David Vann sigue haciéndonos pensar que su biografía no es ni medio normal… En su nuevo «Cocodrilo» nos habla de su encontronazo con narcos y putas.
Incluso los haters de David Vann deben reconocerlo aquí y ahora: si lo de este autor hubiera sido un caso de «airear un pasado escabroso», el hombre no hubiera durado más de dos libros, que son (y fueron) precisamente los que descubrieron al gran público la jodidísima historia de este autor. «Caribou Island» se centró en la relación con su padre suicida y la temporada que pasó encerrado con él en una cabaña, y «Tierra» hizo lo propio con una madre hippy de esas que aprietan y ahogan con la que también tuvo una relación particularmente asfixiante.
Pero es que más allá de lo dicho, Vann siempre ha mostrado una capacidad extrema para practicar LITERATURA en mayúsculas: trascendiendo la excusa de su propia biografía, los libros de este escritor se desenvuelven ante el lector con una sensibilidad de la violencia escrita cercana a otros autores como Conrad y McCarthy. Todo ello vuelve a hacer acto de presencia ahora en su nuevo trabajo, que se titula «Cocodrilo» y que publica estos días Random House en nuestro país… Ah, claro, y que vuelve a estar basado en las propias vivencias del escritor.
En este caso, «Cocodrilo» es una especie de diario escrito en la distancia de un episodio de la vida del Vann anterior a convertirse en escritor, cuando se dedicaba a transportar a turistas a bordo de su velero en cruceros educativos. En uno de ellos, su embarcación quedó varada en Puerto Madero, que viene a ser algo así como el pórtico de entrada hacia un infierno de mafia mexicana, prostitución rampante y corrupción policial. Allá tendrá que lidiar con unos y con otros para intentar salvar su barco… Aunque, ya se sabe, estamos ante un libro de David Vann y, evidentemente, todo conducirá hacia ese momento en el que el autor se pondrá una pistola en la cabeza y tenga que decidir: la vida o una decisión drástica. ¿Cuál será en este caso?