ALGO NOS VA A PASAR / Espiritusanto. El olfato de Óscar Fernández (CEO y fundador de Discos de Kirlian) sigue siendo infalible a la hora de detectar y echarle el guante a lo más bonito que pueda surgir en la escena pop nacional, en una trayectoria editorial inmaculada que nacía con el single “Cruzo los Dedos / Artista Revelación” de Doble Pletina y que continuaba con la publicación de discos de otros creadores de magia desde la guitarra y/o los teclados como Jessica & The Fletchers, Sagrado Corazón de Jesús, Abril del 76 o Gente Joven.
Uno de sus más recientes lanzamientos es este “Algo Nos Va A Pasar” (Discos de Kirlian, 2016) de la banda madrileña Espiritusanto. Y será por la cosa de estrenar sello o productor (David Rodríguez, de La Estrella de David), pero algo parece haber cambiado en el sonido esencial del sexteto. De la relativa crudeza en sus anteriores obras editadas, los imprescindibles EP “Femenino / Masculino” (2013) y mini-LP “El Fondo del Aire es Rojo” (2014), hemos pasado a un arsenal de canciones dulce pero parcialmente envenenado, que deja una sonrisa amarga y un corazón regular.
Así, las texturas se han vuelto menos ásperas, las letras menos hirientes. La pulsión, quizás menos pulsión. El envoltorio y el contenido han mutado hacia corrientes más amables, pero la sensación que deja su escucha sigue siendo tan gozosa como siempre. Y es que lo que no han perdido Espiritusanto es la lucidez de cara a exorcizar los fantasmas que indefectiblemente habitan en la relación entre sujeto y prójimo o entre sujeto y medio en el siglo XXI. “Sobran formas de bailar o sobran bailes” declaran o se preguntan Reyes García y Andrés Federico en la fantástica “La Distancia Sobrante”, quizás la mejor canción -junto a “Un Error A Tu Favor” o la preciosa “Paul & Camille”- de “Algo Nos Va a Pasar” o, si más no, la que más cercana orbita a sus canciones antiguas más destacadas, y es que es imposible no recordar “Femenino” al escucharla, con la que comparte esas armonías vocales perfectamente estructuradas.
Ellos siguen siendo los niños más bonitos y que mejor cantan de la escena, y aquí lo vuelven a demostrar en no pocas ocasiones. Desde unos planteamientos que podrían leerse como relativamente naifs -algo que crea cierto estupor, viniendo de los autores del mejor retrato pop del cinismo emocional que era “La Escapada”- en la apertura del álbum con “La Nueva Novia De Mi Amigo” y “Polígono Industrial” a los pequeños homenajes a los grandes nombres del indie tanto internacional (The Jesus and Mary Chain en “Nadar A Crol II”) como nacional (Los Planetas en “Flores De Bach”), “Algo Nos Va a Pasar” es un disco que, sonando más limpio que nunca, entra más difícil que lo que a priori podría parecer. No hay nada peyorativo en esto último: Espiritusanto siguen dándonos canciones preciosas y, con ellas, motivos para querer seguir estando relativamente vivos. Que dure. [Más información en el Bandcamp de Espiritusanto]
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GENTE GUAPA, SITIOS FEOS / Piedad Os Lo Ruego. Mientras leía la nota de prensa al respecto de «Gente Guapa, Sitios Feos» (Club Social, 2016), el primer LP de Piedad Os Lo Ruego en la web de Está Pasando, me he topado con un comentario que resume a la perfección la actitud inmovilista y generalizada en la escena patria y que, a la vez, demuestra por qué es tan importante que se hagan cosas como estas: “Es música de juguete, infantil, de principiante. Oye, si os gusta estupendo para vosotros, a mi me aburre”, decía dicho comentario, firmado por un tal Alejandro Felguroso -y pongo su nombre para que busquéis su dirección en la guía y vayáis a lincharle (es broma, lo pongo porque me ha hecho gracia que alguien se tome la molestia de firmar una crítica en formato comentario con nombre y apellidos)-.
Resulta que, si nos topamos con un grupo que se aleja del virtuosismo -ya sea voluntariamente o por real inexperiencia-, que utiliza bases pregrabadas y que se aproxima a un género como el bakalao… son cosas de críos, un juego, nada que merezca ser tomado en serio. Ahám. Bueno, pues desde aquí simplemente decir que “Gente Guapa, Sitios Feos” os lo podéis tomar más o menos en serio, pero es innegable que se trata de un disco sólido, realmente disfrutable y, ya a título más personal, uno de los mejores debuts del año.
Tras soltar tres de las cuatro canciones que ya conformaron en su día el EP que hizo enamorarnos de ellos a principios de verano (aquel punsetiano-chimobayense “OliverOliver” del que la magia de Juan de Axolotes Mexicanos era y vuelve a ser aquí el responsable a nivel de grabación y bases), el disco arranca con “Gatos”, una canción que -se espera- vendrá en un futuro incluida en uno de los discos sobre el que más expectación pesa actualmente: un recopilatorio de versiones de la tan maravillosa como viral “Can’t Hug Every Cat” de Cara Hartmann. El giro, sin embargo, no deja aquí de ser curioso, pues nos encontramos con que la versión de Piedad Os Lo Ruego está construida con la misma estructura parafílica de Cara hacia los gatos, pero en este caso de Morata y Leti hacia Cara. Además de llevarla musicalmente, claro, a su terreno y lo que mejor saben hacer: ese pop-bakalao que a priori suena a un horror irreconciliable, pero que plasmado aquí es a todos los efectos una maravilla. Le sigue “Pastillas de Freno”, temón que ya me imagino a algún que otro indie torciendo el morro al enterarse de que se trata de una versión de Estopa, demasiado poco cool y tal.
