Si el nombre te suena a chino o física cuántica, es porque en la pasada temporada televisiva estabas revisionando el «Cosmos» de Carl Sagan o con la cabeza metida en el suelo, sin Twitter ni ná interesante en tu triste vida. Pero si al leer el mejor hashtag ever se te ha echo la chirlita agua, entonces acabarás remotamente feliz como nosotros en cuanto nos hemos enterado que este jueves a las 22:45 empieza la segunda temporada de «¿Quién Quiere Casarse Con Mi Hijo?«.
Lo sabemos: el listón está muy alto. La primera temporada nos dio momentos memorables y memorabilia televisiva para el resto de nuestras vidas. Gracias a este programa, que empezó siendo una versión diferida y semanal de «Mujeres y Hombres y Viceversa» y que acabó siendo el mejor reality desde «Confianza Ciega» junto a «Granjero Busca Esposa«, hemos incorporado a nuestro vocabulario el término «tróspido» (todo gracias al Hematocrítico y su gran cohorte de seguidores en Twitter) y la estupenda expresión «yo a ti no te toco ni por wi-fi«, aprendimos que «el Sistema Gódico» es el 20% de la población y que el resto son los normales (y que no se pueden mezclar unos con otros) y mil cosas más. Fue un auténtico filón. Sólo le pedimos a Cuatro que consiga el mismo nivel de delirio mental que alcanzaron con la primera temporada. Pero ya lo decimos, está difícil: el Quimistreaper, Toya (a la que hace unas semanas «el servicio» intentó envenenar), Rubén (que ya ha cumplido en la vida y es tronista)… En fin.
La cosa está tal que así:
- Tenemos a Gabi que es un madrileño de 24 años que fue modelo infantil (y de pequeño se parecía un poco a Macaulay Culkin). Da la sensación de que se quedó un poco ahí y ahora es «emprendedor de éxito». Tiene una relación un poco rara con su madre, Toñi; un poco como la de Jim Darmody y la suya. No decimos más. Eso sí, la señora le tiene el ego por las nubes. Y busca una chica con la que pueda hablar de «otras cosas que no sean las típicas cosas«. No sabemos muy bien a lo que se refiere. Es el pijo de esta temporada.
- Luego está Isidoro, que es el garrulete entrañable de esta temporada (aunque en la anterior no tuvimos de esta tipología): es dicharachero, sobrado y bastante graciosete. Su madre se llama Dolores y está hasta el chirri de tenerlo en casa y de que no le duren las novias. Dolores promete grandes momentos porque es como muy de barrio del extrarradio y mola. Isidoro se define como un poco machista y quiere que a su pareja la miren por guapa y no por fea.
- Pedro nació en Madrid pero vive en Ferrol, es adoptado y en la promo lleva una camisa a juego con la de su madre, Mary (las dos igual de hórridas). Es la marica fuerta de esta temporada y su madre dice que el niño se quiere mucho pero que es muy bueno (y mientras lo dice se le cae así la baba) y que no le favorece nada el corte de pelo que lleva (y eso es: VERDAD). Al llegar a los 30, Pedro se marcó dos retos: dejar de comerse las uñas y leerse un libro entero, y dice que lo está consiguiendo con la autobiografía de Ana Obregón, que le está encantando y está enganchadísimo. Además dice cosas como «esto tiene brilli-brilli«. Y sólo por eso ya somos fans.
- Alvaro y Luis Carlos son mellizos, musculitos, chuletes y con esos ojos claros de señorito «andalú» que tienen muchos chicos por el Sur. En el físico son clavaos, pero de carácter el primero es más reservado y loser y el segundo más echao p´alante. Y claro, tienen un puntillo de roce ahí. Esperemos que nos den tan grandes momentos como los gemelos de la segunda temporada de «Granjero Busca Esposa«. ¡Ah! Y su madre (que grita mucho) advierte: «Ojo con las lagartonas, que pa mangonearles ya está aquí la Paqui«. A los pies de Paqui desde ya.
- Por último tenemos a Javi que, según su madre, «tiene veneno en el pito», trabaja de escupe fuegos y tiene un rollo que recuerda a Rubén y al Quimistreaper de la primera temporada todo el rato. Así que hay que ser fans. Pero por si esto no fuera suficiente, también mantiene como estos una relación un poco rara con su madre que, entre otras cosas, le depila el culo y que quiere una nuera «que sea guapa, claro, para que le dé nietos guapos, que sea limpia, que sepa hacer de comer y coger una plancha. Lo que es una mujer«. A priori, no parece muy complicado.