Por ahí dicen que el formato LP se está muriendo… Será por eso que recopilar la lista de los mejores EPs internacionales del 2014 es tarea tan difícil.
[dropcap]A[/dropcap]h, qué tiempos aquellos… Todavía recordamos en esta casa cuando, de un año para el otro, decidimos que la cantidad de EPs que nos estaban flipando era cada vez más creciente y que resultaba injusto ponderarlos bajo el mismo rasero que los LPs. La solución fue crear una lista de los mejores EPs del año que, en este 2014, además, se ha escindido en dos listas diferentes: una para nacionales y otra para internacionales. Y si decimos «ah, qué tiempos aquellos» es porque no podemos hacer otra cosa que recordarlos con nostalgia al convenir que esta vez la lista de EPs nos parece un poco floja.
¿Por qué? ¿Cómo puede ser? Teniendo en cuenta que artistas como Röyksopp han decidido decirle nunca mais al formato LP y que, sin lugar a dudas, la gente escucha muchos más EPs que álbums de larga duración, deberíamos encontrarnos en un momento no sólo de abundancia, sino también de efervescencia. Que nadie se lleve a engaño por culpa de estas palabras: todo lo que hemos incluído en nuestra lista de los mejores EPs del 2015 es pura canelita en rama. Pero no sabemos si es porque la lista de nacionales ha ganado en fuerza que, al fin y al cabo, los internacionales han palidecido un poco. ¿O es sólo una percepción nuestra?
15. NO MORE / Shlohmo & Jeremih. Por mucho que otros como BOOTS estén pisándole los talones, Shlohmo continúa con su imparable ascensión hacia el primer puesto en el podio de «productor que mejor sabe cojer por los huevos al sonido del siglo 21«. Si en tempradas pasadas brilló trenzándose con nombres como Banks, en este 2014 su tendencia natural hacia el asosacionismo nos ha brindado una de las colaboraciones más brillantes en mucho tiempo: la capacidad para darle la vuelta al nu-r&b y mostrar sus costuras de Shlohmo se sumaba a la privilegiada voz de Jeremih para, bien juntitos y algo revueltos, coger ese nu-r&b y plantear directamente una versión 3.0 del género. A base de abrir bien los poros de todas y cada una de las composiciones, Shlohmo y Jeremih han conseguido que en «No More» (Wedidit, 2014) se filtren sonidos adyacentes como los del hip-hop menos ganstah, los del pop de alma más negra o los del 2step más radiable. El resultado son seis canciones que, en un momento en el que parece que el futuro del nu-r&b pasa por la visión fragmentaria y texturizada de Arca, apuesta más bien por mantener las constantes vitales y otorgarle otredad a la espina dorsal vistiéndola con carnes diferentes, bañándola con sangres de diversos colores. [Raül De Tena]
[divider]14. 1992 / Ben Khan. A falta de nuevas cositas de Autre Ne Veut, Miguel o Jai Paul, bueno (muy bueno, en realidad) ha sido tener a Ben Khan con nosotros en 2014. Su debut, «1992» (Caroline, 2014) recopila las cuatro canciones que fue presentando progresivamente en su Soundcloud desde el verano de 2013. Cuatro cortes que valen para situar al joven Khan en el grupúsculo de geniecillos precoces que siguen revolucionando el soul y el r&b con el laptop desde su habitación. Desde la atmosférica y jovial “Youth”, que nace con vocación de himno generacional desde un patrón de collage sonoro sintético, hasta los graves más tremendos en la hipersexual y primigenia “Drive (Pt. 1)”, o desde esa potente muestra de nu-R&B musculoso en la excitante “Savage”, donde sintetizadores y guitarras se distorsionan complementándose los unos con las otras, hasta la vibrante “Eden”, que parece retomar el recurso sonoro de bocina selvática desfigurada del “Bad Kingdom” de Moderat. Si estos temas se bastan por sí mismos para ser considerados cada uno como una potencial canción del año, imaginen los cuatro juntos. Ambrosía de la buena, terciopelo burdeos. [David Martínez de la Haza]
