Los mundos de los fotógrafos Paco y Manolo y de la galería valencia Espai Tactel vuelven a encontrarse en una exposición que reconfigura el mapa actual del deseo: «Preludio».
No es la primera vez que las cosmogonías de Espai Tactel y Paco y Manolo convergen en algo así como el choque silencioso y placentero entre dos supernovas igual de brillantes, igual de fulgentes, igual de candentes. Para los recién llegados (que, a estas alturas, deberían ser realmente pocos): Espai Tactel es una galeria valenciana que pertenece a dos agitadores culturales y artísticos que suelen salirse de la norma para conquistar lo que hay más allá de la frontera de lo habitual (y de lo anquilosado y rancio, que suele ser la norma en el mundo artístico); mientras que Paco y Manolo son dos fotógrafos barceloneses que han retratrado a lo más granado de la cultura de nuestro país e incluso de más allá de nuestras fronteras, además de ser los re-configuradores del mapa del deseo contemporáneo escrito sobre la piel de un cuerpo masculino fuera de la norma, más allá de los clichés.
Pero, como veníamos diciendo, no es la primera vez que Paco y Manolo entran en contacto con Espai Tactel: los fotógrafos ya expusieron en esta galería con la exhibición «Memento Mori«, en la que exploraron el caracter esquivo del tiempo como medio de vida, el eterno tempus fugit del alma humana. Ahora, Paco y Manolo vuelven a Espai Tactel con nueva exposición, que se titula «Preludio» y que se podrá disfrutar desde hoy mismo 27 de junio hasta el próximo 8 de julio. Como su propio nombre indica, «Preludio» retrata ese momento de belleza extrema, de juventud pletórica, que sirve de prólogo a nuestras vidas adultas. No lo hace, sin embargo, como un mero resorte exhibicionista destinado a disfrutar con los cuerpos púberes, sino más bien a presentar una juventud polimérica como algo que sigue perviviendo entre los pliegues de las pieles más madures, entre las arrugas del envejecimiento. Palabras mayores, lo sabemos, pero al fin y al cabo lo que cuenta aquí es que las fotos de Paco y Manolo siempre te tocan algo muy adentro, muy profundo, muy enterrado. Y eso debería ser suficiente para justificar una visita a Valencia en los próximos días.