Doldrums es uno de los nombres más brillantes del V Aniversario de Valle Eléctrico… Por eso (y por muchas otras cosas) hemos querido entrevistarle.
Hace un par de temporadas, toda una nueva escena musical canadiense se dinamizó en torno a un único nombre: Grimes. Ella fue la que abrió camino, pero muchos otros fueron la que la siguieron y que se acabaron beneficiando de la luz que Claire Boucher supo canalizar hacia sus amigos y compañeros de viaje. Todos compartían una nueva forma de ver la industria musical: menos comercial, más libre, menos apegada a conceptos estancos del siglo XX y mucho más arriesgada y avanzada a la hora de pensar con estructuras mentales creadas a partir de sinapsis cerebrales de la era de Internet.
Uno de los que supo usar aquella luz no para alumbrarse, sino más bien para energizar una luz propia con la que brillar en sus propios términos, fue Airick Asher Woodhead, más conocido gracias a su alias Doldrums. Es precisamente bajo este nombre como ha lanzado tres discos a cada cual más libre: puede que todos tengan un corazón de obnubiladas atmósferas electrificadas y de percusión agresiva, pero está claro que cada uno es un poco de su padre y de su madre. El último de estos álbumes, el mayúsculo «Esc«, es precisamente el que le trae en breve hasta España…
Y es que Doldrums es precisamente uno de los nombres más sugerentes del cartelón con el que Valle Eléctrico va a celebrar su V Aniversario. Para la ocasión, esta maravillosa fiesta madrileña que lleva ya cinco años dándole caña a los nuevos paraísos sintéticos musicales ha decidido ampliar su duración: en vez de la noche habitual, en esta ocasión tendremos dos jornadas de conciertos y locurón. Los días 20 y 21 de octubre, Valle Eléctrico tomará el Café La Palma con un reguero de actuaciones memorables como las de Kane West, Spinee, Catnap o, claro, Doldrums.
Pero, mira, voy a dejar de enrollarme sobre Doldrums porque, al fin y al cabo, todo lo que hay que decir al respecto del presente de este proyecto ya lo dice Airick Asher Woodhead en sus respuestas a la entrevista que sigue…
Siempre he tenido la sensación de que detrás de la elección de un nombre como Doldrums tiene que haber una historia interesante… ¡Acertaste! La principal idea detrás de Doldrums es hacer algo primitivo y catárquico, algo que exista en su propio espacio y que se despoje de presupuestos. La música es algo arcano y ritualístico para mi, lejos del consumismo y de los tropos. Doldrums es como un anti-depresivo para mi, así que es un doldrum anti-doldrum… Supongo que el nombre también me gusta porque suena como «boredoms» («aburrimientos«). Mi música está muy enfocada hacia los elementos de percusión, así que también es un juego de palabras. Y, por último, si alguien se ha leído el libro infantil «The Phantom Tollbooth«, recordará que Milo se queda atrapado en un lugar en el que nunca ocurre nada llamado Doldrums… Me encantó esa historia y, como un adulto, me sigue encantando. La prefiero antes que «Alicia en el País de las Maravillas«.
Ya llevas a tus espaldas ocho años de carrera y tres discos… ¿Cómo ves tu evolución como artista? De forma similar a como una persona normal va creciendo: eres un poco más listo y mejor en lo que haces. También eres más consciente de cómo te relacionas con el mundo y, sobre todo, cada vez te preocupa menos lo que la gente piensa de ti. Ahora me tiro más peos en el escenario. Musicalmente hablando, antes quería que una canción dijera TODO lo que yo quería decir. Ahora, sin embargo, pienso que la música es más bien una frecuencia constante que se esparce a partir de ti mismo, que siempre es un poco diferente y que, de esa forma, puede ser honesta.
