Estas circunstancias, inevitablemente, debieron afectar al espíritu conceptual de “Encyclopedia”, que vuelve a transmitir la pesadumbre y desazón que supuraba su predecesor. Efectivamente, este álbum no es alegre ni optimista, impresiones que se agudizan por su planteamiento sonoro: mayor incidencia del post-punk ochentero repleto de claroscuros (con “There Is Nothing Left” como máximo exponente dentro del repertorio) y de la producción electrónica (mostrando su cara esquizoide, maquinal y minimalista). Este segundo punto es el más interesante del LP: los devaneos del grupo con las texturas sintéticas que antaño se quedaban en meros experimentos cuajan aquí de tal modo que, si alguien nos dijera que este es el disco personal que Pierce guardó en el cajón, nos lo creeríamos. Basta con recordar “I Didn’t Realise”, aquel primer tema presentado bajo su nombre, para detectar su influencia en “Magic Mountain”, “Let Me” o “Bell Laboratories”.
Con todo, pese al considerable uso de los sintetizadores y las cajas de ritmos, “Encyclopedia” no deja de ser un disco típico de The Drums, para bien… y para mal. Pierce y Graham no han difuminado sus característicos esquemas pop, tanto los agitados y nerviosos (“Face Of God”, “Deep In My Heart” y, especialmente, la adhesiva aunque agridulce “Kiss Me Again”, que podría ser el resultado de fusionar “Let’s Go Surfing” y “Money”) como los reposados y melancólicos (“I Can’t Pretend”, “Break My Heart” o “U.S. National Park”). Pero ahondan tanto en su dramatismo que, más que pretender conmover al oyente, parece que desean certificar que sólo en condiciones de moral baja y emociones resquebrajadas hallan la inspiración o, al menos, la motivación necesaria para seguir facturando canciones sin deshacer su unión artística.
“Encyclopedia” corría el peligro de aparecer como un trabajo relativamente forzado que acabara reflejando la irreversible fatiga creativa de The Drums después de sólo tres intentos… Aunque Pierce y Graham han logrado esta vez salvar la papeleta por los pelos. Eso sí, confirmado su paulatino descenso desde el aclamado “Album”, se encuentran en la encrucijada: ¿cuál será el futuro de su aventura compartida? La respuesta se aloja arrinconada en la rubia, misteriosa e inquieta cabeza de Jonathan Pierce.