[divider]13. WRONG OR RIGHT / Kwabs. Creíamos que iba a ser Sampha… pero al final ha sido Kwabs. Me explico. Después de que Sampha recibiera un empujoncito de puta madre al ser algo así como el protegido de SBTRKT, todos pensábamos que el 2014 sería su año, que se dedicaría a publicar EPs tremendos y que poco a poco iríamos construyendo el camino de baldosas amarillas hacia el hype flagrante. Kwabs, sin emargo, le ha pasado la mano por la cara a Sampha y no sólo ha editado dos EPs a cada cual más fino, sino que hace unos días nos plantaba delante de la cara «Walk«, el primer single extraído de un debut en largo que verá la luz a principios del 2015. Mientras tanto, es imposible no quedarse con «Wrong or Right» (Warner, 2014), un EP en el que Kwabs se autoproclama la alternativa negra a la voz blanca (¡blanquísima!) de James Blake a la vez que pone un pie en el nu-r&b surgido en territorio londinense a partir del subsuelo escarbado por el post-dubstep para ofrecer una visión menos noctura, con una vocación más identificable en el lado comercial de la vida. Lo siento, Sampha, cari, pero mucho te lo vas a tener que currar mucho para alcanzar a Kwabs durante el 2015. [RDT]
[divider]12. HARDER / Mediate. El dúo Mediate, compuesto por el productor Ant Hickman y la vocalista Suzy Alexander, debutaban este mismo año con “Harder” (Jet Jam, 2014), una pequeña pero absolutamente gozosa puesta a punto del house más clásico. El sonido de “Harder” oscila entre parámetros más cercanos al garage o al deep house como en “Come Alive” y propuestas de influencias que podríamos considerar más balearic como “All I Need”, pero destaca por encima de todas ellas la titular “Harder”, imparable y adictivo hit en un muestreo 4×4 con reminiscencias vintage, aquí acompañado por una remezcla del tema a cargo de Star Slinger, a la postre vecino de Mediate y propietario del sello que les cobija. En una década en la que la música electrónica sigue apostando de forma cada vez más descarada por hibridarse entre diferentes géneros y subgéneros, creando texturas sonoras bastardas, nos parece tan aplaudible como meritorio que aparezcan puntualmente fórmulas como las que presentan Mediate, tan implicada con el futuro como deudora del pasado. En definitiva, que el bombo no pare, no pare, no. [DMDLH]
[divider]11. SOUTHERN SKIES / Yuck. En “Glow & Behold” (Fat Possum, 2013), su segundo disco, Yuck demostraron que la partida de uno de sus pilares, Daniel Blumberg, no les supuso ningún trauma. Al contrario: funcionó como acicate para que acometiesen una provechosa ampliación de su abanico sonoro, sumando a su devoción por el indie-rock noventero una desconocida exaltación del shoegaze reverberado y ondulante y del pop radiante de la escuela Teenage Fanclub. Esta notable apertura de miras se prolongó este año en su EP “Southern Skies” (autoeditado, 2014), apéndice pertinente y necesario que completa los principales hallazgos descubiertos en su citado álbum: atmósferas gaseosas compuestas por vapores hipnóticos (“Anthena” es la canción melliza del single “Rebirth”) y pureza luminosa derivada del pop británico academicista (“Set In Motion”). Pero aquí Yuck no se olvidan de recuperar el impetuoso nervio rockero de sus inicios (“Another One”) y, por si no fuera suficiente, añaden a su catálogo el inédito y delicado minimalismo melódico de “Southern Skies” como si quisieran avisar de que están dispuestos a seguir renovando su estilo en el futuro. Rara vez sólo cuatro canciones han dado para tanto. [Jose A. Martínez]
[/nextpage][nextpage title=»Del 10 al 6″ ]10. TAKE SHELTER / Years & Years. Preparémonos para el advenimiento de Olly Alexander, porque el 2015 va a ser su año. Si este niño ya se ha abierto camino en el mundo del cine y la televisión (salía en «Skins» y ha protagonizado «God Help The Girl«, la película dirigida por Stuart Murdoch de Belle & Sebastian), ahora es el momento de que haga lo propio en la escena musical. Su proyecto, Years & Years, lo ha petado este año lo más grande gracias a temarrales como «Take Shelter«, «Desire» o su últimas y flamantes colaboraciones, una con Tourist («Illuminate«) y otra con The Magician («Sunlight«)… Entre todos estos temones, «Take Shelter» es sin lugar a dudas la carta de presentación de la banda y por ello mismo brilla con fulgor furioso en el EP del mismo nombre: «Take Shelter» (Polydor, 2014). Puede que, al fin y al cabo, este EP sólo contenga dos temas y dos remezclas del tema homónimo, pero lo cierto es que no se necesita más para caer creisi in love con Years and Years: «Take Shelter» es el día, el ritmo espídico, la revisión del disco-pop para el nuevo siglo; mientras que «Breathe» es la noche, el ritmo aletargado, el descanso del guerrero. Uno más uno que no suman dos, sino millones. [RDT]
