El videoclip de «High By The Beach» de Lana del Rey nos parece lo más grande… y aquí os explicamos por qué con diez motivos totalmente irrefutables.
Mientras estábamos de vacaciones, Lana del Rey volvía a demostrar que hace lo que la da la real gana publicando su nuevo videoclip, y a nosotros nos entraron unas ganas tremendas de dejar la toalla en la playa y correr hacia el laptop más cercano para hablaros sobre esta genialidad que es «High By The Beach«. Pero, oye, las vacaciones son las vacaciones, y decidimos que ya trabajamos suficiente durante el año como para hacer estas locuras, así que la conclusión fue que mejor nos quedábamos en la orillita del mar tocándonos la entrepierna, que nos lo habíamos ganado.
Pero ahora Fantastic Plastic Mag ya vuelve a estar activa después de las vacaciones, y una de las primeras cosas que queríamos hacer era, evidentemente, hablaros de «High By The Beach«. Nos da igual que ya haga dos semanas que el videoclip se hizo público porque, al fin y al cabo, lo que nos apetece aquí y ahora es dar una visión única y personal de lo que nosotros vemos en esta pieza que supone el primer pasito hacia el nuevo disco de Lana del Rey, que se titulará «Honeymoon» y que todavía no tiene fecha de lanzamiento oficial porque a ella no le sale del coño.
Si todavía no habéis visto el videoclip en cuestión, que sepáis que nos habéis defraudado profundamente pero que seguimos queriéndoos igual. Sobre estas mismas líneas podéis echarle un vistazo antes de que nos metamos en faena. Allá vamos.
De «High by The Beach» nos encanta…
… Que Lana del Rey no tenga mesillas de noche. Tía, eres rica. Si tienes dinero para seguir un estoico programa de inyecciones de botox labial, también tienes dinero para dos mesitas de noche del IKEA.
… Que no tenga absolutamente nada en los armarios de la cocina. O que se lo haya zampado todo en un ataque de ansiedad post-fumeteo nocturno. No nos decidimos.
… Que caliente el café con velitas de esas que se compran en el todo a 100. Aun así, nos deja tranquilos saber que, aunque no tiene nada de comida en la cocina, por lo menos la chica bebe algo. Ah, también nos gusta que Lana del Rey lea revistas que parecen La Farola o El Caso. Lecturas de calidad.
… Que parezca que acaban de robar en el piso de Lana del Rey. Bueno, venga, en serio: a estas alturas ya nos ha quedado claro que aquí han pillado una casa desocupada y han grabado el vídeo sin poner ni una puta planta que dé sensación de hogar, ¿no?
… Que Lana decida olvidar por un momento que el rollo paparazzi helicopterizado la tiene consternada porque, oye, ¿quién quiere un par de ventiladores Beyoncé cuando tienes un helicóptero que le dé un vuelo como este a tu salto de cama y a tu pelazo?
… Que a Lana se la pele que la cámara acabe grabando tanto la escoba gigantesca como las tumbonas de playa tipo España años 70 que tiene en la puerta de su casa.
… Que Lana tenga los armarios de su casa totalmente pelados y vacíos, sin una triste figura de porcelana, pero que decida guardar esta funda de guitarra entre las rocas de la playa. ¿Qué nos queda claro? Que la tipa es muy maja y tal, pero es un puto desastre gestionando el espacio de su casa.
… Que este trabucazo no quepa de forma alguna en la funda de guitarra. En serio. Imposible. Suerte que Lana lo saca en un conveniente fuera de cámara.
… Que Lana se haga la picha un lío y acabe cargándose el helicóptero de reparto de la prensa dominical en vez del de los paparazzi. Si no, ¿cómo se explica la lluvia de papeles y prensa ardiendo que tiene lugar justo después de la explosión?
… Que Lana siga escribiendo a lápiz y con letra de estar en Primaria. En serio. Se nos deshace el corazón de puro amor.