King Gizzard & The Lizard Wizard
King Gizzard & The Lizard Wizard siguen su imparable ritmo discográfico y, ahora, lanzan su particular acercamiento al blues rock: «Fishing for Fishies».
FISHING FOR FISHIES, de KING GIZZARD & THE LIZARD WIZARD. ÉCHALE LA CULPA AL BOOGIE. Una vez consumada la proeza de publicar cinco discos durante 2017, era difícil adivinar en qué siguiente alocada aventura se embarcarían King Gizzard & The Lizard Wizard. Repetir la jugada, casi descartado. Volver a lanzar una bomba eléctrica como “Nonagon Infinity” (ATO / Flightless, 2016), quizá. Recuperar el psych-folk de “Paper Mâché Dream Balloon” (Heavenly / ATO / Flightless, 2015), poco probable pero posible. Dada la imprevisibilidad del grupo australiano, podía barajarse cualquier opción. Y la que eligieron para “Fishing For Fishies” (Flightless, 2019) fue lanzarse a la piscina del blues-rock, convenientemente regado por el conocido brebaje lisérgico de la familia numerosa liderada por Stu Mackenzie.
Ese es su punto de partida, pero el enésimo experimento que King Gizzard llevan a cabo en su particular laboratorio multi-sónico pasa durante el proceso del blues al boogie, su variante bailable. Eso dice la definición del género, aunque su plasmación en “Fishing For Fishies” adquiere formas típicamente gizzard: la visión que del boogie tienen los australianos se conecta con la manera en que la banda retuerce los estilos que toca. Esta maniobra se resume en el inicio y en el final del LP. La apertura que le da título es una saltarina pieza de aires bluegrass salida del delta del Mississippi cuyo vídeo (siempre estrambóticos tratándose de King Gizzard) introduce a Tom Sawyer en un capítulo de “Bob Esponja”. Mientras que el cierre, “Cyboogie”, pretende ser la versión cibernética del boogie, pero tiene más de lo primero que de lo segundo (basta con ver su, otra vez, surrealista clip con Mckenzie disfrazado de teclado humano) hasta sonar como una mezcla sui géneris de proto-acid-house y blues… ¿Lo llamamos acid-blouse?
Entre un corte y otro, King Gizzard entregan una de sus obras más contenidas, lo que no impide que el grupo haga lo que dé la gana con los moldes y sonidos bluseros. No faltan la armónica (omnipresente) ni los riffs guitarreros pantanosos (a lo ZZ Top), encajados en melodías que, a veces, parecen reproducirse miméticamente (como en otros de sus anteriores discos) a lo largo de un repertorio hilvanado con sutileza. Así que no esperen escuchar a los King Gizzard más descontrolados. De hecho, en algunos momentos se vuelven extrañamente domesticados, como en “The Bird Song”, con la que se aproximan al pop-rock AOR setentero y a la estética lo-fi de sus colegas Unknown Mortal Orchestra.
Pese a la aparente sorpresa, este no deja de ser otro de esos movimientos extravagantes que definen a King Gizzard & The Lizard Wizard, que ya han bautizado el que se supone será su próximo álbum: “Auto-Cremate”. Pues va a ser verdad que quieren conseguir una hazaña discográfica similar a la de hace dos años… [Más información en la web de King Gizzard & The Lizard Wizard // Escucha «Fishing for Fishies» en Apple Music y en Spotify]