[divider]9. MR. NOAH / Panda Bear. El bueno de Noah Lennox sigue dando muestras de su desbordante genio y demostrando que últimamente sus escarceos en solitario se resuelven como experiencias globalmente más satisfactorias que cuando acompaña al resto de Animal Collective. Preciosa muestra de cómo se puede evolucionar (bien) sin traicionar tus patrones creativos, “Mr Noah” (Domino Records, 2014) sigue persiguiendo la reinvención del rock desde una cámara de gas con las paredes pintadas con espirales psicodélicas; la claustrofobia está solo en nuestra mente y el futuro es una abstracción. Para ello, se siguen retorciendo las armonías y detonando la policacofonía (“Mr Noah”), se vinculan con urgencia los diferentes estados melancólicos a través de la melodía (“Faces in the Crowd”), se tejen ensoñaciones mediante sutras y arpegios imposibles (“Untying the Knot”) o se deja en el horno el rock lisérgico hasta que suba, en todos los sentidos (“This Side of Paradise”). “Mr Noah” es un extático fenómeno entóptico a partir de la multicapa sonora; un fosfeno musical cuya escasa duración confirma, sin que sirva de precedente, que lo bueno, si breve, dos veces bueno. [DMDLH]
[divider]8. GOD’S DREAM / Ringo Deathstarr. A pesar de su paródico nombre, Ringo Deathstarr no tienen nada que ver con una banda de thrash metal que versiona la discografía en solitario del mítico batería de The Beatles (sólo imaginarlo resulta delirante), sino que pasarían por ser los hijastros de My Bloody Valentine. Una analogía que los ha acompañado a lo largo de su trayectoria y que en su último EP, “God’s Dream” (Neon Sigh / Noyes, 2014), se ratifica a través de la distorsión y el feedback guitarrero -característicos del grupo liderado por Kevin Shields en particular y del shoegaze canónico en general- que dan forma a su contenido. Pero la frondosidad de las comparaciones no debería impedir apreciar que Ringo Deathstarr saben modelar un material tan manoseado con la suficiente habilidad como para sacarle toda la chicha gracias a piezas como las etéreas “God´s Dream” y “Shut Your Eyes”, la sinuosa “Flower Power”, la retorcidamente pop “See You” y la ruidista “Nowhere”, que cierra el lote repartiendo golpes noise. Ringo Deathstarr no han descubierto la pólvora, aunque sí han sido capaces de posicionarse adecuadamente dentro del superpoblado revival shoegaze apelando a la fidelidad bien entendida hacia sus clásicas influencias. [JAM]
[divider]7. OCEAN DEATH / Baths. En su primer disco, el deslumbrante “Cerulean” (Anticon, 2010), Will Wiesenfeld era ese chico regordete con pinta de personaje manga que se había marcado un debut hipervitaminado de optimismo que se situaba en la línea de salida junto a otras luminarias de la nueva electrónica hiperactiva y desquiciadamente pro-nipona como, por ejemplo, Gold Panda. En su segundo disco, el sublimemente oscuro “Obsidian” (Anticon, 2013), Will Wiesenfeld pasó a ser ese chico terriblemente delgado que había sobrevivido a una enfermedad terrible (un E.coli de caballo, para los que estén familiarizados con esta palabra tan aterradora) que casi le hace pasar al otro barrio y que le condujo a unos terrenos compositivos menos luminosos pero igualmente vitalistas: la muerte aplastada por la vida, por mucho que la oscuridad en este caso le ganara la partida a la luz. Así las cosas, ahora se lanza el EP “Ocean Death” (Anticon, 2014) y Will Wiesenfeld, para empezar, ya no es ningún chico: es un hombre. Y tampoco es ningún hombre marcado por algo externo, ya sea su afición mangaka o su enfermedad terminal. Will Wiesenfeld es Will Wiesenfeld. O, lo que es lo mismo, Will Wiesenfeld es por fin Baths a su máxima potencia musical, sin la vida como excusa. [leer más]
