Hace unos años, celebrábamos a editoriales como Alpha Decay por el hecho de proporcionar una visión lateral a esa frontalidad homogénea que nos ofrecen las editoriales más grandes. A día de hoy, sin embargo, volvemos a celebrar la existencia de Alpha Decay en concreto por lo bien que han sabido abrir en su línea editorial una línea de exploración que no sólo ahonda en la problemática social y económica de nuestra situación actual, sino que también propone vías de escape alternativas. Como, por ejemplo, su último tomo: «Vida de Zarigüeyas«, donde Dolly Freed plasmó los cinco años que estuvo viviendo con su padre a las afueras de Filadelfia durante la década de los 70. En ese espacio de tiempo, la autora consiguió vivir de lo que ella misma producía, hacerse con una vivienda y conservarla en buen estado, mantener la salud, capear las leyes, vestir decentemente y, sobre todo, hacer todo lo dicho conservando una saludable apariencia de clase media. Todo ello, claro, con una ley del mínimo esfuerzo que permitiera subsistir con unas cantidades de dinero irrisórias y que le dejaran tiempo suficiente como para disfrutar del mayor don que ha recibido el ser humano: el ocio. ¿Cómo lo hizo? Tendrás que hacerte con «Vida de Zarigüeyas» para conocer sus estrategias, estudiarlas detenidamente… y aplicarlas. Porque, con los tiempos que corren, como para decir que no a las enseñanzas de Miss Freed.