Con las noches TRILL de Razzmatazz Clubs hemos recuperado la esperanza de encontrar «magia» en un club… Sanatruja define el espíritu de TRILL en esta impresionante moodtape.
En su brillante «Energy Flash«, Simon Reynolds afirma que la base del clubbing (o, por lo menos, del buen clubbing) es que todo un conjunto de desconocidos se junten en un mismo lugar bajo el influjo de la afición por un género concreto o por una droga en particular. Compartir lo uno o lo otro (o ambos) es imprescindible para que surja la magia, ese sentimiento inexplicable y escurridizo que hace que un club sea bueno y que otros sean simple y llanamente reguleros. Pero no nos engañemos: conseguir esa magia es cada vez más difícil y costoso. Ya sea por la masividad de un clubbing cada vez más heterogéneo o por la incapacidad de la música actual de ofrecer nuevos géneros que hermanen a una audiencia concreta mínimamente amplia… Sea por lo que sea, hacía tiempo que muchos no sentimos la magia en nuestras carnes. Y la ausencia duele. Abstinencia, le llaman.
Pero, por suerte, siempre hay excepciones. Puede que esas excepciones ya no sean fiestas masivas y raveras como las descritas por Reynolds en su libro: en su lugar, se imponen clubs de periodicidad más laxa y de audiencias en petit comité. Clubs como ese TRILL que, desde hace año y poco, enciende algunas de las noches de Razzmatazz Clubs con una programación que hace honor a su propio nombre, ese neologismo anglosajón que trenza los términos «true» y «real», rodoblando así la «realidad» de los géneros de este club, que van desde el nuevo r&b más sensual hasta el trap más cerdo pasando por un amplio abanico genérico que no le hace ascos al bass, al 2step, al drill, al footwork o al post-hip-hop de carácter más abstracto y fractal.
Por TRILL ya han pasado nombres tan impactantes como Jacques Greene, Ryan Hemsworth, Stwo, Tourist o Evian Christ, aunque es inevitable pensar en esta ristra de nombres como en el principio de la historia de un club destinado a brillar en la escena barcelonesa: para el próximo mes de marzo ya tienen programadas veladas con gente como Heroes x Villains, Ambassadeurs, BSN Posse o Falcons (siempre puedes consultar las fechas concretas en la web de Razzmatazz Clubs), eso sin contar el hecho de que el mismísimo Shlohmo ha elegido el TRILL como marco pluscuamperfecto en el que presentar en España el que será su segundo disco el próximo 23 de mayo.
Y, pese a todo, pese a la concatenación de géneros epatantes y artistas de relumbrón, hay algo que resulta imposible dejar por escrito en texto alguno: el espíritu del club TRILL. Como decía en el primer párrafo, hay veces que ocurre una magia imposible de delimitar y describir, y en el TRILL ocurre esa magia… Así que hemos recurrido al creador de todo este tinglado, Sanatruja, para que sea él el que defina el espíritu del club TRILL de la mejor forma posible: con una sesionaca de esas que te dejan clavado en el suelo de allá donde la estés escuchando. Y, sobre todo, que te deja con unas ganas incontestables de correr a la próxima noche TRILL.