En la segunda parte de su diario de viaje al festival SUNS Europe (ya sabes: un Eurovision más molón), Esposa se meten en un par de jaleos que son cosa fina.
[Lee aquí la primera parte de este diario de viaje] JUEVES 30 DE NOVIEMBRE. Es jueves, día en el que empieza el SUNS Europe, y hoy nos tenemos que ir a Udine. No nos apetece nada, en Maranzanis nos encontramos muy bien. Nuestra única preocupación es que cada vez nieva más y no sabemos si podremos salir con el coche, porque no tenemos cadenas ni neumáticos de nieve y aquí es obligatorio. Pero, al final, todo bien; no sucede nada malo (ni nos multan ni morimos). Nos despedimos de Agata y le regalamos unas galletas y un recopilatorio casero de música en gallego que hicimos para ser agradecidos y enseñar cosas que se hacen aquí.
Comemos pizza en Tolmezzo, en un sitio en el que ponen videoclips de Eros Ramazzoti (uno muy bueno) y Laura Pausini. Italianísimo todo. Subimos a un mirador y conducimos hasta Udine para instalarnos en el hotel. Una vez allí, hacemos tiempo hasta que nos llevan al Rock Club Anni 60 para la fiesta de inauguración del festival. En la sala conocemos a alguna de las personas que vienen a tocar desde otros países. Charlamos sobre todo con Tumasch è, que canta en romanche pero sabe español porque vivió en México muchos años. Es muy hablador y nos parece algo místico.
Comentamos cosas sobre música y composición, y nos explica que está nervioso porque normalmente toca con banda pero ha decidido usar una loop station y hacer cosas solo. Se entera de que Rubén, que es jurado, ha venido con nosotros; y de que concursamos. Sospechamos que sospecha que puede haber favoritismo por algunas preguntas que hace. En realidad, el jurado de cada país no puede votar por el suyo (esto es como Eurovisión), pero Rubén se pone nervioso y empieza a hacer como que no nos conoce mucho.
A todo esto, Xacobe dio su última señal de vida desde el aeropuerto de Madrid a las 17:40. Dan las 20:00 y no tenemos noticias suyas. La organización tiene que ir a buscarlo a la estación de tren de Udine pero están todos en la fiesta, porque, como no saben a qué hora llega, nadie va a esperarle. Estamos tranquilos durante el primer concierto de Adwaith. Son tres chicas galesas muy jóvenes que hacen un pop con melodías fantásticas, toques post-punk y onda Sarah Records a veces. Nos encantan, son buenísimas. Tienen un carisma y una presencia especiales, entre lo dulce y lo rotundo. No entendemos el galés, pero cantan una canción en inglés que se llama “Femme” y parece hablar de igualdad salarial, discriminación de género e identidad y ser un hit al mismo tiempo. Eso es muy difícil de hacer. Las admiramos.
Dan las 22:00 y Xacobe sigue sin coger el teléfono ni mandar un triste whatsapp. Marta, la voluntaria que nos han asignado, lo llama todo el rato. Como hemos llegado y ya estamos dando problemas, intentamos ser majos con ella y le mandamos una foto de Xaco con cara de pena y unos peluches por si necesitara reconocerlo en la estación.
Mar mira en Google y está tranquila porque ningún avión o tren se ha estrellado en las últimas horas. Buscamos una explicación lógica: si su móvil no funcionase por algún problema con el roaming podría conectarse al wifi del aeropuerto, así que eso no debe ser. Tal vez hayan perdido su maleta con el móvil dentro y esté presentando una reclamación. Tal vez le hayan robado la cartera y el móvil y está en Italia sin identidad.
