[dropcap]¿[/dropcap]HA LLEGADO UN PUNTO EN EL QUE EN UN FESTIVAL ES MÁS IMPORTANTE LA EXPERIENCIA QUE LA MÚSICA?
MARC VENTOSA (MILES AWAY): Sí y no. La experiencia, obviamente, tiene que ser muy buena; pero la música creo que sigue siendo lo mas importante. Puedes tener un festival súper chulo, cuidando todo hasta el último detalle, y que después la gente se aburra todo el rato porque los grupos o djs que están tocando no son los adecuados para el sitio o la hora a la que tocan. Y al revés: ya puedes tener un line up de ensueño, pero si tienes que hacer dos horas de cola para pillar una bebida, los lavabos son un drama, el sonido es nefasto y tienes a 40.000 cabreados en el recinto, pues ya me dirás tu…
JAIME HERNÁNDEZ (HOUSTON PARTY): En varios casos, sí, es evidente. Si miras la segunda respuesta verás a qué me refiero.
CÉSAR ANDIÓN (LIVENATION): Un festival debe combinar ambas cosas e incluso más: cartel artístico, concepto, actividades paralelas, experiencia personal de conocer gente nueva, de ir en grupo de amigos, de disfrutar del recinto, etc. Creo que hay mucha gente que va a festivales en los que ya ha estado muchísimas veces y cada año es distinto o no, y siguen disfrutando de ello: si la gente repite es porque sigue ofreciendo algo que lo hace atractivo, y si atrae nuevos “festivaleros” pues es que está llegando a gente nueva.
NEILL HIGGINS (THIS IS UNDERGROUND): Yo creo que la experiencia festivalera siempre ha sido un factor que impulsa a la gente a comprar entradas para los grandes festivales, a la vez que la música. Eso es el caso en todos los países, y no me parece del todo mal. Lo que no me parece bien es que durante los conciertos la gente hable sin parar y que estén constantemente con el móvil en la mano: ¡hay gente ahí que está para ver la música!
JORDI ISERN (COONCERT): Siempre hay un tipo de concierto al que le acompaña la frase “en sala no pagaría nunca, pero aquí es ideal”. El “aquí” significa con mil amigos, al aire libre y sin ninguna pretensión más que el disfrute atlético y social. Y, sí, hay un perfil de gente que sigue la tendencia de “ir de festival”, un poco con indiferencia hacia el cartel, con tres nombres apuntados y el resto según sople el viento. Por lo que a mí respecta, acudir a un festival también supone poner cara a mucha gente con la que he intercambiado mails y llamadas durante muchos meses, y es un buen lugar de encuentro y discusión. Así que, asumiendo un poco de “mea culpa”, puede que haya interpretado algún festival como una experiencia en sí, más que lo meramente musical. De todas formas, suelo ser de tener los horarios ordenados y tener siempre una idea de qué hay en cada momento. Me gusta la música y me encantan los conciertos.
[dropcap]S[/dropcap]I LA EXPERIENCIA SE EROSIONA, LA GENTE PUEDE TIRAR EN TRES DIRECCIONES CONCRETAS PARA RENOVAR LA ILUSIÓN. UNA DE ELLAS SON LOS FESTIVALES PEQUEÑITOS, EN LUGARES ESPECIALES Y CON MUCHO MIMO. ¿ES ESTA LA NUEVA ESPERANZA DEL PANORAMA FESTIVALERO ESPAÑOL?
MARC VENTOSA (MILES AWAY): No creo que sea la nueva esperanza, sino que es una opción mas. El panorama festivalero incluye tal variedad de festivales que no tiene sentido generalizar. El que va al Arenal Sound no creo que esté interesado en ir a un festival pequeñito con mucho mimo porque, probablemente, lo que mas les interese es esto, una mega fiesta con muchísima gente de su edad con intereses comunes. Y ejemplos al contrario hay muchos también.
JAIME HERNÁNDEZ (HOUSTON PARTY): Es un formato mucho más sostenible. Y también más satisfactorio en la relación músico-aficionado, que funciona de manera más directa, cercana, sin tanta intromisión ni perturbación alrededor. Ya hay varios eventos de este tipo desde hace años y siguen apareciendo. Pero de ahí a llamarlos nueva esperanza del panorama festivalero español, no sé, diría que tampoco hay para tanto, más bien me parecen la alternativa, el refugio, la tienda de proximidad, de quienes se sienten superados, peces fuera del agua, en los hipermercados de la música en directo.
NEILL HIGGINS (THIS IS UNDERGROUND): Personalmente, siempre he sido muy partidario de los festivales pequeños que cuidan mucho una línea muy concreta de programación. Cuando vivía en UK, iba cada año a un festival local que se llamaba Supersonic, en un recinto pequeño en el centro de Birmingham. La línea de su programación era impecable año tras año, y supieron mantener el espíritu íntimo de un pequeño festival y a la vez sorprenderte con nuevas propuestas experimentales de todo el mundo en cada edición. Es un formato de festival que admiro mucho, por lo que espero que haya una proliferación de festivales pequeños que sirvan para todos los gustos, a la vez que se mantengan algunos festivales grandes en los próximos años en España. Creo que deben poder co-existir.
JORDI ISERN (COONCERT): No sé si la esperanza, pero sin duda es una oferta con una demanda clara. El PopArb, el gran Faraday, ahora VIDA, Embassa’t, Vallsonora, L’Extrany, Maldaltura, Eufònic… Ver conciertos con un aperitivo, con los pies jugando con el césped y sin ningún tipo de presión de horarios, es algo que también apetece, y mucho. Yo lo interpreto como turismo musical. Está el irse a Berlín a ver a Beach House, pero también ir al Delta a ver a Wesphere y Wooky. Una excursión, que muchos de Barcelona interpretan como transoceánica, pero que siempre vale la pena y que cada vez es menos puntual y más habitual. No sé si salvarán el panorama festivalero nacional, pero de buena cantidad de estrés, seguro.