¿Cabe duda alguna de que, esta semana, el estreno hacia el que hay que correr es «I’m Not There«? Por diferentes motivos: porque llevamos dos años esperando que se estrene en las salas españolas, porque Todd Haynes nos cae bien (y más después de haber dirigido «Velvet Goldmine» (1998) y «Far From Heaven» (2002), cada una inmensa por diferentes motivos), porque Bob Dylan nos cae mejor y porque Cate Blanchett no nos cae tan bien, pero verla caracterizada del bardo de Duluth está a medio camino entre lo absurdo y lo kitsch. Nos lo han vendido tanto como un sublime retrato poliédrico de Dylan (interpretado por actores como Christian Bale, Richard Gere o el fallecido Heath Ledger) que, si al final resulta que la cosa se queda en un biopic de toda la vida, se va a imponer la acción de volver a la taquilla para que nos devuelvan el dinero. Pero lo cierto es que la cosa pinta más bien a salir de la sala más que contentos, pasando por alto el pelucón de Blanchett y obligando a los colegas a soportar nuestras chapas digresivas en torno a la pericia de Haynes para deconstruir la biografía del artista.
La pena va a ser que el estreno tardío de «I’m Not There» tiene todas las papeletas para eclipsar la llegada de «Shutter Island«, la nueva muestra de genialidad quijotesca surgida del tándem Scorsese + DiCaprio. Después de sus múltiples colaboraciones, nos entregan una cinta de corte clásico en la que hay psicópatas y psiquiátricos y muchos adjetivos que empiezan por «psic» pero que homenajean más al cine negro americano (que no al delicioso noir o al polar) de los 50 que a la cinta definitiva en adjetivación con «psic»: «Psicosis«. La cosa parece lejana a los fastos (arrebatadores) de «El Aviador» y más cercana a los cánones de investigador privado pero comercial que impone el Hollywood de la crisis. Pese a ello, de sobras es conocido que Martin Scorsese es capaz de conferir genialidad a un rollo de papel del váter (por mucho que lo comparta con Leonardo DiCaprio), así que no hay que perder las esperanzas.
Entre el resto de estrenos, es curioso ver cómo, a pesar de los múltiples fracasos («Narnia«, etc.), la división de «películas fantásticas con niños basadas en libros para adolescentes y no tan adolescentes» sigue a pleno pulmón. Esta semana se estrenan «Percy Jackson y El Ladrón Del Rayo» (que no tengo ni idea de dónde sale) y «Arthur y La Venganza de Maltazar» (la continuación de «Arthur y Los Minimoys«, con la que Luc Besson se desvirgaba en la literatura y el cine «para adolescentes y no tan adolescentes«). Así que, pasando un poco de «Amores Locos» (no porque sea española, sino porque pinta bastante anodina), el único estreno que podría hacer sombra a los mencionados en los dos primeros párrafos es «El Solista«, aunque sólo sea porque Robert Downey Jr. también nos cae muy bien (mucho mejor que Blanchett).