Vemos el concierto de La Basu, que hace rap acompañada de Alazne (una cantante más soul) e Ibai (campeón de scratch del País Vasco), pero ya estamos la mitad del tiempo haciendo chistes histéricos o llamando por teléfono a Xacobe, que sigue sin aparecer. Nos ponen una furgoneta para volver al hotel y ver si está allí desesperado en la puerta. Pero no. A las 00:01 recibimos un whatsapp suyo por el grupo de Esposa que dice: “Ei”.
¿Cómo que “Ei”? Pasamos tres largos minutos en los que no contesta maldiciéndole por llevar desaparecido cuatro horas y decidir saludar con un simple “Ei”. Al final, acaba de llegar a la estación y le recogemos. Su móvil al llegar a Italia se ha vuelto loco y no se conecta a ninguna red, ni móvil ni wifi. Ha llegado a Udine no sabe cómo, sin atreverse a pedir el móvil a nadie para llamarnos porque a esa hora sólo había borrachos en las estaciones. Solo al llegar a la ciudad pudo conectarse al wifi de un McDonald’s durante dos minutos, el tiempo justo para avisarnos. La organización nos vio preocupados y nos regaló unas focaccias que habían sobrado de la cena, con las que le damos una alegría a Xaco, que no ha cenado y es muy aficionado a comer.
VIERNES 1 DE DICIEMBRE. La mayor parte del viernes nos dedicamos a pasear por Udine, descubrir que en el teatro en el que vamos a tocar habrá 1200 personas, asistir a reuniones y ver conciertos del festival. Aprendemos cosas: Adwaith dicen que el galés es una lengua viva y que están cansadas de la gente que dice que va a desaparecer (nos suena). Joana Gomila y Laia Vallés, que vienen de las Baleares, nos cuentan que utilizan y adaptan grabaciones de canciones de trabajo que Alan Lomax grabó cuando viajó allí. Les hablamos de Ataque Escampe. También les hablamos de Ataque Escampe a Adwaith cuando nos dijeron que les gustaban The Slits. La Basu nos habla de la censura encubierta a grupos abertzales fuera de Euskadi, y en algún momento le hablamos a ella y a Alazne de Emilio José y del estribillo de su canción “Sepé Tiaraju”, del cual, que sepamos, nadie se ha quejado: “ETA non matou tanta xente como España”. Tal vez el efecto de una canción política provocadora depende del contexto.
El mejor momento del día es en el Udinese, un bar que regenta un matrimonio al lado del teatro. El patrón es simpatiquísimo, sonríe mucho y nos explica las botellas que tiene por allí después de negarse a servir un spritz bianco porque echar agua al vino es estropearlo. Más tarde, volvemos allí en un grupo más grande. La Basu pide un kalimotxo y, cuando le explicamos que es vino con Coca-Cola, el hombre reacciona haciendo el gesto italiano clásico y gritando “MA CHE COSA!”. Sirve el vino y la Coca-Cola por separado y se niega a formar parte de ese crimen.
Pasamos un rato bonito y acabamos cantando las canciones de “Bola de Dragón” simultáneamente en gallego, euskera y catalán. Vivan las televisiones autonómicas. En el SUNS hay una sensación de hermandad muy bonita, en la que las pequeñas diferencias y la diversidad cultural se respetan (o admiran) porque se ven como una riqueza y no como un estorbo o un anacronismo. Es un espejismo de lo que Europa, e incluso España, podrían ser.
SÁBADO 2 DE DICIEMBRE. Precisamente, hacemos la prueba de sonido por la mañana y unos documentalistas nos hacen unas preguntas, entre ellas qué opinamos del conflicto catalán (¡por fin!). Nos extraña que lo vean como un conflicto lingüístico y no como un conflicto político. Para nosotros tiene más que ver con soberanía y con el fracaso del Estado español a la hora de acoger las culturas periféricas e integrarlas en la idea de España. Tampoco nosotros nos sentimos españoles.
