«Evolve» está a punto de incorporar de forma totalmente gratuita un tremendo «Modo Observador» que permitirá a un jugador hacer de comentarista y realizador.
Suponemos que, igual que nos ocurre a nosotros, vosotros habréis experimentado alguna que otra vez el profundo placer de hundiros en la parte más blandurria y cómoda del sofá y disponeros a disfrutar viendo cómo alguien juega a cualquier juego mínimamente espectacular… Esta práctica, sin embargo, pierde parte de su sentido cuando se juega online de forma multijugador y resulta que no puedes «ver» la partida al completo porque, oye, eres humano y no posees el don de la ubicuidad. En juegos especialmente vibrantes como «Evolve«, por otra parte, esta imposibilidad se convierte en algo insidioso que te jode especialmente.
Desde 2K, sin embargo, son plenamente conscientes de que su «Evolve» (que ya está en la calle para Xbox One, PS4 y PC) está generando todo un conjunto de partidas memorables que se pierden ahí, en la eternidad, como lágrimas en la lluvia. El endiablado gameplay de este juego, en el que cinco jugadores se reparten los roles de cuatro cazadores y una bestia (aunque, al final, todos son cazadores y cazados), parece diseñado para generar todo un conjunto de partidas que son lo más cercano que vas a estar jamás a vivir dentro de una película de acción sci-fi.
Así las cosas, habrá que celebrar que «Evolve» haya anunciado que en breve incorporará de forma totalmente gratuita un nuevo «Modo Observador» que permitirá a un sexto jugador incorporarse a la acción de forma totalmente pasiva. Su objetivo será, mediante un interfaz diseñado especialmente para este rol, ir «creando» una narración de la partida en sí, ya sea a través de sus propios comentarios o a partir de la elección de las cámaras y puntos de vista a través de los que se ve el juego (y de los que se graba, claro, para que otros jugadores puedan flipar posteriormente con lo que ha ocurrido). Ya basta de lágrimas que se pierden en la lluvia: a partir de ahora, las partidas de «Evolve» serán más bien lagrimones de placer como puños.