Siempre fue un juego de palabras entre mi nombre real y mi actitud frente las vicisitudes de la vida. Empecé tocando en solitario. Las colaboraciones llegaron rápidamente y arroparon el proyecto. Durante unos años fuimos un grupo numeroso, con algunos miembros estables y otros cambiantes, y de ahí la confusión. Si el apodo Tragedies fuera el nombre del grupo, abríamos usado «and the» en vez de «and his» como ligadura. Jamás pretendería que me pertenece nadie.
Antes de nada, ¿cómo llevas este fin del estado de alarma en el que estamos? Tengo ganas locas de que se acabe. Estoy muy contento de poder caminar a partir de las diez de la noche sin sentirme criminalizado, y quiero volver a Grecia para ver a mi familia y amigos, porque casi hace un año que no voy. Eso si, algunas precauciones tendremos que seguir manteniendo: sería totalmente imprudente pretender que la Covid ha desaparecido. No me veo quitando la mascarilla durante unos meses. Me alegro de que por lo menos la gente más vulnerable se está vacunando, esto cambiará mucho la situación y no puedo esperar más para mi propia vacuna.
De hecho, los clips de algunas de las canciones del disco funcionaron como retrato de tu época del coronavirus… ¿Cómo viviste esa época y por qué decidiste volcarla en vídeos? «The Reason» es el video que más retrata el confinamiento, y empezó con la idea que teníamos con Marc Ribera (de Doble Pletina) de hacer un documental simpático sobre mi vida. Durante el primer confinamiento teníamos todo el tiempo del mundo, así que yo hacía y él grababa. Viví esa época como la podéis ver en el video: corriendo en el patio, comiendo lo más delicioso que podía, leyendo, haciendo jardinería, dibujando, tocando el piano y cantando, viendo conciertos en línea y dando los míos, y por supuesto estando pegado a la pantalla de mi móvil y mi portátil. Lo que no se puede ver tanto en el vídeo es la ansiedad, la tristeza, la paranoia, el abatimiento que a veces se apoderaban de mí… Como a todo el mundo, supongo.
Entonces, ¿es “Neos Kosmos” un disco surgido de la pandemia y que solo puede entenderse en este marco? La parte musical no tiene nada que ver con la pandemia. El máster estaba finalizado antes de que empezara todo. Aunque, al retrasar su lanzamiento, me permitió añadir la canción en griego, «Kanonikotita«, que sí que la acabé durante el confinamiento. «Neos Kosmos» es un viaje que empieza siete años atrás, atraviesa muchas vivencias y sigue en vigor, a través del material audiovisual que estamos produciendo a lo largo de este año y medio. Roma no se construyó en un día, y «Neos Kosmos» es fruto de mucho más que la era Covid.
¿Qué papel juegan en el disco los dibujos que acompañan a su edición física? Un papel bastante importante, porque son todos dibujos que hice para mantener la cabeza cuerda durante los momentos más duros. En ellos aparecen seres diversos que bailan, se tocan o hacen el amor salvajemente, todo lo que no hemos podido hacer en tanto tiempo. También aparece un Amabie, el espíritu japonés que protege de las epidemias, cuyas variaciones regalé a una multitud de gente como buen augurio. Y no se puede olvidar de los retratos de pastel que me hizo en nuestro patio Marc, mi compañero en este viaje musical y en la vida en general.
¿A qué nuevo cosmos hace referencia el título del álbum? A las cosas nuevas que ocurrieron en mi vida durante estos años, a la nueva dirección musical, a una palabras que encontramos en un ticket de farmacia de Atenas donde ponía, literalmente, «Neos Kosmos«, el nombre de un barrio.
¿Cómo influyó en este disco la experiencia de tu anterior trabajo totalmente en griego? Trabajé los dos discos casi simultáneamente, pero en «Neos Kosmos» fui mucho más relajado, ya que sabía que no había prisa en sacarlo. El disco griego fue un renacer personal: me ha traído mucho público nuevo y joven, y me dio un chute de autoestima importante, ya que daba por hecho que no interesaría a mucha gente, dado el idioma y su temática. La sorpresa fue muy agradable. Me di cuenta de que no tenía que demostrar nada, sino simplemente seguir haciendo música para mí y para la gente a quien podría interesar.
¿Cómo describirías el sonido que buscabas con este disco? Sintético y galáctico, a la vez que cálido y humano.
