¿Por qué consideramos ya a «Devil May Cry 5» como uno de los mejores juegos del año? Estos cinco pensamientos (burracos) lo justifican plenamente.
Nunca había jugado a un juego como «Devil May Cry 5«. Bueno, a ver, lo más parecido sería la propia saga «Kingdom Hearts«, pero lo cierto es que allá el sistema de juego está tan edulcorado por el propio argumento y por la estética Disney / Pixar que casi casi casi no te das cuenta. Así que, nada, lo digo sin ningún tipo de vergüenza: por H o por B (en verdad no sé exactamente por qué), nunca había jugado a un hack and slash. Y eso es precisamente lo que he aprendido de «Devil May Cry 5«: que a este tipo de burraquismo videojueguil se le llama hack and slash.
Como «Bayonetta«. Como «Darksiders«. Como los primeros «God of War«, incluso. Sea como sea, he conseguido mantener una vida completamente normal sin la necesidad de jugar a ninguno de estos títulos… Lo jodido es que, tras más de veinte horas de juego en «Devil May Cry 5«, no puedo evitar preguntarme por qué no había introducido antes en mi vida este tipo de videojuegos cuando, mira, así te lo voy a decir: esto es mejor para liberar estrés que matarse a hacer cardio en el gimnasio monitorizado por una entrenadora de Europa del Este. Mejor que eso. Así son las cosas.
Pero esto me conduce a una paradoja periodística: ¿qué tipo de potestad voy a tener yo, recién llegado al hack and slash, para analizar y criticar la última entrega de la saga que probablemente es el epítome de este género? Ninguna. Lo sé. Pero lo que me falta de rigor periodístico me sobra en bravura, y por eso he decidido transformar mi análisis de «Devil May Cry 5» en otra cosa diferente que no se pueda considerar análisis pero que ayude al lector a hacerse una idea sobre el juego. Así que, sin más dilación, a continuación van cinco pensamientos que me cruzaban por la cabeza mientras jugaba a este título dirigido por Hideaki Itsuno (icono entre los iconos) y editado por Capcom (idem de idem).
1. SOBRE LA HISTORIA
Antes de la primera partida, pude ver en el menú de inicio una opción rollo «entérate de lo que pasó en entregas anteriores» y, obvio, me metí de lleno en esta recapitulación. No me enteré de un pijo. Lo siento. Ya he dicho que no he jugado nunca antes a un «Devil May Cry«… Y, aun así, sabía que el prota se llamaba Dante, que le cedió el protagonismo en alguna entrega a un tal Nero y que todo todito todo es una visión pantagruélica y uber nipona de «La Divina Comedia«. Es decir: barra libre de demonios.
Por si estás igual de pegado que yo en la saga, te explicaré que la historia de «Devil May Cry 5» no podría ser más enrevesada y que, de hecho, los capítulos que vas jugando están desordenados en el tiempo, algunos funcionan a modo de flash-back, otros te cuesta un poco determinar si ocurrieron hace un mes o en el presente… Hasta que lo pillas. Extrañamente, lo pillas. Y entonces la historia es una gozada y lo más parecido que vas a encontrar nunca a un culebrón venezolano versionado por un guionista de anime.
Así de loco. Con muchas líneas familiares abiertas, hombres demonios y demonios hombres, peleas eternas entre hermanos, «yo soy tu padre», buenorras que están ahí nadie sabe por qué y una épica creciente que es la mejor vaselina para deslizarte hacia el grande finale absoluto. No voy a decir más porque un spoiler aquí sería mortal. Pero una cosa te digo: puede que los guionistas de «Devil May Cry 5» no tengan la pluma de Dante, pero lo que tienen es un trabucazo tremendo con el que disparan una trama épica que llega hasta el jugador a modo de balas de metralleta.
2. SOBRE EL HACK AND SLASH
Ya lo he dicho: no tenía ni pajolera idea de qué era el hack and slash hasta que me puse a los mandos de este «Devil May Cry 5«. Pero le pillé el tranquillo rápido. ¡Vamos que si se lo pillé! Digamos que este tipo de juegos priorizan el aporrear botones en secuencias predeterminadas para cargarte a los enemigos con el mayor estilo posible. Puede que, en primera instancia, parezca que puedes avanzar a través del juego quedándote en lo de «aporrear botones» sin necesidad de recurrir a las «secuencias predeterminadas». Pero eso es un error de percepción.