[divider]6. PORTICO / The Mary Onettes. Hay que reconocerlo: el último disco de The Mary Onettes, “Hit The Waves” (Labrador, 2013), fue recibido con demasiada tibieza. Posiblemente, se debió a que los suecos ejecutaban en él un cambio estilístico tan acusado -de su acostumbrado new wave repleto de claroscuros saltaban al chill wave pasado por el filtro nórdico- que cogió a muchos con el pie cambiado. Entre ellos, a un servidor, que comprobó cómo con cada escucha el citado LP crecía y crecía sin parar hasta ser uno de los favoritos personales del año pasado. Se confirmaba así que la estrategia renovadora de The Mary Onettes estaba basada en unos fundamentos sólidos que permitieron observar a los suecos como un grupo preparado para evolucionar con propiedad, al menos, dentro de su nueva vía elegida. [leer más]
[/nextpage][nextpage title=»Del 5 al 1″ ]5. NIGHTDAY / ZHU. “Nightday” mezcla deep house y R&B sin poner ni una gota más de lo uno o lo otro. Dos géneros que son como el lila y el azul: quedan chillones, pero muy bien juntos. Y, como propone su nombre, el EP está marcado por la dualidad de la noche y el día. O por la continuidad de lo uno y lo otro, pero en el sentido contrario al del sentido biológico, porque “Nightday” empieza de noche y acaba en el after… y luego ya, si eso, en la cama. En el hay modelos que quieren ser como Kate Moss (a ver quién es el guapo que le quita a “Cocaine Model” el estatus de temazo dance del año), fiestas, borracheras y mucha decadencia. Pero también hay muchísimo bombo gordo que te hace salivar como al perro de Paulov (cuidadín especialmente con el de “Faded“, que hará que al escucharlo te suban de golpe todas las pastillas que te has tomado en tu vida). Y todo sin miedo a mezclar el rollo de vocecita mojabragas de The Weeknd y los sonidos house-noventeros resucitados por Disclosure (que llegan a su punto culminante en “The One“) de los que Zhu es es, desde ya, digno heredero. [leer más]
[divider]4. MOVEMENT / MOVEMENT. “MOVEMENT” (Modular, 2014) contiene cinco canciones y, en total, supera de milagro los veinte minutos. Pero, ahora, piensa: ¿cuánto duró el mejor polvazo de tu vida? Pues eso. El símil del folleteo se puede llevar hasta el paroxismo en esta ocasión… El EP se abre con “Like Lust“, que de hecho es ese petting preliminar que consiste en caricias repetitivas sobre una misma zona: movimientos circulares que empiezan en el hombro, pasan a la clavícula y acaban donde realmente interesa, que es en las tetas. Un tema a la semejanza de una espiral hipnótica con bases zumbantes que pervierten el legado de The xx al máximo. “Ivory” pasa a palabras mayores con un ejercicio de estilo en el que depurar al máximo las mamarrachadas de The Weeknd: los cuerpos se desnudan en ese momento de excitación máxima justo antes de que los amantes decidan calmarse, que no es cuestión de acabar en dos minutos. A continuación, “5:57” (que, de hecho, dura 3 minutos y 57 segundos… ya se sabe que a los hombres siempre nos gusta exagerar) empieza a mostrar la hombría en los avances, exhibiendo una mayor masculinidad, una mayor fuerza, con esa percusión a destiempo clavándose en la canción y domándola por completo. “Control You” habla por sí sola desde el propio título del corte: sí señor, aquí se trata de “no te corras todavía, que vas a quedar fatal“, así que el tempo vuelve a caer en picado y el corte se viste con la piel de cordero de James Blake para ocultar al lobo desbocado que sigue bombeando poquito a poco, pero sin pausa. Y, finalmente, el orgasmo, claro: “Us” es el tema pluscuamperfecto de MOVEMENT, el que los define y los hace únicos en el panorama del nu-r&b. También es un lefazo en toda regla, pero hasta aquí llega mi lenguaje soez. [leer más]
