Supuestamente, todo artista ha de encontrar su camino para expresarse. Sólo entonces, cuando pone las herramientas necesarias al servicio del discurso que lleva dentro, podemos hablar de un verdadero «autor». El caso de Aleix Saló es, a este respecto, claramente paradigmático. Le han bastado tres publicaciones («Españistán«, «Simiocracia» y este «Europesadilla. Alguien Se Ha Comido A La Clase Media» que nos ocupa) no sólo para hacerse un hueco -bien holgado- en el panorama del cómic español, sino que ha utilizado su influencia cada vez más creciente no para apoltronarse en las cifras de ventas, sino más bien para establecer las bases fundamentales de un estilo que no es cómic ni es ensayo… Es, simple y llanamente, el estilo de Aleix Saló. Habrá quien diga que, para ser ensayo, a las obras de Saló les falta profundidad sesuda y opacidad intelectual; también habrá quien diga que, para ser cómic, le faltan viñetas y estructura. Pero, al fin y al cabo, habrá que convenir que este autor no pretende hacer ninguna de las dos cosas. Habiendo demostrado que la estructura tradicional del cómic la domina de sobras (en «Españistán«) y dejando bien claro que base documentada no le falta (en las dos obras que le siguen), tendremos que dejar de minusvalorar a Saló por lo que no es y empezar a celebrarlo por lo que sí que es: un autor único en el panorama patrio.
En el caso de «Europesadilla» (publicado en nuestro país por DeBolsillo), el equilibrio entre texto e ilustraciones está perfectamente ponderado: las segundas ayudan a que los conceptos elevados del primero pasen garganta abajo con una suavidad sorprendente. Y, creedme, los conceptos que utiliza Saló son realmente elevados. Eso sí, el autor sabe perfectamente cómo disponer sus ideas en un esquema estructural perfecto para que sus ideas queden expuestas con una claridad prístina. «Europesadilla» se abre con una clase básica de historia remitiéndose a la máxima de que para entender el presente hay que remitirse al pasado, así que traza una pequeña cronología en el que no sólo pone en tela de juicio la supuesta hegemonía de La Vieja Europa, sino que deja al descubierto las tensas relaciones que siempre han existido entre Occidente y Oriente. A partir de ahí, Saló plantea la preocupante situación actual de desaparición de la clase media a partir de sus tres detonantes básicos: tres puntales temporales marcados por el inevitable 11-S, los frustrados movimientos antiglobales y la desesperante crisis del euro. Pasado y presente son tratados, sin embargo, con una tacto sublime: cuando se puede hacer broma, Saló es el primero que la hace; pero cuando, por el contrario, toca ponerse serio, el autor opta acertadamente por no confundir rigurosidad con tedio.
Tanto hemos pedido que al lector (y al espectador, en general) se le deje de tratar como un tonto que, cuando por fin alguien se decide a hacer todo lo contrario, es inevitable frotarse las manos con impaciencia para ver cómo lo recibe. A unos meses del lanzamiento de «Europesadilla«, puede decirse en voz alta que Aleix Saló ha tratado a la gente como seres capaces de asimilar los motivos que han desembocado en la deplorable situación actual. Sin alarmismos innecesarios, sin subrayados tendenciosos, sin partidismos hipócritas… Saló se ciñe a los hechos puros y duros, entregándolos con soltura y gracia. Y el público, además, ha respondido acogiéndolo con los brazos abiertos. No, definitivamente no somos tontos. Y ahora que hemos demostrado que somos capaces de entender los por qués, parece ser el momento de empezar a buscar soluciones. Aleix Saló tiene ese toque mágico capaz de hacernos creer que, entre todos, es posible.