La octava edición del L.E.V. 2014 calienta motores mientras lanza su última tanda de confirmaciones para un cartel en el que hay mucho más que electrónica.
A falta de pocas semanas para que descorchemos la temporada festivalera a tope, los festivales van cerrando sus carteles poco a poco. Si ayer nos hacíamos eco de las últimas confirmaciones del SOS 4.8, hoy toca hacer lo propio con el L.E.V. 2014, ese Laboratorio de Electrónica Visual que coincide en fechas con el festi murciano, ya que tendrá lugar los días 1 y 2 de mayo en Gijón. Tocará decidir entonces qué preferimos, si mantequilla o Tulipán, porque uno y otro, siendo dos festivales de carácter muy diferente, han puesto toda la carne en el asador este año haciendo muy difícil decidir si nos vamos al Norte o al Sur.
Pero hablemos del festival gijonés, que es el que nos ocupa. Este año llega a su octava edición y no ha perdido ni un poco del atrevimiento con el que se fundó. Y es que al L.E.V. no se va sólo a mover la tibia y el peroné, sino que su programación también invita a estimular otras partes más cerebrales de nuestro cuerpo. A las confirmaciones que ya os avanzamos en esta noticia y en esta otra, tenemos que añadir una última ristra con la que, ahora sí, cierran el cartel de la edición del 2014. Entre los últimos confirmados están Mark Fell (que trabajará junto al equipo del LABoratorio de Sonido en una instalación sonora donde jugarán un mismo papel las matemáticas y la música algorítmica), el dúo belga-italiano Lumisokea (que llevarán a Gijón su juego de sonidos electrónicos y analógicos), las asturianas LCC (expertas en transformar sonidos mundanos en calambres bailabes), PlayMid (que creará una escenografía lumínica para el escenario de la Iglesia que iluminará las diferentes propuestas que allí se vean; en la foto) y, para rematar, la exposición Datascape, que explora cómo los artistas contemporáneos abordan la complejidad del mundo de diferentes formas y bajo su personal punto de vista. Con todo ello, el L.E.V. 2014 empieza a calentar motores para una octava edición que promete ser mítica y que demostrará que, como ya hemos dicho alguna vez, en materia de festivales en nuestro país aún queda mucho por contar… y disfrutar.