[divider]3. YUMI ZOUMA / Yumi Zouma. “The Brae”, primer tema que conocíamos del grupo a principios de año, nos trae ecos de los primeros Wild Nothing, aunque con una intuición melódica más precisa y preciosa, casi propia de unos Fleetwood Mac. Su cadencia de puro y perfecto dream pop hacen de ella la pieza más atractiva de todo el disco, un evidente hit minúsculo y perfecto. Sin perder de vista el alto octanaje pop, “Sålka Gets Her Hopes Up” y “A Long Walk Home For Parted Lovers” beben de un funk dulzón y agradable para cimentar lo que podría considerarse un signature move del joven trío. Cierra el disco de forma algo más modesta, comparativamente con los tres temas que le preceden, la no obstante encantadora “Riquelme”, con su línea de bajo acuático tan deudora de New Order. La motivación esencial de este modesto texto es que, por favor, no se priven de escuchar una de las más emocionantes sorpresas que ha dado el pop en los últimos meses. Es verdad que este escueto EP apenas sirve como (gloriosa, eso sí) toma de contacto con esta joven banda, pero díganme dónde hay que firmar para que todas las cartas de presentación de un grupo sean así. [leer más]
[divider]2. DO IT AGAIN / Röyksopp & Robyn. La cosa arranca con “Monument“, una suite de casi diez minutos donde el trío se aleja de lo que cualquiera podría esperar de ellos, es decir, el típico hitazo de pop escandinavo con bien de subidones y cuerdas desbocadas. Por el contrario, “Monument” es una calmada introducción cósmica que parece querer situarnos más en un estado de calma chicha que de emoción intensa. No cuesta mucho imaginar esta canción como grand opening de esa actuación en el Sónar 2014 que estamos esperando como otra aparición de la Virgen de Fátima y se me ponen los pezones como timbres de un castillo. Los preliminares perfectos deberían sonar así, incluso con ese saxo resacoso que inunda la canción en la segunda mitad del tramo. La Odisea Espacial de Röyksopp y Robyn continúan con “Sayit” y “Do It Again“, ahora sí, los temazos de pop sintético que hay que esperar de estos dos pesos pesados de la fiesta nórdica. La primera goza del ADN de los noruegos (impetuosa, desbocada, loquísima, con sus seis minutos de diálogo robótico para besugos que suena a secuela de aquella “The Girl and the Robot“) y la segunda es 100% Robyn: pop pletórico con bombos ciclados, sintes galáticos pasadísimos de éxtasis y una energía imparable (esperemos que la sueca no se coma el micrófono mientras la pone en escena). [leer más]
[divider]1. MI SENTI / Róisín Murphy. 2014, el año en el que el mundo se volvió loquer con lo que la gente empezó a llamar «deep house» obviando que el «deep house» ya existe y no tiene absolutamente nada que ver con Disclosure y compañía. 2014, el año en el que incluso Mary J. Blige decidió hacerse con los servicios de los hermanos Lawrence para que la peñita guay prestara atención a su nuevo disco. 2014, el año en el que Róisín Murphy volvió a demostrar que se la suda el chichi lo que haga el resto del mundo y lanzaba un EP de versiones de temazos de divas italianas. «Mi Senti» (The Vinyl Factory, 2014) llegaba hasta nosotros, además, con una edición alucinante -y limitadísima- marca de la casa The Vinyl Factory. Nada nuevo bajo el sol de Róisín Murphy, acostumbrada a poner mucho mimo en lo estético sin necesidad de utilizar lo cosmético para tapar imperfecciones musicales de fondo. Porque dejémoslo claro aquí y ahora: nada de imperfecciones en «Mi Senti«, sólo seis temazos en los que la diva vuelve a volar alto, libre y con el estilo brillante de una garza japonesa. En estos seis temas hay pop electrónico, sí, pero lejos de intentar emular el feeling del momento (un feeling que siempre es caduco, no nos engañemos), la Murphy juega más bien a capturar los escurridizos sonidos de los temas clásicos (hay mucho 70s y mucho 80s) y rendirles homenaje desde una producción puramente siglo 21. Mina, Patty Pravo, Lucio Battisti y Gino Paoli no sólo acogerían a Róisín Murphy en su selecto club de ídolos pop italianos, sino que incluso sentirían una punzada de envidia al escuchar el único tema original que incluye aquí la diva: esa «In Sintesi» con vocación de clásico inmediato. [RDT]
[Raül De Tena + Jose A. Martínez + David Martínez de la Haza][/nextpage]