Incluso yo, que soy un verdadero zote con este tipo de juego (digamos que me gustan los RPGs por turnos porque son facilones en su mecánica de combate), he acabado dominando diferentes combinaciones. Empecé aporreando botones, pero acabé haciéndolo siguiendo cierta estrategia. De hecho, cada vez disfrutaba más y más dejándome la piel para aprender algunas técnicas que es una verdadera fardada emplear en el campo de batalla. Y no solo eso: el juego puntúa tu estilazo de combate y, al final de cada misión, te puntúa para que sepas si eres un luchador olímpico o una patata con una espada. Nadie quiere ser una patata con una espada. Y eso te incentiva a mejorar y mejorar en «Devil May Cry 5«.
3. SOBRE LA MECÁNICA DE JUEGO
El hack and slash puede ser el corazón de «Devil May Cry 5«… Pero lo cierto ese que este es un juego bastante complejo en lo que a mecánica de juego se refiere. Para empezar, porque el hack and slash lo practicas con tres personajes diferentes: Dante, Nero y el misterioso V. Cada uno tiene sus propias características de combate: Dante es un locurón que alterna entre mil pistolas y armas de todo tipo, Nero tiene un arsenal más limitado de armas pero lo compensa con los Devil Breakers (brazos mecánicos con poderes espectaculares) y V no pelea directamente, sino que lo hace a través de tres seres pesadillescos y fascinantes.
Si esto no fuera suficiente para complicar la mecánica de juego, resulta que todos los personajes arrancan con habilidades limitadas y que es el jugador el que deberá ir mejorando estas habilidades poco a poco usando las gemas rojas recolectadas en los diferentes niveles. Aquí entra otro tipo de estrategia: ¿quieres potenciar las pistolas de Nero o las espadas de Dante? ¿Priorizas las habilidades de V o las de sus esbirros de pesadilla? Vamos, que podríamos decir que «Devil May Cry 5» es un hack and slash con cierto toque de RPG… Aunque este toque se pierda en cuanto des un paso en los escenarios y el ritmo frenético no te permita ni pensar.
4. SOBRE LOS GRÁFICOS
Varias veces he mencionado «los escenarios» de «Devil May Cry 5«. Y una cosa está clara: no sé exactamente cómo habrán sido las entregas anteriores a nivel gráfico, pero hay que admitir que este quinto juego de la saga es realmente espectacular en este apartado. Sobre todo en una primera mitad del juego en la que literalmente tenemos que abrirnos paso a través de una ciudad de Londres medio destruida y totalmente sitiada por demonios.
El imaginario de «Devil May Cry 5» es absolutamente delirante. Parece beber a partes iguales de la herencia oni japonesa y de los demonios cada vez más retorcidos surgidos de las plumas occidentales. Curiosamente, el juego acaba encontrando un equilibrio pluscuamperfecto que choca frontalmente contra las mecánicas híper veloces del juego: puede que los acontecimientos te estén impulsando hacia delante de forma rauda, pero lo que tú querrás es detenerte para gozar con las versiones apócrifas y demoníacas de Borough Market o Picadilly Circus. Ni que decir tiene que, presuntamente, esto no es Londres. Pero sí que lo es. Ya me entiendes.
5. SOBRE EL DESPARRAME
Todo lo que he dicho hasta este momento podrá parecer que entra dentro de los cánones habituales en cualquier otro juego: historia impactante, mecánicas de juego adictivas, gráficos maravillosos… Pero hay una cosa que convierte a «Devil May Cry 5» en un juego totalmente único, y es su capacidad para hacerte desparramar de una forma totalmente desprejuiciada. Porque lo cierto es que el título está ahí, en el límite del bien y del mal, danzando al filo del abismo que podría hacerle caer en el ridículo una vez tras otra. Y, sin embargo, siempre acaba cayendo del lado de la diversión.
Dante tiene un arma que es una moto que se divide en dos piezas espada, uno de los compañeros pesadillescos de V no solo habla sino que incluso recita a Shakespeare, otro de los ataques de Dante implica ponerse un gorrito para bailar el Moonwalk mientras profiere grititos a lo Jacko, hay todo un tramo del juego en el que parece que estemos traspasando esfínteres y anos (lo de los anos es preocupante, porque la «telilla» que cubre las salidas de los sitios en los que quedamos encerrados durante las batallas también tiene forma de ano, en serio, muy fuerte la cosa)… ¿Es suficiente todo esto para justiciar que «Devil May Cry 5» se haya convertido en uno de mis juegos favoritos de este año 2019? [Más información en la web de «Devil May Cry 5»]