La colaboración entre Reebok Classic y Keith Haring arroja una cuarta colección que festeja la silueta The Pump y uno de los murales más icónicos del artista.
Es algo totalmente natural: cuando dos partes colaboran, los primeros frutos de esa colaboración suelen ser tímidos y van aumentando de calor y color a medida que la mezcla de las partes se va haciendo más y más profunda. En el caso de Reebok Classic y la Fundación Keith Haring, podemos afirmar que nos encontramos más que posiblemente en el punto más interesante de su colaboración: atrás queda lo básico y lo previsible en una colaboración de estas características, y por delante sólo podemos pensar en placeres futuros. Y es que, al fin y al cabo, esta cuarta colaboración entre Reebok Classic y la Fundación Keith Haring tiene todo para ser un punto de inflexión.
Para empezar, en esta colección para el otoño / invierno 2014-15 viene marcada por dos celebraciones muy especiales. La primera de ellas es el 25 aniversario de Reebok The Pump, lo que ha hecho que esta nueva colaboración se centre en los modelos Instapump Fury, Pump Omni Lite, Pump Court Victory, Pump Running Dual y Pump Aerobic Lite. Por si no los sitúas en tu memoria, échale un vistazo a nuestra galería y ponte a babear, porque son sin duda de los más icónicos de la firma.
El segundo festejo no se queda atrás: esta nueva colección celebra por todo lo alto el mítico mural «Crack is Wack» que Haring pintó en 1986 en una cancha de básquet abandonada en East Harlem y que no tardó en convertirse en parte del paisaje más amado de Nueva York. Para la ocasión, las Reebok Classic toman diferentes motivos del mural como inspiración directa, configurando unas formas locas que seguro que han hecho que Jeremy Scott se muera de envidia.
Sea como sea, esta nueva colaboración ya se puede adquirir tanto en la web de Reebok como en tiendas españolas seleccionadas (Limiteditions (Bcn), Capsule (Madrid), La Nobi (Bcn), Sivasdescalzo (Madrid y Bcn), GOP (Madrid), Elite (Marbella), Siroco y Edonora (Bilbao))… Pero nosotros en lo único que podemos pensar es en hacernos con unas y colgarlas en alguna de las paredes de nuestra redacción. Porque, por si no te ha quedado claro, esto es puro arte.