¿Qué dirías que suena a Evripidis al 1000% en “Neos Kosmos” y qué será lo que sorprenda a tu fan de toda la vida porque nunca te lo ha escuchado antes? La manera de hacer canciones es la misma: yo machacando melodías y progresiones de acordes en el piano hasta encontrar algo que hace que mi corazón lata más de prisa. La gente que me ha escuchado desde siempre se sorprende de que no hubiera explorado el mundo del synth pop de antes. Algo que tampoco es cien por cien verdad, ya que había tenido aventuras sintéticas tanto con mi proyecto EVIL con Odil Bright como en mi disco griego, e incluso en la canción navideña “All I Want For Christmas Is A Synthesizer”. Es verdad que, hasta ahora, nunca me había sentido tan cómodo arropado por sintetizadores.
A mí me da por pensar que “Neos Kosmos” está marcado por tres puntos que, de hecho, también marcan a fuego toda tu carrera. El primero de ellos es la melancolía, siempre tan presente en tu música pero que ahora por fin tiene su propio himno titulado “Melancholia”. ¿Qué tiene la melancolía que es tu droga? Claramente, una de las razones por las que hago canciones es para transformar la melancolía que me invade en algo bonito, y de esta manera exorcizarla. Ella vuelve siempre, a veces más dulce y veces más feroz, y yo sigo acumulando canciones. Así que se puede decir que es una simbiosis que me da material para escribir. Pero sabemos que la melancolía es una manera poética de enmascarar palabras más duras como la ansiedad, la distimia, la depresión. Hice esta canción precisamente para hablar abiertamente de los temas mentales que van más allá que una melodía en escala menor y una idea romántica. Vivir bajo la estrella de la melancolía puede llegar a ser bastante duro. De hecho, corté mucha letra de la canción inicial y añadí un coro de amigas con un mensaje de emperramiento para hacer la canción menos triste y así darle un toque esperanzador.
¿Por qué crees que somos una generación tan melancólica? Probablemente, porque podemos permitirnos el lujo de serlo, estando en el primer mundo. A menudo pienso que poder estar melancólico es un privilegio.
A mí me empieza a parecer que la pandemia tiene una melancolía especial que, de repente, escucharemos de aquí a diez años en determinadas canciones y diremos: esto suena a la pandemia. ¿No te parece? Totalmente. Esta época se recordará en la historia de la humanidad. Hay un antes y un después, claro. Espero que algunos de los cambios sean positivos. Por lo menos ya no damos por hecho todo, y quiero pensar que estamos mucho más agradecidos.
El segundo punto que marca «Neso Kosmos» se desprende directamente del primero y, obviamente, son los 80. ¿Qué es lo que te vuelve tan loco de esa década: la cultura que se hizo (y que, a lo mejor, viviste indirectamente) o tus recuerdos de entonces (que son algo directo)? ¿O puede que una mezcla de ambos? Mis recuerdos de la música de la época son indirectos: es lo que se oía en la tele o la radio, lo que escuchaban mis compañeres de clase y lo que se oía en las fiestas de niños a veces. Yo era muy esnob y solo escuchaba música clásica. De hecho, no valoré la música de los 80 hasta la adolescencia. Empecé con cosas más guitarreras como The Smiths, The Cure o Siouxie and the Banshees, luego llegaron los Pet Shop Boys y más tarde me sentí cómodo para abrirme a los sonidos sintéticos y el pop más comercial. Está claro que es una década muy rica en cultura, y especialmente la primera parte es alucinante en lo que la música se refiera. Pero también es la época de los peinados atroces, de los yuppies y del capitalismo desenfrenado, de los gobiernos atroces, de la aparición del sida. Prefiero los años 70 como década: me suena a más libertad. Lo que sí que está claro es que la década en que pasas tu niñez te marca: a mí me tocaron los 80 y ciertos sonidos sintéticos me llevan directamente a un lugar feliz y sin muchas preocupaciones. Afortunadamente, mi infancia fue así.
