Domingo 12 de junio. LA REUNIÓN. Quedan 19 días para entrar en el estudio.
Hola. Mi nombre es Pepo M. y tengo un grupo llamado The Secret Society. Supongo (en el fondo me gustaría) que quien más o quien menos que esté leyendo esto ha oído alguna vez hablar de The Secret Society, porque llevamos algún tiempo tocando y sacando discos. Nuestra trayectoria ha sido errática -como yo, al fin y al cabo- y hemos combinado momentos de mucha actividad con momentos de invisibilidad absoluta. Ahora nos disponemos a grabar nuestro tercer disco y, por primera vez, noto que hay cierta expectación entre las personas que me rodean, probablemente debido a que ya hemos tocado en directo muchas de las canciones que formarán parte de «Peores Cosas Pasan en el Mar» (así se llamará definitivamente nuestro nuevo trabajo) y al hecho nada casual de que todas las canciones están cantadas en castellano (nunca sé si lo políticamente correcto es decir “castellano” o “español”; en cualquier caso, este es un blog con sede en Barcelona, así que me parece bien decir “castellano”).
La cosa es que una de esas personas que ha manifestado tener ciertas expectativas es Raül de Tena, con el que me une una sincera amistad de reciente fundación. Así que, por si había dudas: este blog es producto del amiguismo verdadero. De otra forma, no lo escribiría ni por dinero.
La idea es escribir un post al día, hablando de los preparativos y de la grabación del album. Un mes entero de textos donde, seguro, contaré miles de cosas sin interés, pero donde trataré de aportar algo interesante o entretenido. ¿Por qué no? Encuentro placer y alivio cuando logro exponer lo que pienso y lo emito ahí fuera.
El caso es que hoy, domingo 12 de junio, hemos tenido la primera reunión seria para hablar del disco. El grupo lo formamos cuatro personas y entre nosotros existe una profunda, envidiable e inquebrantable amistad. Nacho Ruiz es el líder de Nine Stories y es mi mejor amigo. Esos amigos que le llegan a uno ya siendo adulto, después de haber cometido todos los errores y que por ese mismo motivo valora más si cabe. A pesar de habernos conocido hace sólo seis años, el amor que siento por él y por lo que hace no cabe en una sola vida. Él representa a la perfección mi lado melódico. La parte más pop de The Secret Society. Se encarga de las guitarras y los teclados. Y me avisa siempre de los riesgos que implican las ideas que propongo.
Paula Sánchez es como mi hermana pequeña. Es de Málaga pero vive en Madrid. La encontré por casualidad un día que Buena Esperanza (donde toco la batería) y Allfits (su otro grupo, donde toca la batería) compartíamos cartel en la sala Siroco de Madrid, hace ya año y medio. A los diez minutos de su prueba de sonido ya le había propuesto que fuera la batería de Secret. Dijo que sí. Y me cambió la vida. Es, además, una de las chicas más guapas que conozco. Y con más personalidad. Compartimos el hardcore: la pasión por grupos como As Friends Rust, Comadre, By The Grace of God, Descendents, Fugazi, Embrace, One Last Wish o Rites of Spring. Pali es la juventud, el ruido y la actitud. Una pieza fundamental que sé que algún día volará y nos dejará huérfanos (por eso es tan importante para mí grabar este disco con ella).
Perico es la persona más fascinante, sorprendente, auténtica y tranquila que he conocido nunca. Un motivo para seguir vivo. Le conocí a la vez que a Nacho, en una de esas épocas en las que renuevas amistades, te planteas nuevos retos y te adentras en una nueva vida. Toca el bajo y pertenece a otra generación. Es el más mayor de todos (con diferencia) aunque nadie lo diría. Una vez le pregunté si quería tocar el bajo en mi grupo y me dijo que sí. Él es la oscuridad, la precisión y la conexión con los 80 (que es la década donde se desarrolló como músico). A Perico le cuidamos un montón, porque tiene problemas de espalda serios y, me temo, sólo solucionables con cirugía: no carga, no necesita hacer pruebas de sonido y a veces no viene a ensayar. No es un problema. Hoy, por ejemplo, no ha podido estar en la reunión.
El caso es que buscaba desde hacía tiempo tener esta reunión de grupo fuera del local de ensayo para poder hablar tranquilamente, sin prisas y sin instrumentos de por medio, de cómo me imagino yo el nuevo disco. Hablar de sonidos, de ambientes, de interpretaciones de la misma canción, es complicado. Yo no sé música: todo lo que he aprendido, lo aprendí de forma autodidacta. Soy muy observador y he conseguido hacerme entender, pero a veces, como hoy, es necesario tirar de discos de otros artistas a los que admiro para exponer de manera concisa lo que quiero transmitir.
Hemos quedado en mi casa (vivo un poco alejado del centro de Madrid, a escasos 500 metros de nuestro local de ensayo) porque aquí podía disponer de las herramientas necesarias para lo que pretendía. He ido a buscar a Nacho en moto a casa de sus padres, que no queda muy lejos de la mía: los domingos va a comer allí. Paula ha venido en metro escuchando hardcore en su iPhone. Su novio se llama Alfonso, pero le llaman Fon. Tenemos la broma (sin gracia, lo sé) de haber renombrado su teléfono como iFon. Bueno, hay cosas peores.
Hemos repasado todas las canciones que vamos a grabar, pista por pista (sin hacerlo pesado), y por cada canción nuestra, yo ponía una canción de algún grupo o solista de los que nos gustan muchísimo que se pareciese en algo a lo que quiero conseguir en la grabación del disco: una batería que suene de una determinada forma, un ambiente que se parezca a lo que yo pienso que debe ser el ambiente de esta o aquella canción, una forma de cantar determinada, un sonido de guitarra afín a nuestro sonido, etc. Entiendo que, para los no iniciados, esto sea la cosa más aburrida del mundo. Han sonado muchos grupos diferentes: Karate, Wilco, As Friends Rust, Jason Lytle, Willi Williams, Elliott Smith, William Elliott Whitmore… Ha sido provechoso.
Hemos acabado la reunión viendo un DVD casero de Magnolia Electric Co., el grupo de Jason Molina (un tipo al que admiro muchísimo y con el que he tenido la oportunidad de girar en el pasado), grabando su último disco en Electrical Audio de Chicago, el estudio propiedad de Steve Albini. Hemos disfrutado muchísimo. Para ellos era la primera vez. Para mí creo que la décima.
La reunión de hoy ha sido importante: nunca antes me había reunido con el grupo con el que fuera a grabar para hablar de estas cosas, intercambiar impresiones y discutir en profundidad de la naturaleza de las canciones. Los grupos deberían favorecer este tipo de reuniones, en lugar de meterse a ensayar sin parar. No es que los ensayos no sean necesarios -que lo son-, sino que hay veces que es mucho mejor empezar así: hablando, intercambiando opiniones valiosísimas, escuchando música ajena a la banda y compartiendo dudas y certezas.
Perico, como dije, no pudo venir. Estaba de viaje de trabajo. Esta semana he quedado con él: cenaremos comida japonesa y repetiré, punto por punto, la operación que he llevado a cabo con Nacho y con Paula.
Somos un grupo. Nunca pensé que pasaría esto. Buenas noches.
[Pepo]