El título de «What The Brothers Sang» (Drag City, 2013) no es una pregunta, sino una aseveración. Aun así, es inevitable que los recién llegados al disco lo conviertan en un interrogante: ¿qué es lo que cantaron los hermanos y quiénes son precisamente esos hermanos? Hay que reconocer que, de entrada, lo de ‘brothers‘ puede sonar a cierto rollo negroide, algo que no quedaría totalmente lejos del pasado discográfico de Bonnie ‘Prince’ Billy en su vertiente de bluesman destartalado de carretera. Cualquiera podría pensar, por otro lado, que esto viene a ser la continuación natural de uno de los mejores singles que Will Oldham ha lanzado en los últimos tiempos: «Island Brothers» (Darg City, 2011). Pero no, no van por ahí los tiros. El título hace referencia a The Everly Brothers, dueto de cantantes que en los 50 revolucionaron el panorama musical a la hora de tocar absolutamente todos los palos que se te puedan ocurrir, desde el folk al R&B pasando por el pop, el country e incluso el rock. Tras su apoteósico y brillante arranque, The Everly Brothers fueron apagándose poco a poco durante la década de los 60 y los 70, sin perder nunca un sello de identidad que les ponía por encima de los compositores que trabajaban para ellos… Y ahora, a principios de pleno siglo XXI, Bonnie ‘Prince’ Billy se junta a Dawn McCarthy para exhumar sus cuerpos (artísticos) y rendir un sentido homenaje a sus héroes.
Para los recién llegados, será necesario matizar la relación de Oldham y McCharthy: su colaboración empezó en «The Letting Go» (Drag City, 2006), el álbum con el que Bonnie ‘Prince’ Billy volvió a alcanzar el nivel de «I See a Darkness» (Drag City, 1999) e incluso lo superó en varios enteros. Después, continuaron explorando el trenzado de sus voces y sus imaginarios en los siguientes «Wai Notes» (Drag City, 2007) y el single «Christmas Eve Can Kill You» (Domino, 2008). Pero los que no acaban de llegar saben que Dawn McCarthy, además, ha sido más que probablemente la vocalista femenina (seguida muy muy de cerca por Angel Olsen) que ha mostrado una mayor química con Oldham a la hora de abordar esos duetos que vienen poblando su discografía de los últimos años. Ahora, sin embargo, «What The Brothers Sang» viene a aclarar la relación de ambos artistas de una vez para todas: si esto es un disco de versiones de The Everly Brothers, está claro que los duetos no pueden ser atacados desde la dinámica habitual del rollo chico / chica, habitualmente preñada de tensión sexual. Oldham y McCarthy nunca han tenido (ni han pretendido tener) tensión sexual… A lo sumo, puede considerarse que han llegado a cotas de romanticismo absoluto como «I Called You Back» (incluída en «The Letting Go«), uno de los temas más desarmantes de la discografía de Bonnie ‘Prince’ Billy.
Así las cosas, ¿cómo justificar la dupla de voces? Lo normal sería pensar que, ya que no son hermanos, lo mejor que pueden hacer Oldham y McCarthy es llevar el juego al terreno de esa camadería tan intensa que puede incluso equipararse a la de los lazos familiares. Esa amistad que se fragua a base de las borracheras y los secretos compartidos que Bonnie ‘Prince’ Billy tan bien supo plasmar en la letra de «I See a Darkness«… Por ahí van algunos de los tiros, aunque alejándose de la opacidad apesadumbrada del mencionado tema y acercándose más a, por ejemplo, la exaltación comunal de los últimos esfuerzos colaborativos del artista: aquel «The Marble Downs» (Honest Jon’s, 2012) que el cantante compartió el año pasado con Trembling Bells e incluso el vibrante «Funtown Comedown» (Drag City, 2009) en compañía de The Picket Line. Parece que, cuando socializa, lejos de la tiranía emocional de la soledad, lo que a Oldham le va es la fiesta y la jarana, y eso se puede palpar precisamente temas de este «What The Brothers Sang» como «Milk Train» (que suena casi a sintonía buenrollista para programa juvenil sesentero de filias neo-hippies) o «Somebody Help Me» (que más bien se escora hacia un pop-rock que a veces suena a Springsteen y otras Fleetwood Mac, pero que siempre consigue transmitir el buen rollo tan típico de los directos de Oldham).
Cuando verdaderamente brilla «What The Brothers Sang«, sin embargo, es más bien en los momentos en los que la pareja artística aborda las piezas en una clave preeminentemente country. Inevitable rendirse ante la belleza de piezas atemperadas como «So Sad» (con esa slide guitar que se pierde en un horizonte de amores perdidos y penas compartidas), «It’s All Over» (un vals de salón… pero de un salón en medio del desierto), la preciosa «Prayers, Poems, and Promises» (donde el márchamo instrumental se reduce a su mínima expresión para dejar que la dinámica entre las dos voces, más bien trenzadas que alternadas, brille a una altura de fonambulista) y la excepcional «Devoted to You» (punto de encuentro entre el country pastoral y el folk campestre, frontera tradicionalmente sembrada por Oldham)… ¿Por qué funcionan estas canciones mucho más que el resto? La explicación es sencilla: la relación de colegueo entre el príncipe y su corista McCarthy es creíble, evidentemente, pero es muchísimo más creíble cuando se pone en un plano emocional como el del country, tierra yerma de sexo pero donde las relaciones hombre / mujer siempre han florecido en complicados e intrincados laberintos sentimentales.
En «What The Brothers Sang«, la relación entre Oldham y McCarthy pasa de laberintos y se mantiene estrictamente a un nivel puramente platónico… Y hay que reconocer que es precisamente el principal corsé a la hora de permitir que las versiones de The Everly Brothers vuelen libremente. El álbum es un divertido, a ratos emotivo homenaje, pero ni busca nuevos pliegues a las canciones originales ni nos dice nada que no supiéramos de la relación entre los dos artistas colaboradores. Aun así, es inevitable quedarse enredado en la propuesta de Bonnie ‘Prince’ Billy y Dawn McCarthy: ya sea por el empaque de las composiciones originales o por la eterna maestría de estos dos músicos, incluso sin decirnos nada nuevo, incluso diciéndonos lo de siempre, siguen convenciendo. Y emocionando.