En este caso, podría decirse que ”Neos Kosmos” es tu disco synth ochentero. ¿Es precisamente esto lo que pretendías? No, para nada, de hecho intentamos huir de la recreación fiel de los 80. No me gusta el rollo revival a posta. Y, de hecho, mis grandes referentes cuando hacia el disco eran Molly Nilsson y Patience, que son unas mujeres increíbles y contemporáneas. Hay una tendencia de llamar ochentera a una canción que usa ciertos recursos expresivos como sintes analógicos y caja de ritmos que se popularizaron durante aquella época. Mi proceso de trabajo fue hacer música en el ordenador con sonidos midi, y luego pasamos estos sonidos por los sintes analógicos de Sergio, el productor. Yo no hice más que adaptar las canciones que escribí en el piano en un ambiente sintético y dejar guiarme un poco por los mejores artistas-pioneros de aquel sonido, pero me influenciaron tanto artistas de los 70 como de los 90, los 2Ks y contemporáneos. Pienso que «Neos Kosmos» tiene momentos de kraut, de new wave, de indie-disco, de freak pop, de indie pop…
Dime tu Top 5 de temazos synth-pop ochenteros. «Joan of Arc«, de OMD, «Only You» de Yazoo, «Winston and Julia» de Polyphonic Size, «Do Piano» de Again y «Blue Cabaret» de Ronny.
¿Y tu Top 3 de artistas con lookazo ochentero synth? Pet Shop Boys, Ronny y Strawberry Switchblade.
El último punto que marca al disco: las colaboraciones. ¿Qué puedes explicarme de ellas? A Rachel Kenedy de Flowers la conocí en el festival Indietracks y, cuando quise convertir «Your Dreams» en un dueto, le propuse participar. A Greg Goldberg le conocí cuando toqué con The Ballet en el Heliogàbal. Luego, la banda se quedó unos días en Barcelona y estuvimos saliendo de fiesta, paseando, viendo bolos… Así que forjamos una relación que luego dio frutos tanto en la remezcla que Greg hizo para mi canción «Mia Triti Stin Cantina» como en «Bitter«. A Max Andrucki de The Smittens le conocí por Instagram, creo, y pasamos horas interminables chateando hasta que me visitó un par de veces en Barcelona. Me cae genial y era imposible no invitarle ser parte del disco: acabo cantando en «Wild Reeds» y en «Melancholia«. Francina Ribes de Doble Pletina es una gran amiga de hace siglos y hemos cantado juntes innumerables veces, pero hasta hacer «Nos Volvimos a Encontrar» no habíamos grabado una canción. Luego en «Melancholia» hubo un coro de Laura Antolín, Eliza Ariadne Kalfa y Francina Ribes (todas colaboradoras habituales) y de Emma Roulette, Liza Cox y Osa Gambas, con quienes hemos cantado muchas veces en mis eventos de versiones. Finalmente, Marc de Doble Pletina ha tocado guitarras y síntes, ha hecho coros y ha sido una presencia muy importante durante la creación de «Neos Kosmos«.
¿Fue difícil este tema de las colaboraciones en plena pandemia? No. Algunas se habían completado antes de la pandemia, y otras se hicieron por Internet. Trabajar con gente de Reino Unido y Estados Unidos hubiese sido igualmente complicado por la distancia en cualquier otro momento. Eso sí, prefiero que las colaboraciones se hagan con ambas partes presentes en el mismo lugar.
Lo de las colaboraciones me parece interesante porque en Barcelona se te conoce, entre muchas otras cosas, porque te encanta conectar con otros artistas. Tus fiestas siempre han sido muy colaborativas. ¿Por qué dirías que te gusta tanto colaborar con otras personas? Es muy refrescante intercambiar ideas, repartir tareas, ver puntos de vista diferentes, echar unas risas. También soy totalmente contrario a la autosuficiencia. No sé hacer de todo, y tampoco debería hacer falta que supiera.
¿Cuál es tu colaboración soñada (con alguien vivo o muerto)? Siempre pensé que me haría una ilusión tremenda colaborar con Marianne Faithfull.
¿Tienes planes para presentar el disco en directo? Con lo que te gusta a ti el directo… Sí, tengo un concierto el viernes 14 de mayo a las 19.30h en La Nau, participando en el ciclo Elles organizado por Houston Party. Y el 6 de junio toco a las 13h en la Sala Maravillas en Madrid. Este concierto se transmitirá por streaming también.
Y, para cerrar, ¿ya piensas en el futuro próximo de Evripidis and his Tragedies? Sí, en breve voy a sacar un nuevo vídeo hecho por mis amigues Centauros. Me gustaría hacer más vídeos de las canciones del disco e ir sacando nuevos temas a lo largo del año. Tengo algunos acabados y varios nuevos empezados. También espero poder tocar en directo cada vez más. [FOTOS: Daniel Riera] [Más información en el Bandcamp de Evripidis and his Tragedies // Escucha «Neos Kosmos» en Apple Music y en Spotify // Evripidis and his Tragedies actuarán el 14 de mayo en Barcelona (La Nau) y el 6 de junio en Madrid (Sala Maravillas)]