Marta nos lleva a tomar el aperitivo a nosotros y a Adwaith. Mar les hace su ya clásico cuestionario (deberíamos buscarle un nombre) sobre su película favorita, grupo favorito, si son de costa o de montaña, etc. Nos hablan de “La vida de Adèle”, “Quadrophenia”, The Slits, Fleetwood Mac, Pink Floyd… Nos preguntan “are you big in Galicia?” y nos da la risa. Probamos una especie de aceitunas rebozadas, el spritz aperol, unas croquetas de patata y más delicias, hasta acabar en un restaurante friulano de comida casera en el que nos ponen cantidades ingentes de comida deliciosa. Xacobe descubre el frico con entusiasmo.
A las seis de la tarde actuamos en el foyer del teatro. Tocamos muy regular, nos confundimos, a Cibrán se le agarrota algo el brazo y se le mueve el timbal porque es diminuto… Pero nos divertimos traduciendo de gallego a inglés lo que decimos desde el escenario. Es un poco frustrante escoger nuestro repertorio más animado y no ser capaces de mover a un público sentado en sillas a unos cuantos metros de distancia. Aun así, alguna gente nos dice que le ha encantado.
Nos vamos al camerino a hacer tiempo antes de salir al escenario del teatro y acabamos discutiendo sobre la relación del gallego con el portugués (cuando ponemos que «discutimos» no son discusiones dramáticas, sino que aprendemos mucho y es divertido). Tenemos opiniones divergentes sobre si deben ser consideradas la misma lengua o no, aunque todos estamos de acuerdo en que el desconocimiento de la cultura y la lengua portuguesas en Galicia obedece a intereses políticos.
Salimos al escenario y tocamos solamente “Xardín Interior”: horas de espera y pruebas para tres minutos sobre el escenario. Es raro. Lo hacemos mucho mejor que por la tarde, animados, bailando… Mar y Cibrán charlan un poco con los presentadores, respondiendo en gallego a preguntas en friulano. El público se ríe mucho cuando preguntan si se puede ligar en gallego y Mar dice que sí, que nunca falla. Aparentemente el friulano no es considerado sexy.
Después de los grupos a concurso actúan Namgar, que son un grupo de Buryatia muy guay pero bastante indescriptible. Gruff Rhys (de Super Furry Animals), que es muy simpático, canta dos temas en galés muy guays con melodías extrañas y repetitivas. Entre bastidores, Tumasch è nos cuenta que ha comprado nuestro disco y le ha encantado. Lo ha escuchado a fondo y se acuerda de un par de frases que le gustaron mucho. Nos sigue sorprendiendo gustarle a gente que no nos conoce de nada.
Llega el veredicto. Como cada miembro del jurado habla en su idioma, no nos damos cuenta de que Gruff Rhys nos ha citado como su banda favorita y nos ha dado los ten points, aunque no se acordaba de nuestro nombre (LOL). Las confusiones continúan, seguimos sin enterarnos de nada y, cuando mencionan a La Basu, pensamos que había ganado ella y saltamos de alegría, pero era la segunda. Ups. ¡El primero era Tumasch è! Y también nos alegramos cantidad. Vuelve a tocar su canción “Jeu Sai Buc” y nos anima a todas las personas participantes a que cantemos con él el estribillo.
Más tarde decidimos hablar con Gruff, y nos cuenta que unos galeses le cortaron la pierna al cadáver de un condenado a muerte y fueron a enterrarla junto a la catedral de Santiago sobre el año 1600. Suponemos que es una señal que hermana a nuestros pueblos para siempre.
Al final del día paseamos por la ciudad hablando de sueños extraños con Eneritz, la jurado del País Vasco, que es encantadora. Nos despedimos felices como perdices de haber venido aquí. Al día siguiente nos marchamos con el recuerdo del Friuli en la cabeza, en el estómago y en el corazón. Grazie mile! [Texto: María Villamarín y Cibrán Tenreiro] [Fotos: Rubén Domínguez, Mar Catarina y Andrea Tomasin (SUNS Europe)]