Desigual nos invitó a un evento en el que no solo presentaban nueva colección, sino que dejaba claro que la firma se ha renovado por dentro y por fuera.
Si te decimos Desigual, ¿qué te viene a la cabeza? Sí, lo sabemos. Mandalas. Combinaciones de color imposibles. Una cantidad de inputs por prenda que a veces, si no estás metido en el mood de la firma, cuesta procesar. Pero resulta que, de un tiempo a esta parte, Desigual viene advirtiendo que las cosas están cambiando, que se están renovando por dentro y por fuera y que, de hecho, lo que habíamos visto era tan solo la punta de un iceberg capaz de llevarse por delante a varios Titanics.
En temporadas pasadas, lo vimos en acciones tan estimulantes como la renovación de algunas de las tiendas más céntricas de la marca, la recuperación de la mítica chaqueta tejana con parcheados de Mickey Mouse o la aproximación a almas creativas imprescindibles para entender el presente perfecto como Jean Paul Goude o el futuro inmediato como Miranda Makaroff. Nada de todo esto, sin embargo, podía anticipar lo que estaba por llegar… Y lo que estaba por llegar ha sido un verdadero renovarse por dentro y por fuera que ríete tú de los anuncios de yogures con José Coronado. Aquello era una chiquillada de renovación en comparación con el tinglado que han montado en Desigual.
Un tinglado que la firma reveló al mundo el pasado jueves 13 de junio con todo un conjunto de actividades que dejaron bien clarito que lo que se impone ahora mismo para desigual es el pensamiento en 360º. A la prensa nos invitaron a un pequeño cóctel que fue el lubricante ideal para meternos en materia en cuanto llegamos al cuartel central de Desigual, justo al lado del W Hotel que corona imponente la playa de la Barceloneta. Y es que lo que nos encontramos al llegar allá fue que toda la fachada del edificio había sido tomada por el nuevo monograma de la marca (que nace con vocación de icono, obviamente) y por un nuevo logo en el que Desigual se gira del revés. Literalmente.
Esta voluntad de darle la vuelta a todo es la que dejó bien clara Guillem Gallego, Chief Marketing Officer de la firma, en otro evento para prensa del día siguiente al que hacemos flashforward un momentito porque nos da la gana y porque nos conviene para aclarar un poco las cosas. La idea es que Desigual siga manteniendo el ADN de su espíritu, que no es otro que animar a sus clientes a que sean ellos mismos estimulando su creatividad a la hora de vestirse. Lo que pasa es que, antes, esa creatividad era solo apta para, tal y como hemos dicho más arriba, los aficionados a los mandalas, los colores imposibles y el superhabit de inputs por centímetro cuadrado, y ahora va a ser apta para un público mucho más joven y con unos gustos mucho más on point en lo que a tendencias se refiere.
Fin del flashforward. Volvemos, de hecho, al magnánimo desfile que tomó el Paseo de la Barceloneta con una pasarela colosal encabezada por una estructura de cubos con pantallas translúcidas que se convirtieron en el corazón de un fashion show que ejemplificó a la perfección lo explicado por Gallego. Allá vimos que el imaginario de Desigual sigue presente: sigue habiendo un gusto por lo étnico y lo boho y lo hawaiano y por cierta lisergia controlada… Pero incluso estas exploraciones parecen más ordenadas en una nueva colección que, bajo el nombre de «el Love» (y bien cargadita de amor, eso se nota), admite un gusto inédito por el Black & White, el no gender, los básicos con un twist inesperado y todo un conjunto de looks crujientes y listos para ser inseminados directamente en el mundillo del urban wear más abierto de mente.
Esta alineación urbana se sintió más sincera que nunca cuando, al final del desfile, Aleesha salió a la pasarela para marcarse unos temas que pusieran la guinda a un grand finale preñado de esa emoción que solo es posible cuando te encuentras ante el principio de algo muy grande. Algo que está ahí, destapándose poco a poco, y que puede acabar convirtiéndose en una de las grandes revelaciones de los próximos años. Porque en Desigual dicen que esto es algo que les tendrá ocupados hasta el año 2021. Y por aquí ya tienen nuestra atención plena. Se la han ganado a pulso. [Más información en la web de Desigual]