¿Y cómo ves tu evolución dentro de la industria de la música? Esta es una pregunta graciosa porque hace un tiempo que ya no trabajo con gente que pertenezca a «la industria de la música». He publicado discos con diferentes sellos como Arbutus, que son amigos míos, o SubPop, a los que respeto profundamente. Pero el último disco lo he publicado yo mismo, he hecho la portada con gente de Montreal y lo grabé en mi propio estudio. Me parece más significativo si sale de mi al 100%. Solo quiero sentir que estoy haciendo algo real, y eso a veces no ocurre con la gente de la industria de la música.
Hace algunos años, se habló mucho de la nueva escena canadiense en la que Grimes sería el centro y en la que Doldrums juega un papel muy importante. ¿Existió esta escena de verdad o es algo que percibimos nosotros desde fuera? Grimes fue definitivamente una de mis mayores seguidoras y le estoy muy agradecido. Hicimos una gira que, de hecho, era de las primeras que yo hacía como Doldrums: tocamos en locales muy DIY en los Estados Unidos y, un año después, estábamos girando por Europa en salas de verdad ¡que estaban completamente llenas! Es de locos que algo así pueda pasar tan rápido. Recuerdo que, en el primer concierto europeo, una chica que se acercó al puesto de merchandising tenía exactamente los mismos tatuajes que Claire. Fue un poco espeluznante. Sea como sea, no sé cómo se vio todo esto en los medios españoles… Conocí a mucha gente en aquella gira que realmente vive para la música y que pone la vida en ello. Algunas veces parece algo político, y otras simplemente es una celebración de la vida. Pero, si sientes que merece la pena hacerlo, eso es lo único que puedes sentir. Nunca será como en los 60 o en los 90. Citando a Prince Rama: vivimos la era del AHORA. Y, por supuesto, ¡ese AHORA ya se ha acabado!
¿Qué queda de toda aquella gente, entonces? Algunos amigos de verdad. Todo el mundo conoce la cantinela. Es pura ilusión. Viene y va. Es amor.
Ahora centrándonos en «Esc»… Por definición, «Esc» es «una tecla usada para escapar». Así que ¿de qué estás escapando que incluso has decidido titular así tu nuevo disco? Doldrums escapa de la definición y define el escapismo. Cuando las palabras se convierten en trampas, los pensamientos pasan a ser mentiras y la gente se transforma en aparatos, necesitas salir propulsado de la situación. ¿A lo mejor debería haber titulado el disco «EJECT«? (Risas) No, en serio, creo que volcarse en la música cuando pasas momentos difíciles es algo realmente bonito. A veces, es lo único que puedes hacer. Con «Esc» quise hacer algo ideal precisamente para ese tipo de momentos.
¿Crees entonces que el concepto de «escapismo» es de los más presentes en el arte de los últimos años? En los últimos años ha habido MUCHA mierda comercial que se ha consumido como un anestésico. La forma en la que la gente se enchufa a Netflix o a lo que sea y simplemente desconecta… Esto no es a lo que yo me refería con el escapismo de la pregunta anterior. Estoy más interesado en reclamar el espacio personal que estas cosas te roban, en hacer algo que realmente tenga sentido para ti.
¿Cómo le explicarías a alguien que nunca ha escuchado a Dolrdums cómo suena «Esc»? Hombres de las cavernas del espacio exterior pasando un momento chungo pero tierno.
¿Qué es lo que convierte a «Esc» en un disco 100% Doldrums? Que está hecho con un 100% de magia real.
¿Y qué es lo que sorprenderá en «Esc» incluso a los mayores fans de Doldrums? ¡Que toco la guitarra! El disco es un poco menos bailable y un poco más oscurillo que mis otros discos, supongo.
¿Por qué decides abrir el disco con un epílogo? ¡Por fin alguien me hace esta pregunta! El disco tuvo que pasar por muchas implicaciones de acciones, es post-apocalípitco, pero quien lo escucha no sabe qué ocurrió antes exactamente. Arranca cuando la arena se está asentando.
