El centro de Barcelona por fin tiene el oasis healthy que merecía y necesitaba… Pero es que el nuevo restaurante Fit Kitchen es mucho más que eso.
El centro de Barcelona es un páramo. O, por lo menos, lo es a nivel gastronómico, ya que esta zona parece coto exclusivo de caza para el fast food más desalmado (y poco sano) y para las cadenas que saben que, gracias a la situación de su local, ya atraen a una clientela de guiris que nunca más volverán y que se irán -más o menos contentos- aunque la propuesta culinaria sea bastante justita. Pero, por suerte, desde hace un tiempo algo parece que está ocurriendo en toda la franja que va desde Passeig de Gràcia hasta Arc de Triomf, porque se está convirtiendo en una especie de maravilloso oasis healthy.
De repente, la tristeza gris y grasienta del centro de Barcelona se ve totalmente animada por un nuevo mundo de colores entre los que se encuentran varios locales de poke, teterías niponas y restaurantes de corte healthy como, por ejemplo, Fit Kitchen. Este nuevo local no podría estar más cerca del centro (específicamente, en el número 280 de la calle Diputació), aunque lo cierto es que en su interior podrás huir del rollo de superpoblación turista que prima a escasas calles.
Eso sí, el interior de Fit Kitchen no es el que podrías esperar de un restaurante healthy al uso… Bueno, eso depende de lo que esperes tú de un restaurante healthy. Yo suelo esperar decoración ascética y monacal, silencio sepulcral y ambientación zen. Pero Fit Kitchen hace una apuesta en firme para demostrar que lo healthy también puede ser divertido: la decoración está repleta de colores y estímulos vistosos, la música es movidita y el ambiente es desenfadado, joven y animado sin ser ni bullicioso ni molesto. Definitivamente, este no es un restaurante healthy al uso. Esto es un restaurante healthy 2.0. Y mola lo más grande.
De hecho, lo de restaurante healthy 2.0 le viene que ni pintado a Fit Kitchen no solo en su concepción del espacio, sino también en la forma en la que articula su carta. Porque, al fin y al cabo, el punto de partida de esta no podría ser más estimulante… Teniendo en cuenta que vivimos unos tiempos en los que cada uno sabe cómo enfocar su dieta (¿Quieres tomar más proteínas para aumentar la musculatura? ¿Estás intentando mantener una dieta libre de carbohidratos para estar más sano? ¿Pretendes perder peso y no puedes ver las grasas ni en pintura?), la carta de Fit Kitchen opta por incluir no solo todos los ingredientes de cada plato, sino también la cantidad exacta de calorías, grasas y carbohidratos.
Basándose en los preceptos culinarios de la gastronomía australiana, considerada una de las más sanas del mundo gracias a su visión uber-equilibrada del plato, la carta de Fit Kitchen ha sido diseñada por un nutricionista para incluir opciones vegetarianas, gluten free, sugar free y low carb que contenten y satisfagan a absolutamente todos los perfiles de comensales. Y, ojo, que lo cortés no quita lo valiente y resulta que, por encima de toda esta terminología healthy, lo realmente importante aquí es que lo que prima en todos y cada uno de los platos es el sabor puro y duro, ya sea en sus tapas (ojo con el hummus de remolacha y las fries de boniato), sus hamburguesas, sus pancakes o la especialidad de la cosa, unos bowls que alegran a la vista y al estómago.
La cocina de Fit Kitchen, por cierto, funciona de forma non-stop y se va adaptando a las diferentes franjas horarias para ofrecer propuestas variadas para todos los estómagos. Y, rizando el rizo, todos los platos de la carta se pueden acompañar de bebidas healthy como zumos détox, batidos y el que sin duda es el trago estrella de la temporada: la kombucha. Así que no sé vosotros pero, en mi caso, cada vez que el centro de Barcelona me exprima la vida y me cargue de estrés, sabré que Fit Kitchen está a la vuelta de la esquina como un oasis healthy en el que recargar mis pilas. [Más información en la web de Fit Kitchen]