Willow Smith, Zendaya y Kiernan Shipka molan lo más grande, sí… Pero su versión del «Changes» de David Bowie es para fusilarlas.
Desde que David Bowie muriera a principios del pasado mes de enero, muchos han sido los homenajes que se le han hecho desde casi absolutamente todas las artes posibles (e incluso desde otras categorías que no tenían por qué ser arte #ParaNada). Algunos de esos homenajes han sido más acertados, otros lo han sido menos. Algunos han sido emotivos, otros han sido enervantes. Algunos han calado hondo en el imaginario colectivo, otros han pasado desapercibidos… Y también hay casos, como el que nos ocupa, que nos dejan más bien con el culo torcido y sin saber qué pensar exactamente.
Pero vamos por partes. La cuestión es que todo esto hay que entenderlo dentro de un marco muy concreto: la portada del próximo número de abril de la revista W Magazine está protagonizada por tres niñas que ya no son tan niñas y que están empezando a partir la pana de forma muy intensita. Ellas son Willow Smith (la renacuaja aquella de las trenzas que, pese a ser hija de Will Smith, se ha convertido en una señorita de bien), Zendaya (una de esas actrices, cantantes, bailarinas y modelos que en yankilandia lo petan pero que fuera de allá si te he visto no me acuerdo) y Kieran Shipka (la hija de Don Draper que cada vez está más impactante como icono estético absoluto).
Además de protagonizar la mencionada portada, las tres chicas tienen una interesante entrevista que podrá leerse en el interior de la revista y, como colofón, toda una serie de videos que estos días están sirviendo de cara a preparar el terreno hacia el lanzamiento del issue de abril. En uno de esos vídeos, Smith, Zendaya y Shipka homenajean el «Changes» de David Bowie, que es una canción tan icónica que cualquiera con dos dedos de frente hubiera entendido a la primera que es intocable. Pero estas niñas no: ellas se atreven con la canción y, de hecho, ni se esfuerzan en aprenderse la letra. Se la pela. Van leyendo, haciendo spoken word y, en general, dejando claro que aquí lo importante son ellas y no el homenajeado. En el caso de Shipka, funciona. En el de las otras dos… ¡Lapidación, por favor! ¿No te parece?
Más información en la web de W Magazine.