A Piedad les da igual: ya sea una canción viral o el folklore de Cornellà, ellos lo hacen “Superbien”. Similar a la colosal “Santa Teresa” en base y temática extasiada, este sexto corte consiste sin duda alguna una de las cúspides del disco: trallaza, exaltación e invitación al amor esporádico y efímero. “Nos puede salir mal / pero eso que más da”. Aún están recuperando el aliento y descansando el brazo, y ya está sonando la última canción del “10. La verdad es que podríamos soltar la de *voz nasal* “la única pega que le ponemos a “Gente guapa, sitios feos” es que se termiiiine” (por todo lo alto además con el tema igual más romántico de este dúo hasta la fecha, “Instituo Nacional de Estadística”), pero es que si no fuese tan breve y directo no serían Piedad Os Lo Ruego. [Más información en el Facebook de Piedad Os Lo Ruego]
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ERRA / Solletico. Los que fueren en su día los artífices de uno de los más curiosos y no por ello menos acertados epítomes sobre la historia de la música pop(ular) -la brillante “Trovadores”, que fue llevada por los toqueteos de Ed Wood Lovers en la versión remezcleada bajo el más que oportuno título “Trovadores – Bailando a lo loco” hacia un terreno más próximo a la “Así Se Baila El Siglo XX” de Hidrogenesse que a los sonidos juglarescos originales”- anunciaban a finales de 2015 algo que muchos llevábamos casi un lustro esperando: su primer LP, titulado “Erra” según una especie de juego simétrico con su EP de 2012 “¡Arre!”. Finalmente, el pasado mes de marzo pudo comprobarse aquello a lo que el primer adelanto del disco, esa carnavalesca “El Entierro de la Sardina” que publicaron a primeros de eneros, parecía apuntar que “Erra” es, a todos los efectos y escuchas, un discazo.
Contrariamente a otros grupos por norma dados al formato epé y que, al publicar sus primeros largos daban la razón a Gracián y su “lo bueno, si breve, dos veces bueno” (a título totalmente personal dicha opinión, pero véase por ejemplo a Espiritusanto), el formato largo funciona perfectamente con Solletico, y es que un 12” ofrece a los madrileños el espacio adecuado para desplegar en todo su esplendor su variado y extenso universo de arreglos musicales de todo tipo y referencias históricas en las letras sin hacerse en ninguno de los diez cortes que componen “Erra” repetitivos o cansinos. Al revés. Sin apartarse jamás de su característica línea a medio camino entre el folk bien hecho y el pop de toda la vida, eso que ellos mismos han denominado “polk”, los madrileños han manufacturado un disco sólido, entretenido y con alguna que otra verdadera cumbre.
La canción que abre el LP, “Emiliano” parece partir de una referencia al famoso santo y ermitaño logroñés Millán para soltar una dura a la par que satírica crítica a todos aquellos que os dedicáis a pontificar dogmas morales y artísticos desde vuestra bienamada (y alejada de la realidad) torre de marfil. Sutileza parecida encontramos en otro de los cénit del disco, “La Aspiradora Teutona”, en la que una Angela Merkel en formato electrodoméstico (símbolo, además, la aspiradora, del bienestar económico americano) se dedica a limpiar Europa (“Desenchufada sigue tragando, engulle el cuarto de estar / comodidad, wellfare, ¿qué esperabas? / medidas de austeridad ¡contra tu mierda!”), pero en una mera apariencia: “Por dentro, ¡porquería!”.
Aunque también hay lugar para la tristeza más íntima en «Erra» gracias a esa desoladora a la par que preciosa “Subacúatica”, en el que un cantar de trobairitz sirve de pretexto para retratar una relación sentimental tan jodida que lo de tocar fondo va más allá de la simple metáfora. Mención especial merece también la divertida “Los Césares”, con cameo de Lolo Lapón en las veces de Nerón incluido, que narra en apenas dos minutos y poco la locura sangrienta que fue la dinastía Julio-Claudia y la guerra civil que sus múltilples intrigas e asesinatos desencadenaron en la antigua Roma antes de la calma llevada por la dinastía Flavia (“Quien construyó el Coliseo romano / logró morir sin ser asesinado”.)
Finalmente, tres singles anteriores se han recuperado para la ocasión: esa reivindicación a las figuras femeninas que a lo largo de nuestra historia se atrevieron a salir de los férreos límites asociados e impuestos a su género que es “Valentina”, la primeriza “Los Óxidos Metálicos” y “La Primavera (Al Fin)”, a la que sólo le apostillaríamos un: “Erra”, al fin. [Más información en el Bandcamp de Solletico]
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