El día que nos dimos cuenta de que los festivales playeros eran un coñazo, ese mismo día, se hizo imperativo buscar una nueva frontera, un nuevo oasis musical donde poder liarla, bailar, pasarlo bien y ya si eso disfrutar de un buen cartel que hiciera que tu vida ese año valiera la pena.Y resultó que esa nueva frontera estaba en una frontera literal entre dos países: entre España (la entrada a África) y Francia (la entrada a Europa). Andorra se alzó como el destino fiestero de-fi-ni-ti-vo gracias a su Niña Bonita, el ElectroSnow, un festival con la mejor premisa ever: musicón electrónico y nieve. Pero nieve de la de verdad, de la blanca. Perdón, de la que se sortea con esquíes y tablas y se disfruta con ropa térmica y a mucha velocidad.
El ElectroSnow se ha convertido en la respuesta inefable a la pregunta «¿adónde vamos de festival?«: a Grandvalira, Andorra, el 28 y el 29 de marzo. Ayer el Yeti rosa presentó en Barcelona el cartelazo de este año que venía bajo un secretismo casi mosqueante y desveló una apuesta firme: un par de grandes nombres y unos mandos intermedios musicales de lo más suculentos con colaboración incluida con la Red Bull Music Academy. Los primeros, Ricardo Villalobos (en la foto), figura indiscutible y necesaria en cualquier fiestón electrónico que se precie y Simian Mobile Disco, otros que tal bailan (o más bien hacen bailar) y en el sector de cabezas de cartel también Max Cooper, Rone y Sonja Moonear. En representación de la Academia Red Bull, algunos de sus alumnos más aventajados: Objekt, Krystal Klear, Clip!, El_Txef_A, Headbirds y Astroboyz. Y, para rematar, el descenso por la pista Dj Fra, Pulshar, Marc Piñol, un b2b entre Vincent Abbo y Will Deluxe, Yobject, Richy Vuelcom y Lunatic Project.
El abono cuesta 129 euros e incluye el alojamiento y el forfait para pegarse un par de bajadas entre sesión y sesión. No es como para pensárselo: es como para pillarlo a la de ya porque, además, la previsión ese fin de semana es de una nieve de buenísima calidad y mejor ambiente. Es momento de decir adiós al bañador y decirle hola qué tal a los esquís.