Seguro que ya conoces el cartel del Primavera Sound 2019… Así que aquí lo que hacemos es explicarte por qué nos parece una verdadera maravilla.
Avanzándose un poco a las fechas a las que nos tenían acostumbrados, el pasado miércoles 5 de diciembre se presentó el cartel del Primavera Sound. Lo hizo entre tertulias y entrevistas, bajo cámaras y frente a micros. Es decir, tras dos horas de presentación de Radio Primavera Sound, el nuevo medio del festival. Pese a los errores del directo (el ya mítico «¡Que hable Titaaaaaaaaaaa!«, un supuesto mensaje de voz de uno de los artistas presentes en el cartel que parece que solo escucharon Johann Wald y Sergi Cuxart, voces que iban y venían sin ton ni son…) fueron dos horas divertidas que, al menos a mí, consiguieron que me cayera bien Gabi Ruiz.
De hecho, tiene gracia que lo único terrible, el único momento en el que juro que sentí un apuro enorme por la gente que estaba viviendo lo que yo por suerte solamente estaba viendo, fuera precisamente lo único que no dejaron a la improvisación: esa irrupción mal sincronizada de dos encapuchadas a lo Pussy Riot gritando nosequé y blandiendo en el aire el logo del festi (que, aunque parezca el de La Sexta Noticias, son las dos N de «The New Normal«). Por suerte, el esperado vídeo de presentación del cartel eclipsó el momento, y a todos se nos olvidó más pronto que tarde el bochorno. El vídeo en sí, otro despropósito: ¿qué es esa cosa a mitad camino entre Kony 2012 y un anuncio aspiracional de adidas (fijaros en el plano de Messi)? En cambio, el cartel -que a estas horas ya todos conoceréis-: la hostia.
Sí, desde aquí me declaro completamente a favor de que Stephen Malkmus y J. Balvin estén en el mismo festival, de que Tim Hecker deleite a unos pocos en el Auditori al mismo tiempo que Carly Rae Jepsen congrega a toda la comunidad LGBTIQ a sus pies. «En mis tiempos no pasaba esto / lo indie era lo indie y el resto era el resto«, cantaban Los Directivos. Los tiempos, es innegable, han cambiado. Y por fin el Primavera se ha atrevido (aunque se aun pelín) a cambiar con ellos.
A favor, muy a favor, de que al fin se escuche en el festival lo que se está haciendo aquí y ahora, y un mismo cartel cuente con Goa, La Zowi, Sticky MA, Rosa Pistola, Bea Pelea, Yung Beef, Brat Star o Somadamantina. También he de decir que me hace gracia que, la primera vez que el Primavera apuesta tanto por el panorama nacional (al menos desde que yo soy público), no sea tanto por impulsar la música autóctona en sí, como por apostar por un género -lo urbano- que se da la casualidad ha “nacido” aquí. Pero, sea como sea, es algo a celebrar. A favor, también, de que ese fin de semana de mayo vaya a parecer una convención de PC Music, y en el lapso de tres días podamos bailar con Sophie, Danny L. Harle y Charlie XCX. A favor, finalmente, de que si alguien se tenia que reunir, que sean Stereolab y no el coñazo ese de The Smashing Pumpkins.
Pero no todo van a ser elogios. Así como en los nuevos géneros por los que apuesta el festival (a saber: el pop mainstream, lo urbano…) se han esforzado por traer cosas estimulantes, la tradición de guitarras no podría ser a primera vista mas coñazo. Tame Impala e Interpol dejaron de ser relevantes hace cuatro años como mínimo. Primal Scream son unos pesados a los que hemos visto mil y una veces, aunque no tantas como a Mac DeMarco. Si hay propuestas nuevas, como la de Snail Mail, son actuaciones que ya hemos podido ver en el Primavera Club. Y no me vale la excusa de que en general es que la música de guitarras está agonizando: ahí están Young Scum, Coma Cinema o Night Flowers, por mencionar unos cuantos que han lanzado disco este año.
¿Otros grandes ausentes? Se esperaba un Drake o un Kanye, ya fuera en solitario o en formato Kids See Ghost (aunque, ojo, que en el cartel sí que tenemos a 070 Shake, que es la repera y forma parte de GOOD Music). Se rumoreó a New Order por ahí (a mí me hubiera gustado pero, qué queréis que os diga, podemos vivir perfectamente sin), y unos Brockhampton no hubieran estado mal. A titulo completamente personal, yo hubiera dado medio corazón por Los Campesinos! tocando su primer disco –y nada más; lo demás es terrible– a modo de décimo aniversario. El otro medio lo hubiera dado por Chromatics, pero desde que Jhonny Jewel se volvió medio tarumba, sé que es un deseo a fondo vacío. De todos modos, y aunque con según que atrezzo encima pueda parecerlo, hay que recordar que Gabi Ruiz no es Papá Noel: el cartel de un festival no debería ser una lista de deseos cumplidos, sino una lista de los mejores entre los posibles.
¿Grandes presentes? Las mujeres. Si algo es este cartel y su más del 50% de presencia femenina, es una patada en la boca a quienes dicen que en sus festivales escasean las mujeres por la sencilla razón de que escasean en toda la industria musical. O quienes dicen que un artista se contrata por su calidad y no por su género, sin darse cuenta de que precisamente están contratando a hombres por ser hombres. Y me gusta aún más que haya tantas mujeres en el cartel del Primavera Sound, pero que muchas no las conozca y otras no me gusten: estamos rodeados y rodeadas de hombres mediocres, pero parece que nosotras debemos ser excepcionales para despuntar. Larga vida a las artistas femeninas que ni son grandes cabezas ni son estrellas eternas, o que quizás ni siquiera tengan un prometedor futuro musical. Larga vida a las mujeres que, simplemente, son.
Finalmente, en la mesa redonda previa a la previa de la previa del anuncio del cartel, comentaba uno de los invitados que le gustaba mirar al Primavera también de manera enciclopédica, echar la vista atrás y ver como cada edición representaba el momento histórico en el que estaba inscrita. Bueno, pues esta persona de la que no recuerdo el nombre puede estar hoy muy contenta: por primera vez en mucho, mucho, mucho tiempo, el cartel de la próxima edición del Primavera Sound es actual, reflejando el panorama musical de su año. El siguiente paso sería avanzarse al paso del tiempo y contar entre sus filas con las propuestas musicales que lo van a petar al año siguiente, ofrecer a su público la oportunidad de ver cosas que todavía nadie está mostrando. Se trataría, en definitiva, no de ser un resumen anual, de hacer un cartel como el que presenta el modelo 390 a Hacienda, sino de crear durante tres días un trocito de futuro. Pero, por el momento, el presente también es divertido. [Más información en la web del Primavera Sound 2018]