Encuentro interesante que una de tus nuevas canciones se titule «perv» porque, personalmente, tu música siempre me ha parecido muy sexy… ¿Me estoy equivocando? Bueno, un amigo dijo que las vibraciones de esa canción eran «pervy» («pervertidas») y yo pensé, uh, ¡sí! Pero, mmm, ¿sexy? Supongo que mi música solo es sexy si te ponen cachondo los traumas.
Doldrums es una formación mutante dentro de la que trabajas con mucha gente diferente. ¿Con quién has trabajado en «Esc»? ¡Lo he hecho yo casi todo! La gente con la que he trabajado son amigos de Montreal que me quedaban cerca… Matthew Otto (de Magical Clouds) remezcló el disco. Guy Dallas, que suele tocar en directo conmigo, me produjo una canción; y Tobias Rochman (de Peleda) me produjo otro tema. Karneef puso alguna programación de percusión, y a Petra Glynt, Tim Lafontaine y Kyle Yukka (todos de She Devils) se les puede escuchar aquí y allá porque también pasaron por el estudio. Y, claro, mi increíble baterista Steve hizo todas las canciones conmigo.
¿Por qué prefieres esta forma de funcionar y no te decides a formar una banda estable? Para ser sincero, es algo contra lo que lucho. Siempre intento tocar con al menos dos personas más si se trata de un concierto de Doldrums. Debería ser una fiesta psicodélica. Para nuestras actuaciones en España seremos solo dos, porque Petra Glynt se nos unirá cuando lleguemos a Inglaterra. Entiendo, sin embargo, que todo el mundo tiene su propio proyecto o «marca» a día de hoy. No soy un jefe demasiado duro. No querría arruinar la vida de nadie de la forma en que he arruinado la mía… ¡Es broma! (Risas)
Siempre que se habla de ti también se menciona el rollo DIY y el punk… ¿Sigues sintiéndote representado por estos dos términos? ¡Claro que sí! Nosotros mismos le hemos puesto una funda de seda a todas las copias de nuestro disco, lo hemos escrito y producido en nuestro propio estudio. No tengo un manager o un sello discográfico. A lo mejor ves que la palabra DIY se repite al hablar de mucha gente, ¡pero seguro que se aplica en mi caso! Es precioso, sin embargo, que la gente responda tan bien al cariño que ponemos en todo.
Creo que en esa onda va el hecho de que hagas de todo: música, escritura, arte visual… ¿Crees que esto es precisamente ser un artista del siglo 21? ¿Es el siglo 21 un Nuevo Renacimiento? Puede ser. Pero también es cierto que mucha gente prefiere tomar atajos porque, si no, no te prestan atención. Vivimos un mundo en el que las apariencias lo son todo y que la tecnología digital está disponible para todo el mundo.
Bueno, también creo que hay cierto componente de no tener un duro y tener que hacerlo todo tu, ¿no? ¡Totalmente! El principal motivo por el que yo empecé a hacerlo todo es porque no me podía permitir a un «profesional» que lo hiciera tal y como yo quería. Pero, aun así, me alegra haberlo hecho precisamente así, porque ahora soy totalmente autosuficiente. ¡Y puedo decírselo a todo aquel que nos haya dado dinero!
¿Qué podemos esperar de vuestra actuación en Valle Eléctrico? Ruido, percusión y episodios alargados de cháchara sentimental entre Dave y yo.
Y la obligada pregunta final: ¿qué es lo próximo para Doldrums? Estoy haciendo una peli en 16mm y ya he publicado varios adelantos. Me gustaría seguir girando y volver a España pronto. ¡Ah! Y también me gustaría grabar un disco en directo. [Más información en el Facebook de Doldrums y en el evento del próximo Valle Eléctrico] [Doldrums actuará como parte del Aniversario de Valle Eléctrico el próximo sábado 21 de octubre en Madrid (Café La Palma)]