Martes 19 de junio. Gárate, Andoáin.
Grabar puede ser muy cansado. Largos ratos de concentración acaban cargando la espalda, el cuello, los brazos y, en definitiva, el cerebro. Son las 22:50 y Nacho se está yendo a dormir. En serio. Le sustituyo en la tarea de actualizar el diario. Soy Pepo Márquez, batería de Nine Stories (bueno, también toco en otros grupos).
El disco avanza más rápido de lo que pensábamos, y creo que es por muchos motivos: dormir en el mismo sitio donde se graba, estar alejados de cualquier centro urbano, tener horarios europeos (de 9:00 a 19:00 con una pequeña parada para comer) y trabajar con un tipo como Kaki Arkarazo, cuya forma de operar es efectiva, rápida y práctica. Tenemos suerte de haber podido venir aquí a grabar, no sólo por el resultado (que vamos viendo cómo coge forma minuto a minuto), sino por lo que está suponiendo para nosotros como banda. Me voy a detener a explicar este punto.
“Esto es como ‘Gran Hermano‘”, me ha dicho Jorge esta mañana en un receso. “Un grupo de personas conviviendo 24 horas al día, con una serie de pruebas que completar”. Y tiene toda la razón. Algunos llevamos tres días enteros sin salir del caserío más que para airearnos un poco, jugar al balón con Cash y, en un exceso, dar veinte pasos a la izquierda para coger algo de la furgoneta. Personalmente, no me preocupa: hemos venido a lo que hemos venido. Que sea bonito el sitio no es más que un extra que se agradece a posteriori. Saber que tenemos el mar a veinte kilómetros tampoco nos desorienta… Ya iremos.
Ha sido un día realmente productivo, como los anteriores. El protagonista de la jornada ha sido Nacho. Ha grabado guitarras acústicas, banjos, un ukelele, órganos, un lapsteel (una guitarra hawaiana cuyo sonido es fácil de adorar) y ha concluido el día coronando un puerto de primera categoría: grabar en una única toma una canción de piano y voz llamada «It’s Alright». Se han probado muchas cosas que todavía no sabemos si acabarán en la mezcla final, pero de eso se trata: de crear. Hoy Nacho ha creado cosas que no existían y, aunque suene estúpido decirlo, ese debería ser el objetivo principal del creador.
Muchas cosas diferencian esta grabación de la primera que hicimos en verano de 2009: la vida del núcleo original de Nine Stories (Nacho, Javi y yo) ha cambiado radicalmente, ahora está Jorge -por el que siento un profundo respeto y una justificada admiración y al que considero pieza fundamental de este disco-, hemos tocado docenas de conciertos juntos, hemos viajado mucho y, en definitiva, nos conocemos mejor y hemos mejorado como grupo. Todo eso, cada metro recorrido juntos, cada discusión, cada risa, cada preocupación, cada decisión tomada, se nota en este disco. Las canciones de Nacho son mejores. Sin duda. Más importantes. Al escuchar todo lo que ya hemos grabado, siento de verdad la profundidad de algunos cambios, de algunos estribillos. Es complicado estar tan dentro del proceso y tratar de verlo desde fuera, pero si yo no tocara en este disco, sentiría envidia y rabia.
Lógicamente, una experiencia tan intensa como la grabación de un disco, donde todo está del revés y de lo que se trata precisamente es de anteponer lo visceral a lo racional, conlleva momentos irrepetibles. Todo es susceptible de ser comentado, reído, celebrado. Todos los recuerdos se comparten, todos los planes se mancomunan y hay tiempo hasta para los pequeños detalles. No es necesario tampoco explicar cada uno de ellos, pero compartiré algo que me impactó: Kaki Arkarazo (que, como ya explicó Nacho, fundó Negu Gorriak y tocó la guitarra desde el primer hasta el último minuto de su existencia) contándome una historieta de cuando compartieron cartel con Fugazi y Chumbawamba en Washington DC en 1991, imitando a Ian MacKaye y a sus amigos “los vegetarianos esos que no podían ni pisar una araña, mecagüendios”. En Euskadi ser vegetariano está prohibido: nos lo dijeron el domingo pasado los Betagarri. Los tres vegetarianos vascos que hay están localizados y censados. En Nine Stories, dos somos vegetarianos. Pero no hemos perdido nunca el humor. Y así seguimos.
Nacho y Alondra llevan casi una hora durmiendo. En el salón de la tele estamos Jorge, Javi y yo. Ya hemos visto «Geordie Shore» (gracias MTV por enseñarnos ecosistemas así de interesantes) y ahora vemos «Modern Family» mientras nos reímos de cualquier estupidez.
Dentro de unos meses, podréis poner música a este diario.
Buenas noches.
[Pepo M.]